SOCIOLOGIA, TEORIA Y PRACTICA…

Sociología, Economía, Política, Cultura

Archive for abril 2010

Encuesta Adimark (abril, 2010): Piñera cae al 50% de adhesión y 31% de rechazo

leave a comment »

/ Lanacion.cl

Sondeo revela además un descenso en la aprobación del gobierno en su conjunto: en marzo llegó a un 60% y en abril cayó a un 51%. Encuestadora atribuye los números al factor terremoto.

Adimark: Piñera con 50% de adhesión y 31% de rechazo

-Revise la encuesta Adimark de abril

A un 50% llegó la aprobación ciudadana al Presidente Sebastián Piñera, de acuerdo a la encuesta Adimark aplicada entre el 8 y el 26 de abril, y que fue difundida este jueves.

Si bien la cifra no representa una diferencia “estadísticamente significativa” con la de marzo pasado, donde alcanzó una adhesión de 52 puntos, donde sí hay cambios evidentes es en el nivel de rechazo al Mandatario. En este ítem, Piñera llega a 31%, lo que representa un salto de 13 puntos respecto a la medición de marzo.

También cae la aprobación al gobierno en su conjunto. En abril, la adhesión alcanzó a un 51%, mientras en marzo esta cifra llegaba a un 60%.

Al desglosar los números, la aprobación a Piñera baja en todos los estratos, sufriendo un más marcado descenso en el grupo C3. En términos de género, la popularidad de Piñera baja entre las mujeres, registrando entre ellas un 48% de aprobación, 12 puntos menos respecto al sondeo de marzo. En cambio, en los hombres, sube de un 50 a un 53%. En cuanto a edades, la baja más evidente es en el sector joven. Piñera desciende de un 64 por ciento a un 59%, en el segmento de 25 a 35 años.

FACTOR TERREMOTO

Adimark explica las cifras a partir del manejo del gobierno frente al tema de la superación de los efectos del terremoto y tsunami del 27 de febrero pasado.

De hecho, las opiniones en esta materia “se deterioran en este mes”, mientras en otras áreas “el gobierno de Piñera logra mejoras en su evaluación”, indica la encuestadora.

Prueba de ello es que en “Relaciones internacionales”, la aprobación llega a un 67%, aumentando en 8 puntos respecto a marzo. “Educación” subió a 63%, creciendo 7 puntos y en “Control de la delincuencia” alcanzó un 50%, elevándose también 7 puntos desde marzo.

En cambio, respecto al terremoto, hay caídas. Un 55% aprueba cómo el gobierno está gestionando la ayuda hacia las personas afectadas, en contraste con el 70% de marzo. En tanto, un 54% valora cómo se está desarrollando el proceso de reconstrucción. En marzo pasado, ante esta misma consulta, la aprobación ciudadana llegaba a 65 puntos.

En esta misma línea, cuando se consulta a los entrevistados si Piñera “cuenta con capacidad para solucionar problemas del país”, las respuestas positivas caen 10 puntos respecto a la medición de marzo, registrando un 69% en la actual medición.

ATRIBUTOS DE PIÑERA

También, en materia de atributos de Piñera, “la tendencia este mes es a un deterioro de estas percepciones”, dice Adimark, pese a que se ubica en casi todos ellos sobre el 60% de opiniones positivas.

La ciudadanía considera al Presidente “activo y enérgico” (76%), “cuenta con autoridad” (73%), “capacidad para enfrentar situaciones de crisis” (71%) y “respetado por los chilenos” (71%).

Sin embargo, cuando se consulta si es “creíble” o “genera confianza”, las respuestas positivas caen a 61 y 59 por ciento, respectivamente. En este último punto baja desde un 66 por ciento de la medición de marzo.

FICHA TÉCNICA

El estudio realizado entre el 8 y el 26 de abril es cuantitativo con aplicación de encuestas telefónicas. Fueron entrevistadas a 1.128 personas, de los cuales 406 entrevistas fueron realizadas en Santiago y 722 se obtuvieron en regiones.

Adimark informa que la muestra es del tipo probabilístico con selección aleatoria de hogares y de entrevistados. El universo está compuesto por hogares que disponen de teléfono en las principales ciudades del país. El error se estima en +/- 3,0%.

Written by Eduardo Aquevedo

29 abril, 2010 at 14:00

Krugman: cómo construir una economía ‘verde’

leave a comment »

Sabemos cómo frenar el calentamiento de la Tierra, y los costes son asumibles. Hace falta voluntad política, según expone el premio Nobel de Economía de 2008

Krugman_visita_Barcelona PAUL KRUGMAN 25/04/2010

Si escuchan a los climatólogos -y a pesar de la implacable campaña para desacreditar su trabajo, deberían escucharlos-, hace ya mucho que habría que haber hecho algo respecto a las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Aseguran que, si seguimos como hasta ahora, nos enfrentamos a una subida de las temperaturas mundiales que será poco menos que apocalíptica. Y para evitar ese Apocalipsis tenemos que acostumbrar a la economía a dejar de usar combustibles fósiles, sobre todo carbón.

¿Pero es posible realizar recortes drásticos en las emisiones de gases de efecto invernadero sin destruir la economía? Al igual que el debate sobre el cambio climático, el debate sobre la economía climática tiene un aspecto muy distinto visto desde dentro, en comparación con el aspecto que suele tener en los medios de comunicación populares. El lector ocasional podría tener la impresión de que hay dudas reales sobre si las emisiones pueden reducirse sin infligir un daño grave a la economía. De hecho, una vez que uno filtra las interferencias generadas por los grupos de presión, descubre que los economistas medioambientales en general coinciden en que con un programa basado en el mercado para hacer frente a la amenaza del cambio climático -uno que limite las emisiones poniéndoles un precio- se pueden obtener grandes resultados con un coste módico, aunque no despreciable. Sin embargo, hay mucho menos consenso en cuanto a la rapidez con la que deberíamos actuar, si los esfuerzos de conservación importantes deben ponerse en marcha casi de inmediato o intensificarse gradualmente a lo largo de muchas décadas.

En los párrafos siguientes presentaré un breve informe sobre la economía del cambio climático, o más exactamente, la economía de la reducción del cambio climático. Trataré de exponer los asuntos sobre los que hay un acuerdo amplio, así como aquellos que siguen siendo objeto de importantes disputas. Pero primero, una introducción a la economía básica de la protección medioambiental.

ECONOMÍA MEDIOAMBIENTAL 101

Si hay una única verdad fundamental en la economía, es esta: las transacciones entre personas mayores de edad generan beneficios mutuos. Si el precio consensuado de un artilugio es de 10 dólares y compro uno, debe de ser porque ese artilugio vale más de 10 dólares para mí. Si uno vende un artilugio a ese precio, debe de ser porque fabricarlo le cuesta menos de 10 dólares. Por tanto, comprar y vender en el mercado de los artilugios redunda en beneficio tanto de los compradores como de los vendedores. Es más, un análisis pormenorizado demuestra que si hay una competencia real en el mercado de los artilugios, de tal modo que el precio termine por hacer coincidir el número de artilugios que la gente quiere comprar con el de artilugios que otra gente quiere vender, la consecuencia es que los beneficios de productores y consumidores se maximizan. Los mercados libres son eficientes (lo que en jerga económica, al contrario que en el lenguaje coloquial, significa que nadie puede mejorar su situación sin empeorar la situación de otro).

Pero la eficiencia no lo es todo. En concreto, no hay razón para suponer que los mercados libres generarán un resultado que consideraremos justo o equitativo. De modo que el argumento de la eficiencia del mercado no dice nada sobre si deberíamos tener, por ejemplo, alguna forma de seguro sanitario garantizado, ayuda a los pobres y demás. Pero la lógica de la economía básica dice que deberíamos tratar de alcanzar objetivos sociales mediante intervenciones posmercado. Es decir, deberíamos dejar que los mercados cumplan su función, haciendo un uso eficiente de los recursos del país, y luego emplear los impuestos y las transferencias para ayudar a aquellos a quienes el mercado pasa por alto.

Pero, ¿y si un acuerdo entre personas mayores de edad supone un coste para personas que no forman parte del intercambio? ¿Qué pasa si alguien fabrica un artilugio y yo lo compro, con beneficios para ambos, pero el proceso de producir ese artilugio conlleva verter residuos tóxicos en el agua potable de otras personas? Cuando hay "efectos externos negativos" -costes que los agentes económicos imponen a otros sin pagar un precio por sus acciones- se esfuma cualquier suposición de que la economía de mercado, si se la deja a su aire, hará lo que debe. Entonces, ¿qué hacemos? La economía medioambiental trata de dar respuesta a esa pregunta.

Un modo de hacer frente a los efectos externos negativos es dictar normas que prohíban o al menos limiten los comportamientos que impongan costes especialmente altos a otros. Eso es lo que hicimos durante la primera gran oleada de legislación medioambiental a principios de los años setenta: se exigió que los coches cumpliesen unas normas sobre las emisiones de los compuestos que provocan la niebla tóxica, se exigió a las fábricas que limitasen el volumen de residuos que vertían a los ríos, y así sucesivamente. Y ese método dio sus frutos; el aire y el agua de Estados Unidos se volvieron mucho más limpios durante las décadas siguientes.

Pero aunque la regulación directa de las actividades contaminantes tiene sentido en algunos casos, es enormemente defectuosa en otros, porque no deja ningún margen para la flexibilidad o la creatividad. Pensemos en el mayor problema medioambiental de los años ochenta: la lluvia ácida. Resultó que las emisiones de dióxido de azufre de las centrales eléctricas tendían a combinarse con el agua siguiendo la dirección del viento y a generar ácido sulfúrico, que destruía la flora (y la fauna). En 1977, el Gobierno hizo su primer intento de abordar el problema y recomendó que todas las centrales nuevas alimentadas con carbón tuviesen depuradoras que eliminasen el dióxido de azufre de sus emisiones. Imponer una norma estricta a todas las centrales era problemático, porque modernizar algunas centrales más antiguas habría resultado extremadamente caro. Sin embargo, al regular únicamente las centrales nuevas, el Gobierno desaprovechó la oportunidad de lograr un control de la contaminación bastante barato en centrales que eran, de hecho, fáciles de modernizar. Salvo mediante una adquisición federal de facto del sector eléctrico, con funcionarios federales dictando instrucciones específicas para cada central, ¿cómo podía resolverse este dilema?

Entra en escena Arthur Cecil Pigou, un catedrático británico de principios del siglo XX cuyo libro de 1920, The economics of welfare (La economía del bienestar), suele considerarse la base de la economía medioambiental.

Aunque en cierto modo resulte sorprendente, teniendo en cuenta su actual condición de padrino de la ciencia medioambiental altamente desarrollada desde un punto de vista económico, Pigou no hizo verdaderamente hincapié en el problema de la contaminación. Más que centrarse en, por ejemplo, la famosa niebla de Londres (en realidad, niebla tóxica acre, provocada por millones de fuegos de carbón), abría su disertación con un ejemplo que debió de parecer cursi incluso en 1920, un caso hipotético en el que "las actividades de conservación de la caza menor de un ocupante conllevan la invasión de las tierras de un ocupante vecino por los conejos". Pero da igual. Lo que Pigou enunciaba era un principio: las actividades económicas que imponen costes no recíprocos a otras personas no siempre deben prohibirse, pero deben desaconsejarse. Y la forma correcta de frenar una actividad, en la mayoría de los casos, es ponerle un precio. Por eso, Pigou proponía que las personas que generan efectos externos negativos pagasen una cuota que reflejara los costes que imponen a otros (lo que ha llegado a conocerse como impuesto pigouviano). La versión más simple del impuesto pigouviano es una cuota sobre las aguas residuales: cualquiera que vierta contaminantes en un río, o los libere en el aire, debe pagar una suma proporcional a la cantidad vertida.

El análisis de Pigou quedó en gran parte olvidado durante casi un siglo, mientras los economistas dedicaban su tiempo a luchar contra problemas que parecían más acuciantes, como la Gran Depresión. Pero con el auge de la normativa medioambiental, los economistas desempolvaron a Pigou y empezaron a defender un planteamiento "basado en el mercado" que ofreciese al sector privado incentivos, por medio de los precios, para limitar la contaminación, en lugar de un remedio a base de "órdenes y control" que dictase instrucciones específicas en forma de normas.

La reacción inicial de muchos activistas medioambientales ante esta idea fue hostil, en gran parte por razones morales. Les parecía que la contaminación debía tratarse como un crimen, más que como algo que uno tiene derecho a hacer siempre que pague el dinero suficiente. Conflictos morales aparte, también había un escepticismo considerable en cuanto a si los incentivos mercantiles serían realmente eficaces para reducir la contaminación. Incluso, hoy, los impuestos pigouvianos tal como se idearon originalmente son relativamente raros. El ejemplo más provechoso que he podido encontrar es un impuesto holandés sobre los vertidos de agua que contienen materia orgánica.

La idea que sí ha cuajado, en cambio, es una variante que la mayoría de los economistas consideran más o menos equivalente: un sistema de permisos de emisiones comercializables, también conocido como tope y trueque. Según este modelo, se concede un número limitado de permisos para emitir un contaminante específico como el dióxido de azufre. Una empresa que quiera generar más contaminación de la que se le permite puede ir y comprar permisos adicionales de otras partes; una compañía que tenga más permisos de los que tiene intención de usar puede vender los que le sobran. Esto proporciona a todo el mundo un incentivo para reducir la contaminación, porque los compradores no tienen que adquirir tantos permisos si pueden recortar sus emisiones, y los vendedores pueden deshacerse de más permisos si hacen lo mismo. De hecho, desde un punto de vista económico, un sistema de tope y trueque produce los mismos incentivos para reducir la contaminación que un impuesto pigouviano, ya que, efectivamente, el precio de los permisos hace las veces de un impuesto sobre la contaminación.

En la práctica hay un par de diferencias importantes entre el tope y trueque y un impuesto sobre la contaminación. Una es que los dos sistemas generan tipos distintos de incertidumbre. Si el Gobierno establece un impuesto sobre la contaminación, los contaminadores saben qué precio tendrán que pagar, pero el Gobierno no sabe cuánta contaminación generarán. Si el Gobierno impone un tope, conoce la cantidad de contaminación, pero los contaminadores no saben cuál será el precio de las emisiones. Otra diferencia importante tiene que ver con los ingresos del Gobierno. Un impuesto sobre la contaminación es, bueno, un impuesto, el cual supone un coste para el sector privado mientras que genera ingresos para el Gobierno. El sistema de tope y trueque es un poco más complicado. Si el Gobierno se limita a emitir los permisos y recaudar los ingresos, entonces es exactamente igual que un impuesto. Sin embargo, el tope y trueque suele conllevar un intercambio de permisos entre los agentes existentes, por lo que los posibles ingresos van a parar a la industria en lugar de al Gobierno.

Desde el punto de vista político, repartir permisos entre la industria no es del todo malo, porque brinda un modo de compensar parcialmente a algunos de los grupos cuyos intereses sufrirían si se adoptase una política dura contra el cambio climático. Esto puede servir para que aprobar las leyes sea más factible.

Estas reflexiones políticas probablemente expliquen por qué la solución al dilema de la lluvia ácida adoptó la forma del tope y trueque y por qué los permisos para contaminar se distribuyeron gratuitamente entre las empresas eléctricas. También merece la pena señalar que el proyecto de ley Waxman-Markey, un sistema de tope y trueque para los gases de efecto invernadero que empieza concediendo muchos permisos al sector, pero saca a subasta un número creciente durante los años siguientes, fue de hecho aprobado por la Cámara de Representantes el año pasado; es difícil imaginar un impuesto generalizado sobre las emisiones que haga lo mismo durante muchos años.

Eso no significa que los impuestos sobre las emisiones no tengan ninguna posibilidad de éxito. Hace poco, algunos senadores han presentado una propuesta con una especie de solución híbrida, con tope y trueque para algunos sectores de la economía e impuestos sobre el carbono para otros (principalmente, el petróleo y el gas). La lógica política parece ser la de que el sector del petróleo piensa que los consumidores no le culparán por la subida de los precios si dichos precios reflejan un impuesto concreto.

En cualquier caso, la experiencia indica que el control de las emisiones basado en el mercado funciona. Nuestra historia reciente en relación con la lluvia ácida demuestra lo mismo. La Ley del Aire Limpio de 1990 introdujo un sistema de tope y trueque por el que las centrales eléctricas podían comprar y vender el derecho a emitir dióxido de azufre, y dejaba en manos de las empresas individuales la gestión de su actividad dentro de los nuevos límites. Como cabía esperar, con el paso del tiempo, las emisiones de dióxido de azufre de las centrales eléctricas se redujeron a casi la mitad, a un coste mucho más bajo de lo que incluso los optimistas esperaban; los precios de la electricidad bajaron en vez de subir. El problema de la lluvia ácida no desapareció, pero se redujo considerablemente. Se podría pensar que los resultados demostraban que podemos hacer frente a los problemas medioambientales cuando nos vemos obligados a hacerlo.

De modo que ahí lo tenemos, ¿no? La emisión de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero es un efecto externo negativo típico (el "mayor fallo del mercado que el mundo ha conocido jamás", en palabras de Nicholas Stern, autor de un informe sobre el tema para el Gobierno británico). La economía de los libros de texto y la experiencia del mundo real nos dicen que deberíamos tener políticas que desincentiven las actividades que generan efectos externos negativos y que, por lo general, es mejor depender de un enfoque basado en el mercado.

¿CLIMA DE DUDA?

Éste es un artículo sobre la economía del clima, no sobre la climatología. Pero antes de abordar la economía merece la pena aclarar tres cosas en relación con la situación del debate científico.

La primera es que, sin duda, el planeta se está calentando. La temperatura fluctúa y, en consecuencia, es bastante fácil encontrar un año inusualmente cálido en el pasado reciente, notar que ahora hace más frío y afirmar: "¡Ven, el planeta se está enfriando, no calentando!". Pero si se observan las pruebas como es debido -teniendo en cuenta las medias a lo largo de periodos lo bastante prolongados como para anular las fluctuaciones-, la tendencia ascendente es inequívoca: cada década sucesiva desde la de los setenta ha sido más cálida que la anterior.

En segundo lugar, los modelos climáticos predijeron esto con mucha antelación, e incluso adivinaron la magnitud del aumento de las temperaturas con bastante aproximación. Mientras que es relativamente fácil idear un análisis que haga coincidir datos conocidos, es mucho más complicado crear un modelo que prediga el futuro con exactitud. Así que el hecho de que los creadores de los modelos predijesen correctamente hace más de 20 años el calentamiento mundial futuro les da una enorme credibilidad.

Pero esa no es la conclusión que se podría extraer de los muchos informes de los medios de comunicación que se han centrado en asuntos como los mensajes de correo electrónico pirateados y los científicos que hablan de "hacer trampa" para "ocultar" una caída anómala en una serie de datos o expresan el deseo de que los artículos de los escépticos del cambio climático queden excluidos de las revisiones de investigación. La verdad, sin embargo, es que los supuestos escándalos se esfuman al analizarlos más de cerca, y solamente revelan que quienes investigan el clima también son seres humanos. Sí, los científicos procuran que sus resultados destaquen, pero no se ha suprimido ningún dato. Sí, a los científicos no les gusta que se publiquen trabajos que, en su opinión, crean deliberadamente confusión respecto a los problemas. ¿Qué tiene de extraño? No hay nada que dé a entender que no se deba seguir apoyando firmemente la investigación sobre el clima.

Y esto me lleva al tercer punto: los modelos basados en esta investigación indican que si seguimos añadiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera como hasta ahora, terminaremos enfrentándonos a cambios drásticos en el clima. Seamos claros. No estamos hablando de unos cuantos días más de calor en verano y de un poco menos de nieve en invierno; estamos hablando de acontecimientos enormemente perjudiciales, como la transformación del suroeste de Estados Unidos en una zona de gran sequía permanente durante las próximas décadas.

Sin embargo, a pesar de la alta credibilidad de los creadores de los modelos climáticos, sigue existiendo una tremenda incertidumbre en sus previsiones a largo plazo. Pero, como veremos en breve, la incertidumbre es un argumento a favor de medidas más fuertes, no más débiles. De modo que el cambio climático exige pasar a la acción. ¿Es un programa de tope y trueque similar al modelo utilizado para reducir el dióxido de azufre el sistema adecuado?

La oposición seria al tope y trueque suele presentarse bajo dos formas: el argumento de que una acción más directa -en concreto, una prohibición de las centrales eléctricas alimentadas con carbón- sería más efectiva, y el de que un impuesto sobre las emisiones sería mejor que la comercialización de las emisiones. (Dejemos a un lado a quienes rechazan la ciencia del clima en su totalidad y se oponen a cualquier limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como a quienes se oponen al uso de cualquier clase de solución basada en el mercado). Hay argumentos a favor de cada una de esas propuestas, aunque no tantos como sus defensores creen.

En lo que respecta a la acción directa, uno puede argumentar que los economistas aman los mercados de manera insensata y excesiva, que están demasiado dispuestos a suponer que cambiar los incentivos económicos de la gente resuelve todos los problemas. En concreto, no es posible ponerle precio a algo a menos que se pueda medir con precisión, y eso puede ser complicado a la par que caro. Por eso, a veces, es mejor limitarse a establecer algunas normas básicas sobre lo que la gente puede y no puede hacer.

Fíjense en las emisiones de los coches, por ejemplo. ¿Podríamos o deberíamos cobrar a cada propietario de un coche una cuota proporcional a las emisiones de su tubo de escape? Desde luego que no. Habría que instalar caros equipos de control en cada coche y también habría que preocuparse por el fraude. Casi con certeza, es mejor hacer lo que de hecho hacemos, que es imponer normas sobre las emisiones a todos los coches.

¿Se puede exponer un razonamiento similar respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero? Mi reacción inicial, que sospecho que compartirían la mayoría de los economistas, es que la propia escala y complejidad de la situación requiere una solución basada en el mercado, ya sea el tope y trueque o un impuesto sobre las emisiones. Después de todo, los gases de efecto invernadero son un subproducto directo o indirecto de casi todo lo producido en una economía moderna, desde las casas en las que vivimos hasta los coches que conducimos. Para reducir las emisiones de esos gases será necesario lograr que la gente modificase su comportamiento de muchas maneras diferentes, algunas de ellas imposibles de identificar hasta que tengamos un dominio mucho mayor de la tecnología ecológica. Por tanto, ¿podemos realmente conseguir avances significativos diciéndole a la gente lo que está o no está concretamente permitido? Economía 101 nos dice -probablemente con acierto- que el único modo de conseguir que la gente cambie de comportamiento adecuadamente es ponerles un precio a las emisiones, de tal manera que este coste quede a su vez incorporado en todo lo demás de una forma que refleje los impactos medioambientales finales.

Cuando los compradores vayan a la frutería, por ejemplo, se encontrarán con que las frutas y las verduras que vienen de lejos tienen precios más altos que las locales, lo que será en parte un reflejo del coste de los permisos de emisión o impuestos pagados para enviar esos productos. Cuando las empresas decidan cuánto gastarse en aislamiento, tendrán en cuenta los costes de la calefacción y el aire acondicionado, que incluyen el precio de los permisos de emisión o los impuestos pagados por la generación de electricidad. Cuando las instalaciones eléctricas tengan que elegir entre distintas fuentes de energía, tendrán que tener en cuenta que el consumo de combustibles fósiles irá asociado a unos impuestos más altos o unos permisos más caros. Y así sucesivamente. Un sistema basado en el mercado crearía incentivos descentralizados para hacer lo correcto, y ésa es la única forma de hacerlo.

Dicho eso, podrían ser necesarias algunas normas específicas. James Hansen, el destacado climatólogo a quien se le debe atribuir gran parte del mérito de haber convertido el cambio climático en un problema prioritario, ha defendido enérgicamente que la mayor parte del problema del cambio climático se debe a una sola cosa, la combustión del carbón, y que hagamos lo que hagamos tenemos que dejar de quemar carbón de aquí a 20 años. Mi reacción como economista es que un canon caro disuadiría de usar carbón en cualquier caso. Pero es posible que un sistema basado en el mercado acabe teniendo lagunas, y las consecuencias serían terribles. Así que yo defendería que se complementasen las medidas disuasorias basadas en el mercado con controles directos del uso del carbón como combustible.

¿Y qué hay de la defensa de un impuesto sobre las emisiones en lugar de un sistema de tope y trueque? No cabe duda de que un impuesto directo tendría muchas ventajas frente a leyes como la de Waxman-Markey, que está llena de excepciones y situaciones especiales. Pero esa no es en realidad una comparación útil: por supuesto que un impuesto ideal sobre las emisiones tiene mejor aspecto que un sistema de tope y trueque que la Cámara ya ha aprobado con todas sus condiciones adicionales. La pregunta es si el impuesto sobre las emisiones que realmente podría aplicarse es mejor que el tope y trueque. No hay motivos para creer que lo sería; de hecho, no hay motivos para creer que un impuesto sobre las emisiones generalizado conseguiría la aprobación del Congreso.

Para ser justos, Hansen ha expuesto un interesante argumento moral contra el sistema de tope y trueque, uno mucho más elaborado que la vieja idea de que está mal permitir que quienes contaminan compren el derecho a contaminar. Hansen llama la atención sobre el hecho de que en un mundo de tope y trueque, las buenas acciones individuales no contribuyen a los objetivos sociales. Si uno opta por conducir un coche híbrido o comprar una casa con una huella de carbono pequeña, todo lo que está haciendo es liberar permisos de emisiones para otra persona, lo que significa que uno no ha hecho nada para reducir la amenaza del cambio climático. Tiene parte de razón. Pero el altruismo no puede resolver de forma efectiva el problema del cambio climático. Cualquier solución seria debe depender principalmente de la creación de un sistema que le dé a todo el mundo un motivo egoísta para generar menos emisiones. Es una lástima, pero el altruismo climático debe ponerse por detrás de la tarea de lograr que dicho sistema funcione.

La conclusión, por tanto, es que, aunque el cambio climático puede ser un problema muchísimo más grave que el de la lluvia ácida, la lógica de cómo responder ante él es en gran medida la misma. Lo que necesitamos son incentivos de mercado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero -junto con algunos controles directos del uso del carbón-, y el sistema de tope y trueque es una forma razonable de crear esos incentivos.

¿Pero podemos permitirnos hacer eso? Y lo que es igual de importante, ¿podemos permitirnos no hacerlo?

EL PRECIO DE LA ACTUACIÓN

Del mismo modo que existe un consenso aproximado entre los creadores de los modelos climáticos en cuanto a la trayectoria probable de las temperaturas si no actuamos para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero, hay un consenso aproximado entre los creadores de los modelos económicos en cuanto al precio de la actuación. Esa opinión general puede resumirse de la manera siguiente: limitar las emisiones frenará el crecimiento económico, pero no demasiado. La Oficina Presupuestaria del Congreso, basándose en un estudio de modelos, ha llegado a la conclusión de que la ley Waxman-Markey "reduciría la tasa media anual de crecimiento prevista del producto interior bruto entre 2010 y 2050 entre 0,03 y 0,09 puntos porcentuales". Es decir, en el peor de los casos, reduciría el crecimiento anual medio del 2,4% al 2,31%. Básicamente, la Oficina Presupuestaria llega a la conclusión de que unas medidas fuertes para abordar el cambio climático harían que la economía estadounidense fuese entre un 1,1% y un 3,4% más pequeña en 2050 de lo que lo sería sin ellas.

¿Y qué hay de la economía mundial? En general, los creadores de los modelos tienden a calcular que las políticas sobre cambio climático reducirían la producción mundial en un porcentaje algo menor que el correspondiente a Estados Unidos. El principal motivo es que las economías incipientes como China usan actualmente la energía de un modo bastante ineficiente, en parte como consecuencia de unas políticas nacionales que han mantenido los precios de los combustibles fósiles muy bajos, y por tanto podrían conseguir un gran ahorro energético a un precio módico. Una revisión reciente de los cálculos disponibles establece el coste de una política climática muy estricta -considerablemente más agresiva que la contemplada en las propuestas legislativas actuales- en un valor situado entre el 1% y el 3% del PIB.

Esas cifras suelen provenir de un modelo que combina todo tipo de cálculos procedentes de la ingeniería y del mercado. Entre ellos están, por ejemplo, los cálculos óptimos de los ingenieros sobre cuánto cuesta generar electricidad de distintas formas, a partir del carbón, el gas, la energía nuclear y la solar, con unos precios determinados de los recursos. A continuación se hacen cálculos, basados en la experiencia histórica, sobre cuánto recortarían los consumidores su consumo de electricidad si su precio subiese. El mismo proceso se sigue con otras fuentes de energía, como el carburante. Y el modelo supone que todo el mundo opta por la mejor alternativa en función del contexto económico; que los generadores de energía eligen las formas menos caras de producir electricidad, mientras que los consumidores conservan la energía siempre que el dinero que ahorren al comprar menos electricidad supere el coste de usar menos electricidad en forma de otro gasto o de pérdida de comodidad. Después de todos estos análisis, resulta posible predecir cómo los productores y los consumidores de energía reaccionarán ante políticas que les pongan un precio a las emisiones, y qué coste final tendrán esas reacciones para la economía en su conjunto.

Naturalmente, hay casos en los que esta clase de modelo podría equivocarse. Muchos de los cálculos subyacentes son necesariamente especulativos hasta cierto punto; por ejemplo, nadie sabe realmente lo que costará la energía solar una vez que finalmente se convierta en una opción a gran escala. También hay motivos para dudar de la suposición de que la gente realmente toma las decisiones correctas: muchos estudios han descubierto que los consumidores no eran capaces de tomar medidas para ahorrar energía, como mejorar el aislamiento, aun cuando podrían ahorrar dinero si lo hicieran.

Pero, aunque sea improbable que estos modelos acierten en todo, está bien que, en vez de infravalorarlos, exageren los costes económicos de las medidas para abordar el cambio climático. Eso es lo que la experiencia del programa de tope y trueque para la lluvia ácida indica: los costes resultaron estar bastante por debajo de las predicciones iniciales. Y en general, lo que los modelos no tienen ni pueden tener en cuenta es la creatividad; sin duda, frente a una economía en la que hay grandes recompensas monetarias por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el sector privado encontrará formas de limitar las emisiones que todavía no están en ningún modelo.

Sin embargo, lo que oímos decir a los conservadores que se oponen a la política sobre cambio climático es que cualquier intento de limitar las emisiones sería económicamente devastador. La Fundación Heritage, por ejemplo, respondió a los cálculos de la Oficina Presupuestaria sobre la ley Waxman-Markey con un largo texto titulado "La OPC subestima enormemente los costes del sistema de tope y trueque". Los efectos reales, según la fundación, serían ruinosos para las familias y la creación de empleo.

Esta reacción -este pesimismo exagerado respecto a la capacidad de la economía para sobrellevar el tope y trueque- choca frontalmente con la retórica conservadora. Al fin y al cabo, los conservadores modernos dan muestras de una profunda y casi mística confianza en la efectividad de los incentivos mercantiles (a Ronald Reagan le gustaba hablar de la "magia del mercado"). Creen que el sistema capitalista puede hacer frente a todo tipo de limitaciones, que la tecnología, por ejemplo, puede superar fácilmente cualquier restricción impuesta al crecimiento por las reservas limitadas de petróleo o de otros recursos naturales. Pero ahora afirman que este mismo sector privado es absolutamente incapaz de soportar una limitación de las emisiones generales, aun cuando dicho tope funcionaría, desde el punto de vista del sector privado, de forma muy similar al suministro de un recurso limitado, como la tierra. ¿Por qué no creen que el dinamismo del capitalismo le inducirá a encontrar modos de arreglárselas en un mundo de emisiones de carbono reducidas? ¿Por qué piensan que el mercado pierde su magia en cuanto se invocan los incentivos mercantiles en favor de la conservación?

Está claro que los conservadores abandonan toda su fe en la capacidad de los mercados para adaptarse a la política sobre cambio climático porque no quieren que el Gobierno intervenga. Su pesimismo declarado respecto al coste de la política climática es esencialmente una estratagema política más que una opinión económica razonada. Lo que los delata es la marcada tendencia que tienen los conservadores que se oponen al tope y trueque a argumentar de mala fe. El extenso documento de la Fundación Heritage acusa a la Oficina Presupuestaria del Congreso de cometer errores lógicos elementales, pero si uno lee de hecho el informe de la oficina, está claro que la fundación lo está malinterpretando intencionadamente. Los políticos conservadores han sido aún más descarados. El Comité Nacional Republicano del Congreso, por ejemplo, publicó varios comunicados de prensa citando específicamente un estudio del Massachusetts Institute of Technology (MIT en sus siglas en inglés) como base para afirmar que el tope y trueque costaría 3.100 dólares a cada familia, a pesar de los repetidos intentos por parte de los autores del estudio de aclarar que la cifra real representaba aproximadamente sólo una cuarta parte de eso.

La verdad es que no hay investigaciones creíbles que indiquen que tomar medidas enérgicas contra el cambio climático esté fuera de las posibilidades de la economía. Incluso si uno no confía plenamente en los modelos -y no debería hacerlo-, la historia y la lógica indican que los modelos exageran, no subestiman, los costes de la actuación climática. Podemos permitirnos hacer algo respecto al cambio climático.

Pero eso no equivale a decir que debamos hacerlo. La actuación tendrá costes, y éstos deben compararse con los de la falta de actuación. Sin embargo, antes de llegar a ese punto, permítanme tocar un tema que se volverá esencial si realmente ponemos en marcha la política climática: cómo lograr que el resto del mundo nos acompañe en el esfuerzo.

EL SÍNDROME DE CHINA

Estados Unidos sigue siendo la mayor economía del mundo, lo que convierte al país en una de las mayores fuentes de gases de efecto invernadero. Pero no es la mayor. China, que quema mucho más carbón por dólar del producto interior bruto que Estados Unidos, lo superó según ese criterio hace unos tres años. En general, los países desarrollados -el club de los ricos del que forman parte Europa, América del Norte y Japón- son responsables de solamente la mitad más o menos de las emisiones de efecto invernadero, y esa es una fracción que se reducirá con el paso del tiempo. En resumen, no puede haber una solución para el cambio climático a menos que el resto del mundo, y las economías incipientes en particular, participen de forma importante.

Invariablemente, quienes se resisten a hacer frente al cambio climático señalan la naturaleza mundial de las emisiones como motivo para no actuar. Limitar las emisiones de Estados Unidos no servirá de mucho, sostienen, si China y otros no nos acompañan en el esfuerzo. Y subrayan la obstinación de China en las negociaciones de Copenhague como prueba de que otros países no cooperarán. De hecho, las economías incipientes consideran que tienen derecho a emitir libremente sin preocuparse por las consecuencias (eso es lo que los países que hoy son ricos pudieron hacer durante siglos). No es posible conseguir una cooperación mundial en relación con el cambio climático, prosigue el argumento, y eso significa que no tiene sentido tomar ninguna medida en absoluto.

Para quienes piensan que tomar medidas es esencial, la pregunta correcta es cómo convencer a China y a otros países emergentes de que participen en la limitación de las emisiones. Las zanahorias, o incentivos positivos, son una respuesta. Imaginen que se establecen sistemas de tope y trueque en China y Estados Unidos (pero permitiendo el trueque internacional de los permisos, de manera que las empresas chinas y estadounidenses puedan comprar y vender los derechos de emisiones). Al establecer topes generales a niveles pensados para garantizar que China nos venda un número considerable de permisos, estaríamos de hecho pagando a China para que recortase sus emisiones. Dado que las pruebas indican que el coste de recortar las emisiones sería más bajo en China que en Estados Unidos, esto podría ser un trato ventajoso para todos.

¿Pero qué pasa si los chinos (o los indios, o los brasileños, etcétera) no quieren participar en dicho sistema? Entonces hacen falta tanto varas como zanahorias. En concreto, hacen falta aranceles sobre el carbono.

Un arancel sobre el carbono sería un impuesto sobre los productos importados proporcional al carbón emitido al fabricar dichos productos. Supongamos que China se niega a reducir las emisiones, mientras que Estados Unidos adopta unas políticas que establecen un precio de 100 dólares por cada tonelada de emisiones de carbono. Si Estados Unidos impusiese ese arancel sobre el carbono, cualquier envío de productos chinos a Estados Unidos cuya producción conllevase la emisión de una tonelada de carbono estaría gravado con un impuesto de 100 dólares que se añadirían a cualquier otro impuesto. Esos aranceles, si fuesen impuestos por los actores más importantes -probablemente Estados Unidos y la Unión Europea-, ofrecerían a los países que no cooperan un incentivo considerable para que se replanteasen su postura.

A la objeción de que una política así sería proteccionista, una violación de los principios del libre comercio, una posible respuesta es: ¿y qué? Mantener los mercados mundiales abiertos es importante, pero evitar una catástrofe planetaria es mucho más importante. Sin embargo, se puede argumentar de todos modos que los aranceles sobre el carbono entran dentro de las normas de las relaciones comerciales normales. Siempre que el arancel impuesto al contenido de carbono de las importaciones sea comparable al precio de los permisos de carbono nacionales, la consecuencia es cobrar a los consumidores un coste que refleja el carbono emitido en lo que compran, independientemente de dónde se fabrique. Eso debería ser legal según las normas del comercio internacional. De hecho, hasta la Organización Mundial del Comercio, que se encarga de supervisar las políticas comerciales, ha publicado un estudio que indica que los aranceles sobre el carbono serían aceptables.

Huelga decir que las negociaciones reales para lograr que se coopere y se actúe a escala mundial contra el cambio climático serían mucho más complejas y tendenciosas de lo que esta exposición da a entender. Pero el problema no es tan inabordable como se suele afirmar. Si Estados Unidos y Europa decidiesen tomar medidas sobre política climática, casi seguro que serían capaces de engatusar y presionar al resto del mundo para que se una al esfuerzo. Podemos hacerlo.

EL PRECIO DE LA FALTA DE ACTUACIÓN

En los debates públicos, los escépticos del cambio climático han ganado terreno claramente durante los dos últimos años, aun cuando últimamente se ha visto que es probable que 2010 sea el año más caluroso de los registrados. Pero los propios creadores de los modelos climáticos se sienten cada vez más pesimistas. Lo que antes eran las peores situaciones posibles se han convertido en previsiones de partida, y algunas organizaciones han duplicado sus predicciones sobre el aumento de la temperatura en el transcurso del siglo XXI. Tras este nuevo pesimismo se oculta una preocupación cada vez mayor por los efectos de acoplamiento (por ejemplo, la liberación de metano, un importante gas de efecto invernadero, desde los lechos marinos y la tundra, a medida que el planeta se calienta).

En estos momentos, las previsiones sobre el cambio climático, suponiendo que sigamos como hasta ahora, se agrupan en torno al cálculo de que en 2100 las temperaturas medias serán unos cinco grados centígrados más altas de lo que lo eran en 2000. Eso es mucho (equivale a la diferencia de las temperaturas medias de Nueva York y el centro del Estado de Misisipi). Un cambio tan grande sería enormemente perjudicial. Y los problemas no terminarían aquí: las temperaturas seguirían subiendo.

Además, los cambios en la temperatura media no serán ni mucho menos la única alteración. Los patrones de precipitación cambiarán, y algunas regiones se volverán mucho más húmedas, y otras, mucho más secas. Muchos creadores de modelos también predicen tormentas más intensas. El nivel de los océanos subirá, y el impacto se verá intensificado por esas tormentas: la inundación costera, que ya es una fuente importante de desastres naturales, se volvería mucho más frecuente y grave. Y podría haber cambios drásticos en el clima de algunas regiones a medida que las corrientes oceánicas se modifiquen. Siempre merece la pena tener en cuenta que Londres tiene la misma latitud que Labrador; sin la corriente del Golfo, Europa Occidental apenas sería habitable.

Aunque un clima más cálido podría tener algunas ventajas, parece casi seguro que un trastorno de esta magnitud haría que Estados Unidos, y el mundo en su conjunto, fuese más pobre de lo que lo sería en otras circunstancias. ¿Cuánto más pobre? Si la nuestra fuese una sociedad preindustrial y principalmente agrícola, el cambio climático radical sería evidentemente catastrófico. Pero tenemos una economía avanzada, del tipo que históricamente ha demostrado tener gran capacidad para adaptarse a circunstancias cambiantes. Si esto suena parecido a mi argumento sobre que los costes de los límites de las emisiones serían soportables, así debe ser: la misma flexibilidad que debería permitirnos soportar unos precios del carbono mucho más altos también debería ayudarnos a hacer frente a una temperatura media algo más alta.

Pero hay al menos dos motivos para tomarse con precaución las valoraciones positivas de las consecuencias del cambio climático. Uno es que, como acabo de señalar, no se trata sólo de tener un clima más cálido: muchos de los costes del cambio climático es probable que se deban a las sequías, las inundaciones y las tormentas fuertes. El otro es que, mientras que las economías modernas pueden ser enormemente adaptables, a los ecosistemas puede que no les suceda lo mismo. La última vez que la Tierra experimentó un calentamiento cuyo ritmo era similar al que ahora esperamos fue durante el máximo térmico del Paleoceno-Eoceno, hace unos 55 millones de años, cuando las temperaturas aumentaron unos seis grados centígrados en el transcurso de unos 20.000 años (lo cual es un ritmo mucho más lento que el del calentamiento actual). Esa subida estuvo unida a extinciones masivas, lo cual, por decirlo suavemente, probablemente no sería bueno para el nivel de vida.

De modo que, ¿cómo podemos ponerle un precio a los efectos del calentamiento global? Los cálculos más citados, como los del Modelo Dinámico Integrado de Clima y Economía, conocido como DICE por sus siglas en inglés y empleado por William Nordhaus, de Yale, y sus compañeros, dependen de unas elaboradas conjeturas para atribuir un valor a los efectos negativos del calentamiento global para algunos sectores cruciales, especialmente la agricultura y la protección costera, y luego tratar de dejar cierto margen para otras posibles repercusiones. Nordhaus ha sostenido que un aumento de la temperatura mundial de 2,5 grados centígrados -que era antes la previsión aceptada para 2100- reduciría el producto mundial bruto en algo menos del 2%. ¿Pero qué pasaría si, como indica un número cada vez mayor de modelos, el aumento real de la temperatura fuese el doble? Nadie sabe realmente cómo hacer esa extrapolación. Acierte o no, el modelo de Nordhaus calcula que las pérdidas debidas a un aumento de cinco grados serían de alrededor del 5% del producto bruto mundial. Sin embargo, muchos críticos han sostenido que el coste sería mucho más alto.

A pesar de la incertidumbre, resulta tentador hacer una comparación directa entre las pérdidas calculadas y los cálculos de lo que costarían las políticas climáticas: el cambio climático reducirá el producto mundial bruto en un 5%; detenerlo costará el 2%, así que, adelante. Desgraciadamente, los cálculos no son tan sencillos por al menos cuatro motivos.

Primero, ya se está cociendo un considerable calentamiento global como consecuencia de las emisiones del pasado y porque, incluso con unas medidas fuertes contra el cambio climático, lo más probable es que la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera siga aumentando durante muchos años. Por tanto, incluso si los países de todo el mundo consiguen frenar el cambio climático, seguiremos teniendo que pagar por nuestra falta de actuación inicial. Como consecuencia, los cálculos de las pérdidas de Nordhaus pueden superar a los beneficios de la actuación.

Segundo, los costes económicos de los límites de las emisiones empezarían a producirse en cuanto la política entrase en vigor y, según la mayoría de las propuestas, serían considerables dentro de unos 20 años. Por otra parte, si no actuamos, los grandes costes probablemente llegarían a finales de este siglo (aunque algunas cosas, como la transformación del suroeste de Estados Unidos en una zona desértica, podrían llegar mucho antes). Así que la forma de comparar esos costes depende de cómo se valoren los costes en el futuro lejano en relación con los costes que se presentarán mucho antes.

Tercero, y yendo en dirección contraria, si no tomamos medidas, el calentamiento global no se detendrá en 2100: las temperaturas, y las pérdidas, seguirán aumentando. De modo que si uno le da importancia al futuro muy, muy lejano, las razones para actuar son más sólidas de lo que incluso los cálculos para 2100 dan a entender.

Por último, está el importantísimo problema de la incertidumbre. No sabemos a ciencia cierta la magnitud del cambio climático, lo cual es inevitable, porque hablamos de alcanzar niveles de dióxido de carbono en la atmósfera que no se han visto en millones de años. La reciente duplicación de las cifras previstas para 2100 por muchos modelos es en sí misma una muestra del alcance de esa incertidumbre; quién sabe qué revisiones podrían producirse en los próximos años. Aparte de eso, nadie sabe realmente cuánto daño causaría un aumento de las temperaturas del calibre que ahora se considera probable.

Podrían pensar que esta incertidumbre debilita el argumento en favor de la actuación, pero en realidad lo refuerza. Como ha sostenido Martin Weitzman, de Harvard, en varios artículos influyentes, si hay una posibilidad significativa de que se produzca una catástrofe absoluta, esa posibilidad -más que la cuestión de qué es más probable que suceda- debería dominar los cálculos de los costes frente a los beneficios. Y la de la catástrofe absoluta sí que parece una posibilidad realista, aun cuando no sea el resultado más probable.

Weitzman sostiene -y yo estoy de acuerdo- que este riesgo de una catástrofe, más que los detalles de los cálculos de los costes frente a los beneficios, es el argumento más poderoso a favor de una política climática rigurosa. Las previsiones actuales sobre el calentamiento global en ausencia de medidas para combatirlo están demasiado cerca de las clases de cifras que se asocian a las peores de las perspectivas. Sería irresponsable -resulta tentador decir que criminalmente irresponsable- no alejarse de lo que muy fácilmente podría resultar ser el borde de un precipicio.

Aun así, eso abre un gran debate sobre la velocidad de las actuaciones.

LA RAMPA CONTRA EL ‘BIG BANG’

Los economistas que analizan las políticas climáticas coinciden en algunos puntos clave. Hay un amplio consenso en cuanto a que tenemos que poner precio a las emisiones de carbono, y que este precio debe terminar siendo muy alto, pero que los efectos económicos negativos de esta política tendrán una magnitud abarcable. En otras palabras, podemos y debemos actuar para limitar el cambio climático. Pero hay un debate encarnizado entre los analistas expertos respecto al ritmo, la rapidez con que los precios del carbono deben subir hasta niveles significativos.

Por una parte están los economistas que llevan muchos años trabajando en los llamados modelos de evaluación integrada, que combinan modelos de cambio climático con modelos que describen tanto el daño debido al calentamiento global como los costes debidos al recorte de las emisiones. En su mayor parte, el mensaje de estos economistas es una especie de versión para el cambio climático de la famosa plegaria de san Agustín: "Dame castidad y continencia, pero no ahora". Así, el modelo DICE de Nordhaus afirma que el precio de las emisiones de carbono subirá finalmente hasta más de 200 dólares por tonelada, en la práctica más del cuádruple del coste del carbón, pero que la mayor parte de ese aumento debería llegar a finales de este siglo, y que la mucho más modesta tasa inicial debería ser de 30 dólares por tonelada. Nordhaus llama "rampa de la política climática" a esta recomendación de una política que se intensifica poco a poco durante un largo periodo.

Por otra parte, hay algunos más recientemente llegados al campo que trabajan con modelos similares, pero que llegan a conclusiones diferentes. El más conocido, Nicholas Stern, un economista de la London School of Economics, defendía en 2006 una actuación rápida y agresiva para limitar las emisiones, lo que muy probablemente conllevaría unos precios del carbono mucho más altos. Esta postura alternativa no parece tener un nombre consensuado, así que permítanme llamarla "big bang de la política climática".

Me resulta más fácil encontrarles el sentido a los argumentos si pienso en las políticas para reducir las emisiones de carbono como en una especie de proyecto de inversión pública: uno paga un precio ahora y obtiene unos beneficios en forma de un planeta menos dañado más tarde. Y cuando digo más tarde, me refiero a mucho más tarde; las emisiones de hoy influirán sobre la cantidad de carbono en la atmósfera durante décadas y posiblemente siglos futuros. Así que si quieren evaluar si merece la pena hacer una inversión determinada en la reducción de las emisiones tienen que calcular el daño que hará una tonelada adicional de carbono en la atmósfera no sólo este año, sino dentro de un siglo o más; y también tienen que decidir cuánta importancia le atribuyen a un daño que tardará mucho tiempo en materializarse.

Los defensores de la política rampa sostienen que el daño hecho por una tonelada adicional de carbono en la atmósfera es bastante bajo con las concentraciones actuales; el coste no será realmente grande hasta que haya mucho más dióxido de carbono en el aire, y eso no sucederá hasta finales de este siglo. Y sostienen que unos costes tan lejanos en el tiempo no deberían tener una gran influencia sobre la política actual. Señalan los tipos de rendimiento del mercado, que indican que los inversores dan poca importancia a los beneficios o pérdidas que experimentarán en un futuro lejano, y argumentan que las políticas oficiales, incluidas las políticas climáticas, deberían hacer lo mismo.

Los defensores del big bang sostienen que el Gobierno debería tener mucha más perspectiva que los inversores privados. Stern, concretamente, defiende que los responsables políticos deberían dar la misma importancia al bienestar de las generaciones futuras que al de las actuales. Además, los defensores de la acción rápida sostienen que el daño debido a las emisiones podría ser mucho mayor de lo que indican los análisis de la política rampa, ya sea porque las temperaturas globales son más sensibles a las emisiones de efecto invernadero de lo que se creía, o porque el daño económico debido a una gran subida de las temperaturas es mucho mayor de lo que afirman los cálculos aproximados de los modelos rampa.

Como economista profesional, este debate me resulta doloroso. Hay personas inteligentes y bienintencionadas en ambos lados -algunos de ellos, como suele ocurrir, viejos amigos y mentores míos-, y ambos lados se han apuntado algunos tantos importantes. Desgraciadamente, no podemos declarar un empate honorable, porque hay que tomar una decisión.

Personalmente, me inclino por la opinión del big bang. El argumento moral de Stern a favor de amar a las generaciones no nacidas igual que nos amamos a nosotros mismos puede resultar demasiado fuerte, pero se puede argumentar convincentemente que la política pública debe tener una perspectiva mucho más amplia que la de los mercados privados. Y lo que es más importante, las recomendaciones de la política rampa se parecen demasiado a la realización de un experimento muy arriesgado con el planeta entero. La política preferida por Nordhaus, por ejemplo, estabilizaría la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera a un nivel que es aproximadamente el doble de la media preindustrial. Según su modelo, esto sólo tendría unas consecuencias moderadas para el bienestar mundial; ¿pero hasta qué punto podemos confiar en esto? ¿Cómo podemos estar seguros de que esta clase de cambios en el medio ambiente no conduciría a una catástrofe? No lo bastante seguros, diría yo, especialmente porque, como he señalado antes, los creadores de modelos climáticos han elevado radicalmente sus cifras aproximadas de calentamiento futuro en tan sólo los dos últimos años.

Así que, básicamente, me quedo con el argumento de Martin Weitzman: la probabilidad no insignificante de un desastre absoluto es la que debe dominar nuestro análisis político. Y eso es un argumento a favor de las medidas agresivas para frenar las emisiones ya.

LA ATMÓSFERA POLÍTICA

Como he mencionado, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ya ha aprobado el proyecto de ley Waxman-Markey, una legislación bastante sólida destinada a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No es tan radical como lo que proponen los defensores del big bang, pero sus medidas parecen más rápidas que las propuestas por la política rampa. Pero la votación de la ley Waxman-Markey que se celebró el pasado junio puso de manifiesto la clara división que existe en el Congreso. Tan sólo 8 republicanos votaron a favor, mientras que 44 demócratas votaron en contra. Y todo indica que no se aprobaría si tuviese que ser sometido a votación hoy.

Las perspectivas en el Senado, donde hacen falta 60 votos para que se aprueben la mayoría de las leyes, son aún peores. Algunos senadores demócratas, representantes de Estados agrícolas y productores de energía, han hecho declaraciones en contra del sistema de tope y trueque (la agricultura estadounidense moderna es una gran consumidora de energía). En el pasado, algunos senadores republicanos han apoyado el tope y trueque. Pero con el partidismo en auge, la mayoría de ellos ha cambiado de tono. El cambio de actitud más sorprendente ha sido el de John McCain, que tuvo un papel protagonista en la promoción del tope y trueque y presentó un proyecto de ley similar al de Waxman-Markey en 2003. Hoy, McCain desprecia la idea en sí llamándola "tope e impuesto", para consternación de sus ex ayudantes.

Ah, y un invierno muy nevado en la Costa Este de Estados Unidos les ha brindado a los escépticos del cambio climático una buena oportunidad, aun cuando a escala mundial éste ha sido uno de los inviernos más cálidos que se han registrado.

Por tanto, las perspectivas inmediatas de las actuaciones climáticas no parecen prometedoras, a pesar del esfuerzo constante de tres senadores -Kerry, Lieberman y Graham- por presentar una propuesta negociada. (Tienen previsto presentar una ley a finales de este mes). Pero el problema no va a desaparecer. Es bastante probable que las temperaturas récord que el mundo situado fuera de Washington ha conocido en lo que llevamos de año continúen, lo que privaría a los escépticos de uno de sus principales argumentos. Y en un sentido más general, dados los vaivenes de la política estadounidense en los últimos años -desde 2005, la creencia generalizada ha pasado del dominio republicano permanente al dominio demócrata permanente y a Dios sabe qué-, tiene que haber una posibilidad real de que renazca el apoyo político a la actuación contra el cambio climático.

Si lo hace, el análisis económico estará preparado. Sabemos cómo limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Tenemos un buen conocimiento de los costes, y son asumibles. Todo lo que necesitamos ahora es la voluntad política. –

Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de Economía en 2008. © New York Times Service. Traducción de News Clips.

EL PAIS.COM

Bolivia: planteo radical en la cumbre medioambiental…

leave a comment »

Los firmantes se comprometieron a detener las explotaciones hidrocarburíferas y forestales en las selvas, respetar el derecho a la consulta en estas comunidades y la titulación de tierras a favor de comunidades y pueblos indígenas.

Por Sebastián Ochoa, desde Cochabamba

El vice boliviano García Linera, Evo Morales, Hugo Chávez y Tomás Borge en la cumbre ecológica de Cochabamba.
Imagen: EFE.

Los encuentros sociales para proponer alternativas al fin del mundo concluyeron con planteos radicales y ambiciosos. El cumplimiento del Acuerdo de Cochabamba obligaría a los países, incluido Bolivia, a olvidarse de extraer recursos naturales de selvas y territorios indígenas. O al menos consultar a las comunidades, como dicen varios tratados internacionales intrascendentes para los estados adheridos. Además los llevaría a cambiar sus matrices energéticas por otras que no contaminen la atmósfera. Miles de personas dejaron esta ciudad persuadidas de que sus consensos se concretarán en algo. Según ellos, toca ahora a los gobiernos encargarse del reclamo o pagar también esas consecuencias. Como señal de que tomará en cuenta el texto elaborado por 35 mil personas, el gobierno boliviano anunció la creación del Ministerio de la Madre Tierra.

Los documentos de las 17 mesas de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra (Cmpcc) no tienen grandes diferencias con la resolución de la Mesa 18, que sesionó también en Cochabamba sin el reconocimiento del gobierno. Muchas personas participaron en ambos espacios, muchas otras fueron con las mismas propuestas: detener las explotaciones forestales e hidrocarburíferas en las selvas, respetar el derecho a la consulta en estas comunidades y la titulación de tierras a favor de comunidades y pueblos indígenas.

“Este modelo capitalista impone megaproyectos de infraestructura, invade territorios con proyectos extractivistas, privatiza y mercantiliza el agua y militariza los territorios expulsando a los pueblos indígenas y campesinos de sus territorios, impidiendo la soberanía alimentaria y profundizando la crisis socioambiental”, denuncia el texto de la Cmpcc.

“Los gobiernos deben eliminar las concesiones forestales y apoyar la conservación del petróleo bajo la tierra y detener urgentemente la explotación de hidrocarburos en las selvas”, dice el acuerdo cochabambino.

En este sentido, sostiene que “la mejor estrategia y acción para evitar la deforestación y degradación y proteger los bosques nativos y la selva es reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios, considerando especialmente que la mayoría de los bosques y selvas están en los territorios de pueblos y naciones indígenas, comunidades campesinas y tradicionales”.

También demanda “la plena y efectiva aplicación del derecho a la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas en todos los procesos de negociación, así como en el diseño e implementación de las medidas relativas al cambio climático”.

Para ello, exigen que se respeten instrumentos de derecho internacional, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aprobado en la mayoría de los países de las Naciones Unidas; o la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, elaborado por la ONU pero constitucionalizado sólo por Bolivia.

El documento final reflejó la preocupación de los acreditados, venidos de 140 países, por la explotación acelerada de los recursos de este mundo. “En la actualidad ya se ha excedido en más de un 30 por ciento la capacidad del planeta para regenerarse. A este ritmo de sobreexplotación de nuestra Madre Tierra, se necesitarían dos planetas para el 2030”, según el acuerdo.

Ese motivo, entre otros, justificó la propuesta de hacerle derechos a la Tierra. “En un sistema interdependiente, del cual los seres humanos somos uno de sus componentes, no es posible reconocer derechos solamente a la parte humana sin provocar un desequilibrio en todo el sistema. Para garantizar los derechos humanos y restablecer la armonía con la naturaleza, es necesario reconocer y aplicar efectivamente los derechos de la Madre Tierra”, dice el texto.

Algunos de los derechos propuestos para la Tierra son “a la vida y a existir”, “a ser respetada”, “a la continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de alteraciones humanas”, “al agua como fuente de vida”, “al aire limpio”, “a estar libre de la contaminación y polución de desechos tóxicos y radiactivos”.

De acuerdo con el Protocolo de Kioto, los 42 países más industrializados están obligados a disminuir sus emisiones de gases contaminantes en un cinco por ciento entre 2008 y 2012. En la Conferencia de Partes de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 15) realizada en diciembre pasado en Copenhague, se propuso que de aquí en adelante cada país emitiera menos gases en forma voluntaria, según las necesidades de sus negocios.

En la Cmpcc definieron que entre 2013 y 2020 los 42 países del llamado Anexo 1 reduzcan sus emisiones en un 50 por ciento. Esa posición defenderá Bolivia en la COP 16, que será a fin de año en Cancún, México. Posiblemente, algunos de los 48 gobiernos que enviaron delegaciones oficiales a esta conferencia apoyen este reclamo.

Con una reducción del 50 por ciento se espera que el aumento de la temperatura del planeta no sobrepase los dos grados en el próximo siglo y se estabilice en 1,5. El Entendimiento de Copenhague, deplorado por la concurrencia, plantea una tolerancia de hasta dos grados. Sin embargo, varios científicos presentes en la Cmpcc destacaron que ese entendimiento llevaría a que la Tierra tuviera cuatro grados más y muchas poblaciones costeras menos.

También definieron la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática, encargado de juzgar a los estados y empresas que contaminen. Para que esta instancia funcione, en la Cmpcc exigieron una “profunda reforma” en la estructura de la ONU. Y convocaron a la constitución de un movimiento global que vigile la aplicación del Acuerdo de Cochabamba, cuyo texto entero se encuentra en http://www.cmpcc.org.

Calcularon que el costo de la deuda climática de los países industrializados hacia los empobrecidos ascendería al seis por ciento anual de sus PBI. “Esto es viable tomando en cuenta que gastan un monto similar en defensa nacional y destinaron cinco veces más para rescatar bancos y especuladores en quiebra, lo que cuestiona seriamente sus prioridades mundiales y su voluntad política”, se lee en el acuerdo.

El gobierno de Evo Morales quiso dar el primer paso para ese lado y proclamó la creación del Ministerio de la Madre Tierra. El vicepresidente, Alvaro García Linera, dijo que la nueva cartera recogerá “buena parte de lo que hoy es el Viceministerio de Medio Ambiente y Agua, pero también está claro que tendrá que asumir responsabilidades en función del documento de Cochabamba”.

Aprobar la ley de la Madre Tierra no debiera traer dificultades al actual gobierno, que controla dos tercios de votos en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Como país capitalista atrasado, Bolivia debería desistir en sus intenciones de extraer petróleo del selvático norte de La Paz, según denuncia el pueblo indígena Leco a la empresa Petroandina, conformada por YPFB (del Estado Plurinacional) y Pdvsa (de capitales venezolanos). También tendría que respetar el derecho a la consulta de los indígenas que viven cerca de emprendimientos mineros, como reclaman los quechuas y aymaras reunidos en el Consejo Nacional de Markas y Ayllus de Qullasuyu (Conamaq). Esta organización, aunque aliada al gobierno de Morales, promovió la creación de la Mesa 18.

Este espacio, que contó con más de tres mil inscriptos, sesionó a tres cuadras de la conferencia, en la localidad de Tiquipaya, Cochabamba. Allí se explayaron sobre casos puntuales de contaminación en poblaciones y quitaron un poco de romanticismo al “proceso de cambio” que por un lado pronuncia discursos en defensa de la Pachamama, pero por otro avala la operación de transnacionales que rechaza la población. Además de conflictos bolivianos, aquí trataron sobre la lucha por la propiedad colectiva de la tierra de campesinos de Córdoba y los perjuicios que ocasionan empresas mineras en Catamarca y San Juan, entre otros.

Esclavos en tiempos de Evo

Por Santiago O’Donnell

En el Chaco boliviano, cerca de la frontera con Argentina y Paraguay, actualmente viven unas 600 familias guaraníes en condiciones que constituyen formas contemporáneas de esclavitud. Lo dice así, con todas las letras, un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicado esta semana.

Por supuesto que el Chaco boliviano no es el único lugar del mundo, ni de la región, ni siquiera de Bolivia, donde se practica la esclavitud. Según la Organización Internacional del Trabajo, en América latina y el Caribe la incidencia de trabajo forzoso es de 2,5 víctimas por cada mil habitantes. Pero el caso del Chaco boliviano es quizás el más flagrante y alevoso, o simplemente el mejor documentado. Según la comisión, las prácticas esclavistas en esa zona se vienen llevando adelante desde hace más de un siglo, “ante la pasividad de las autoridades regionales e internacionales”.

Lo llamativo es que cuatro años del gobierno más progresista de la región no han podido revertir esta situación. Se trata del gobierno del primer presidente indígena de América latina, símbolo y emergente de las luchas políticas de los movimientos sociales. Un gobierno indudablemente comprometido con los derechos de los pueblos originarios, que lleva adelante la reforma agraria más radical de toda la región.

Ese gobierno no ha podido erradicar la esclavitud en su propio país, ni generar las condiciones para que el pueblo guaraní del Chaco boliviano pueda subsistir dignamente. Y no es que no lo haya intentado.

El informe de la CIDH detalla la batería de iniciativas que adoptó el gobierno de Morales en favor de los guaraníes chaqueños, pero también cómo distintos factores y actores conspiran en contra de esas medidas hasta tornarlas poco menos que inútiles –y en algunos casos hasta contraproducentes– para los intereses de sus supuestos beneficiarios.

Por decirlo mal y pronto, los enclaves esclavistas están situados en territorio controlado por la oposición. Por esa razón, el interés de los latifundistas por mantener el statu quo se mimetiza con el reclamo autonomista que la oposición utiliza para obstaculizar las reformas del gobierno.

Embanderados en la causa opositora, los hacendados resisten por la fuerza cualquier intento del gobierno por comprobar los abusos in situ y por redistribuir tierras en favor de los guaraníes. La situación se complica porque esos hacendados además forman parte de la elite política que gobierna la región. Como la presencia del Estado boliviano en el Chaco es casi nula, son esos hacendados quienes controlan la administración de la justicia y de la seguridad.

La comisión pudo constatar que ese control se extiende a la circulación de los habitantes de la región, ya que la mayoría de los caminos están atravesados por tranqueras con cadena y candado, porque los hacendados los reclaman como propios.

Y a todo esto se suma el factor racial. Los esclavos son todos guaraníes y sus patrones son todos blancos. Esto, en un país que acaba de sancionar una Constitución plurinacional que reconoce la autonomía de los pueblos originarios.

Según la CIDH, las prácticas esclavistas en el Chaco fueron alentadas durante décadas por el Estado boliviano, que despojó a los habitantes originarios de sus tierras para entregárselas a grandes latifundistas. La reforma agraria de la década del ‘50, que transformó al resto del país, pasó casi inadvertida en el Chaco, donde la elite local consiguió preservar todos sus privilegios.

“Efectivamente, dicha reforma en algunos aspectos fortaleció el poder económico y político de los hacendados del Chaco, los cuales tenían fuertes vínculos con el partido del gobierno”, dice el informe. “Los guaraníes fueron forzados a someterse a las condiciones impuestas porque no tenían acceso a su propio territorio, que les hubiese permitido autosustentarse.”

Sin tierra en la región más pobre del país más pobre de Sudamérica, los guaraníes se vieron obligados a someterse a pagos miserables a cambio de jornadas interminables. “Las jornadas laborales son generalmente de más de 12 horas al día, y en muchos casos se les asigna realizar un trabajo específico que debe ser terminado en el día de faena, lo cual normalmente es de imposible cumplimiento. Un hombre guaraní de la comunidad de Itacuatía narraba lo siguiente: ‘Cuando yo era chico, me levantaba para ir a trabajar a las tres de la mañana porque antes era el toque de campana para trabajar a esa hora’… Otros testimonios confirmaban que el pago que recibían era ínfimo y el trato que recibían era degradante”, señala el documento.

Ese régimen lleva indefectiblemente al endeudamiento y al sometimiento. “La situación de endeudamiento se genera mediante el registro que tienen los patrones de sus trabajadores en un cuaderno donde anotan su nombre, las actividades que realizan, los adelantos entregados en especies o el dinero que se entrega en pago al trabajo desarrollado. Este cuaderno es el único documento para realizar los ‘arreglos’ que se efectúan, y en casi todos los casos los trabajadores resultan debiéndole al patrón. Esto genera las obligaciones de trabajar a futuro, situación que puede llegar a ser vitalicia e incluso heredarse de una generación a otra”, explica la comisión.

En esta situación, el castigo corporal y el trabajo infantil son moneda corriente, constató la comisión: “Durante las visitas del 2006 y 2008, la Comisión tomó conocimiento e incluso recibió testimonios relacionados con eventos de maltrato físico de guaraníes mediante ‘huasqueadas’ (latigazos), quema de sus cultivos y muerte de sus animales como castigo por ‘desobediencia’. En palabras de un hombre de Itacuatía, ‘nos tratan con garrotes y chicote… siempre nos sabían chicotear, maltratarnos. Estos actos de violencia siempre han existido’”.

Todo esto iba a revertirse con la llegada al poder del gobierno de Evo Morales. Ese gobierno sancionó en el 2006 una ley de Reforma Agraria por la cual los latifundios esclavistas debían ser confiscados y entregados a los pueblos originarios. Pero cuando los técnicos del Instituto Nacional de Reforma Agraria se presentaron en el Chaco para hacer el saneamiento de las tierras, fueron repelidos a balazos por los hacendados.

Igualmente, el INRA llegó a fallar en dos casos en favor de los guaraníes. La decisión del INRA fue avalada por el Tribunal Agrario creado por la nueva Constitución para dirimir pleitos de propiedad de tierras. Pero los hacendados recurrieron el fallo del Tribunal Agrario ante el Tribunal Constitucional, potestad también incluida en la nueva Constitución. Como el Tribunal Constitucional aún no se ha constituido, las tierras en disputa siguen en poder de los hacendados y las prácticas esclavistas continúan.

El bajo nivel de alfabetización de los guaraníes y las dificultades que tienen para acceder a los servicios de justicia son otro obstáculo que el gobierno aún no ha podido solucionar. En el 2007 Morales firmó un decreto para lanzar un plan con el fin de mejorar la salud, la educación y el acceso a la justicia en el Chaco boliviano, pero se trata de una acción cuyos resultados se podrán apreciar a mediano plazo.

La fiscalía encargada de la región se muestra permeable a la influencia política de los hacendados. Sólo inició una investigación de oficio sobre las prácticas esclavistas después de un duro informe de la CIDH en 2006. Pero en esa investigación el fiscal ingresó a las haciendas acompañado por políticos locales y en su presencia interrogó a las víctimas. Como en esas condiciones intimidatorias nadie se animó a decir esta boca es mía, el fiscal concluyó que todos los hacendados pagaban sueldo y aguinaldo y daban un trato digno a sus empleados. El caso fue archivado.

Según el informe publicado esta semana, las políticas del gobierno de Morales para revertir las prácticas esclavistas en el Chaco tuvieron el efecto indeseado de dividir y debilitar a la comunidad guaraní. Algunos se fueron de las haciendas y formaron comunidades independientes, donde subsisten en condiciones paupérrimas. Otros se quedaron en las haciendas por voluntad propia, otros se fueron a cambio del pago de sus supuestas deudas, otros quisieron irse pero no pudieron, otros fueron echados por querer organizarse.

“Según diversas fuentes, muchos guaraníes han sido expulsados por los hacendados como consecuencia del proceso de saneamiento que se realiza en sus respectivas zonas y como represalia por su participación en la Asamblea del Pueblo Guaraní. La Comisión recibió otros testimonios que indican que la situación de los guaraníes expulsados es muy precaria, debido a que carecen de lugar donde vivir y donde cultivar lo mínimo para garantizar su subsistencia”, dice el informe.

En la presente coyuntura, dada la relación de fuerzas, para expropiar las tierras de los hacendados esclavistas y devolvérselas a los guaraníes, Evo Morales debería mandar al ejército a invadir el Chaco, lo cual equivaldría a incendiar el país.

La alternativa es fijar políticas claras y dejar que las instituciones actúen, aun cuando muchas de esas instituciones están cooptadas, colonizadas, funcionan mal, no existen o figuran sólo en papel. Morales parece haber elegido ese camino, más largo y más incierto, en función del interés nacional.

Mientras tanto, todo está como era entonces para las familias esclavas del Chaco boliviano. O tal vez peor, por la brutal respuesta de los hacendados a las acciones reformistas del gobierno. Y por saberse esclavos aun en tiempos de Evo.

sodonnell@pagina12.com.ar

Página/12

Written by Eduardo Aquevedo

25 abril, 2010 at 15:36

Bolivia: un nuevo movimiento sobre el cambio climático, por N. Klein

leave a comment »

Naomi Klein

NAOMIKLEIN2 Cochabamba, Bolivia. Eran las 11 de la mañana y Evo Morales había transformado el estadio de futbol en un gigantesco salón de clases, y había reunido una variedad de objetos de utilería: platos de cartón, vasos de plástico, impermeables desechables, jícaras hechas a mano, platos de madera y coloridos ponchos. Todos jugaron un papel para demostrar un punto principal: para luchar contra el cambio climático necesitamos recuperar los valores de los indígenas.

Sin embargo, los países ricos tienen poco interés en aprender estas lecciones y, al contrario, promueven un plan que, en el mejor de los casos, incrementaría la temperatura global promedio en dos centígrados. Eso implicaría que se derritieran los glaciares de los Andes y los Himalaya, le dijo Morales a las miles de personas reunidas en el estadio, como parte de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Lo que no necesitaba decir es que no importa cuán sustentablemente elija vivir el pueblo boliviano, pues no tiene el poder para salvar sus glaciares.

La cumbre climática en Bolivia ha tenido sus momentos de alegría, levedad y absurdos. Sin embargo, en el fondo, se siente la emoción que provocó este encuentro: rabia contra la impotencia.

No hay por qué sorprenderse. Bolivia está en medio de una dramática transformación política, una que nacionalizó las industrias clave y elevó como nunca antes las voces de los indígenas. Pero en lo que se refiere a su crisis existencial más apremiante –el hecho de que sus glaciares se derriten a un ritmo alarmante, lo cual amenaza el suministro de agua en dos de las principales ciudades–, los bolivianos no pueden cambiar su destino por sí solos.

Eso se debe a que las acciones que provocan el derretimiento no se realizan en Bolivia, sino en las autopistas y las zonas industriales de los países fuertemente industrializados. En Copenhague, los dirigentes de las naciones en peligro, como Bolivia y Tuvalu, argumentaron apasionadamente en favor del tipo de reducciones a las emisiones de gases que podrían evitar una catástrofe. Amablemente les dijeron que la voluntad política en el Norte simplemente no existía. Y más: Estados Unidos dejó claro que no necesitaba que países pequeños como Bolivia fueran parte de una solución climática. Negociaría un acuerdo con otros emisores pesados a puerta cerrada y el resto del mundo sería informado de los resultados e invitado a firmar, lo cual es precisamente lo que ocurrió con el Acuerdo de Copenhague. Cuando Bolivia y Ecuador rehusaron aprobarlo en automático, el gobierno estadunidense recortó su ayuda climática en 3 millones y 2.5 millones de dólares, respectivamente. No es un proceso de a gratis, explicó Jonathan Pershing, negociador climático estadunidense. (Aquí está la respuesta para cualquiera que se pregunte por qué los activistas del Sur rechazan la idea del apoyo climático y, en cambio, demandan el pago de deudas climáticas.) El mensaje de Pershing era escalofriante: si eres pobre, no tienes derecho a priorizar tu propio supervivencia.

Cuando Morales invitó a los movimientos sociales y los defensores de la madre tierra, científicos, académicos, abogados y gobiernos, a venir a Cochabamba a un nuevo tipo de cumbre climática, fue una revuelta contra esta sensación de impotencia, fue un intento por construir una base de poder en torno al derecho a sobrevivir.

El gobierno boliviano arrancó las discusiones proponiendo cuatro grandes ideas: que se debería otorgar derechos a la naturaleza, que protejan de la aniquilación a los ecosistemas (una declaración universal de los derechos de la madre tierra); que aquellos que violen esos derechos y otros acuerdos ambientales internacionales deberían enfrentar consecuencias legales (un tribunal de justicia climática); que los países pobres deberían recibir varios tipos de compensación por una crisis que ellos enfrentan pero tuvieron poco que ver en crear (deuda climática), y que debería haber un mecanismo para que la gente en el mundo exprese sus puntos de vista sobre estos temas (un referéndum mundial de los pueblos sobre cambio climático).

La siguiente etapa fue invitar a la sociedad civil global a ir discutiendo los detalles. Se instalaron 17 grupos de trabajo y después de semanas de discusión en línea se reunieron durante una semana en Cochabamba, con el fin de presentar sus recomendaciones finales al término de la cumbre. El proceso es fascinante pero lejos de ser perfecto (por ejemplo, como señaló Jim Shultz de Democracy Center, al parecer, el grupo de trabajo sobre el referendo invirtió más tiempo discutiendo si añadir una pregunta sobre abolir el capitalismo que discutiendo cómo se le hace para llevar a cabo una consulta global). Sin embargo, el entusiasta compromiso de Bolivia con la democracia participativa podría ser la contribución más importante de la cumbre.

Esto porque luego de la debacle de Copenhague un tema de discusión tremendamente peligroso se volvió viral: la verdadera culpable del fracaso era la democracia en sí. El proceso de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que da votos con el mismo peso a 192 países, simplemente era demasiado difícil de manejar. Era mejor encontrar soluciones en grupos pequeños. Hasta las voces ambientales de confianza, como James Lovelock, cayeron en la trampa: Tengo la sensación de que el cambio climático puede ser un tema tan severo como la guerra, le dijo a The Guardian recientemente. Quizá sea necesario poner a la democracia en pausa durante un tiempo. Pero en realidad son estos pequeños grupos, como el club privado que forzó el Acuerdo de Copenhague, los que han ocasionado que perdamos terreno y debilitado los acuerdos existentes, que de por sí son inadecuados. En cambio, la política de cambio climático llevada a Copenhague por Bolivia fue redactada por los movimientos sociales mediante un proceso participativo y el resultado final fue, hasta el momento, la visión más transformadora y radical.

Con la cumbre de Cochabamba, Bolivia intenta globalizar lo que logró a escala nacional e invitar al mundo a participar en redactar una agenda climática conjunta, antes del próximo encuentro sobre cambio climático de la ONU, en Cancún. En palabras del embajador de Bolivia ante Naciones Unidas, Pablo Solón, la única cosa que puede salvar a la humanidad de una tragedia es el ejercicio de la democracia global.

Si está en lo correcto, el proceso boliviano podría no sólo salvar a nuestro planeta que está calentándose, sino también a nuestras democracias en vías del fracaso. No está mal el trato.

El texto fue publicado en The Nation. Traducción: Tania Molina Ramírez

http://www.naomiklein.org.

Crisis climática: ya tiene cascabel el gato

Silvia Ribeiro *

Tiquipaya, Bolivia. Más de 35 mil personas respondieron a la convocatoria que lanzó Bolivia a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra (CMPCC), en Cochabamba, del 19 al 22 de abril. La tercera parte vino de 142 países en cinco continentes. La mayoría de los participantes fueron movimientos sociales, campesinos, indígenas, organizaciones de mujeres, ambientalistas, pescadores. También acudieron representantes de gobierno de 47 naciones, académicos, intelectuales, activistas, artistas, músicos. Se debatió intensamente en 17 grupos de trabajo convocados por los organizadores y 127 talleres autorganizados.

Además, una de las grandes federaciones indígenas de Bolivia: el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), llamó con otras agrupaciones a la Mesa 18 para tratar temas que no veían reflejados en la agenda de la conferencia, como la crítica a proyectos mineros, de gas y petróleo.

La convocatoria a esta cumbre rebasó todas las expectativas, tanto en número como en contenido, convirtiéndose en un hito histórico en el debate internacional sobre la crisis climática. Ante las maniobras de los gobiernos poderosos en Copenhague, Bolivia convocó a las bases de las sociedades del mundo a manifestar sus posiciones y plantearlas a los gobiernos. Ambas cosas sucedieron en forma contudente. También se afirmaron las redes e interacciones entre los movimientos, con una sana distancia de las propuestas de crear nuevas redes globales, ahora sobre crisis climática. Esto quedó para discutir entre los movimientos: la mayoría no considera que se necesita una nueva estructura, sino más interacción y complementación.

Se creó sí, una base común para la compresión, el análisis crítico y las estrategias frente a la crisis climática, enriquecida por diversas perspectivas desde muchas culturas, pueblos, organizaciones temáticas y sectoriales del continente y el mundo. El Acuerdo de los Pueblos en Cochabamba refleja esto (www.cmpcc.org) .

Hubo rechazo enérgico y repetido al Entendimiento de Copenhague que quiso imponer una veintena de países –los mayores responsables de la crisis climática– en diciembre pasado. Los cínicos compromisos que allí se firman significarían un aumento de la temperatura hasta de cuatro grados, una catástrofe anunciada para los pueblos del Sur. La CMPCC exige detener el calentamiento descolonizando la atmósfera, con una reducción de 50 por ciento de las emisiones de gases de los países industrializados en su fuente, no mediante mecanismos de mercados de carbono, a los cuales se opone en todas sus variantes. Rechaza también los mecanismos llamados REDD, que bajo el título de reducir la deforestación, en realidad la aumentarán y provocarán la alienación del manejo de los bosques por las comunidades y pueblos, además de promover los monocultivos de árboles, que no son bosques, sino agravantes de las crisis.

Enmarcando todo esto, se plantea una denuncia de las causas reales de la crisis climática planetaria. Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y destrucción de seres humanos y naturaleza, que se aceleró con la revolución industrial. El sistema capitalista nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. Este régimen de producción y consumo busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma, expresa el Acuerdo de los Pueblos.

Condena la agricultura industrial y las corporaciones de los agronegocios –directamente responsables de cerca de la mitad de las emisiones que causan la crisis climática–, así como los mecanismos y propuestas que apoyan el avance de las trasnacionales y la devastación de la Madre Tierra, como los tratados de libre comercio y la introducción de nuevas y riesgosas tecnologías, como transgénicos, tecnología terminator, nanotecnología, geoingeniería y agrocombustibles.

Denunciamos cómo el modelo capitalista impone megaproyectos de infraestructura, invade territorios con proyectos extractivistas, privatiza y mercantiliza el agua y militariza los territorios, expulsando a los pueblos indígenas y campesinos de sus tierras, impidiendo la soberanía alimentaria y profundizando la crisis socioambiental, continúa el Acuerdo de los Pueblos.

La declaración de la “Mesa 18“ enfatiza estos mismos aspectos, criticando políticas extractivistas y proyectos de explotación de hidrocarburos y mineros del gobierno boliviano. Aclara que su iniciativa no fue “una tribuna para desacreditar al gobierno ni para socavar la legitimidad de un cónclave del que nos sentimos parte… (se trata de) formular propuestas que ayuden a enderezar el rumbo del proceso de cambio, asumiendo la responsabilidad de defenderlo y protegerlo, porque ha sido concebido por el movimiento popular boliviano en muchos años de lucha”.

La CMPCC plantea también estrategias y propuestas, como el reclamo de la deuda ambiental, la creación de un tribunal internacional de justicia climática, la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra. La de más largo alcance sigue siendo implementar la soberanía alimentaria, basada en formas de vida y producción campesinas, indígenas y locales, que es el principal factor que enfría el planeta y el que puede volverlo al equilibrio, además de promover la justicia social y la biodiversidad.

Todo esto y más llegará a Cancún, donde las negociaciones oficiales sobre el clima sesionarán en diciembre. Pero sobre todo, ya está entre los movimientos sociales de todo el mundo.

*Investigadora del Grupo ETC

LA JORNADA.MX

Written by Eduardo Aquevedo

25 abril, 2010 at 3:05

Bolivia: un análisis de las elecciones y del proceso de transformación social. Entrevista a A. García Linera

leave a comment »

Entrevista con Alvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, tras las elecciones

BOLIVIA-LINERA002 "Los movimientos sociales nos pueden llevar a un horizonte socialista postcapitalista"

Mercedes López San Miguel

El ex guerrillero dice que forma parte de un proceso de transformación estructural de su país, que a largo plazo será una sociedad comunitaria, postcapitalista.

En la sala del hotel porteño recibe con una sonrisa. ¿Café?, ¿coca?, dice, vestido de traje oscuro. Cuando se sienta apenas se ve en su cara una señal de cansancio. Hace minutos Alvaro García Linera dejaba la Facultad de Derecho en donde dio una charla después de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires. Antes se había reunido con la presidenta Cristina Fernández. El vicepresidente de Bolivia podría ser un personaje de una novela revolucionaria: fue guerrillero, estuvo preso y hoy forma parte de un proceso de transformación estructural de su país que, según afirma, será a largo plazo una sociedad comunitaria, postcapitalista. García Linera dice que en Argentina encontró un hermano y que se decepcionó con Obama. “Sigue el chantaje, sigue la presencia de distintos despachos del Estado norteamericano y sus intermediarios para entrometerse en nuestro país reclutando dirigentes sociales, inculcándoles una formación deformada del concepto de democracia y de desarrollo.”

En las elecciones del domingo pasado el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) ganó, pero no avanzó todo lo que hubiera querido hacia el Oriente del país. ¿Esto a que se debió?

Yo diría que se avanzó mucho. En el 2005, el presidente Evo obtuvo el 54 por ciento del electorado, en gobernaciones sacamos el 18 por ciento y logramos tomar el control de tres prefecturas. Hoy nuestro voto de gobernaciones llega al 53 por ciento, pasamos de tres a seis. Hubiéramos querido avanzar más, pero en términos realistas es una triplicación del porcentaje y una duplicación del número de gobernaciones. Igual sucedió en municipios: en 2004 llegamos a obtener 100 alcaldías de un total de 330, hoy solamente como MAS tenemos entre 240 y 250 municipios. Quisiéramos tener los 330, ¿quién no?, pero es una fuerte presencia territorial en el país, incluso en regiones de la zona del Oriente en donde teníamos cero de presencia como en Santa Cruz, en donde ahora vamos a bordear las 26 alcaldías.

¿Y qué pasó con la alcaldía de La Paz, que quedó en manos del ex aliado del MAS, Movimiento Sin Miedo?

Nos hubiera gustado ganar. En 2005 ni siquiera ganamos la prefectura y un años antes perdimos la alcaldía. Lo que pasa que en elecciones municipales y regionales entran en juego otros elementos. No se pusieron en juego proyectos de sociedad, de Estado ni de economía, sino el ámbito doméstico de la gestión municipal. Más que una elección de carácter político ha sido una votación en torno a personalidades locales vinculadas con la capacidad de gestión local. La oposición presentó un candidato con una buena experiencia, frente a la candidata nuestra que no tenía esa trayectoria.

Parece evidente que fuera por la ruptura con el MSM y este llamado del presidente a votar sólo por el partido gobernante.

Es probable que haya influido esta separación. Mayor experiencia, mayor conocimiento de ellos. Hicieron una gestión interesante en alcaldía y la gente votó la continuidad. Fue una victoria del MSM pero, como le dije, en ningún momento estuvo en juego un proyecto de sociedad, sino en el desarrollo urbanístico de las ciudades.

¿Qué responde a las críticas que se le hacen al gobierno de que existe un personalismo de Evo Morales y que el partido se transformó en el único posible?

En ningún momento el MAS tiene la intención de convertirse en partido único, porque incluso internamente es una coalición de múltiples movimientos: campesinos, indígenas, barriales, obreros, en sí mismo es la expresión de la amplia diversidad clasista y cultural de nuestra sociedad. Adentro hay pluralidad, nosotros estamos convencidos de la importancia de la pluralidad política. Buscamos una mayor presencia territorial para mejorar la gestión. Tuvimos gobernadores que se dedicaron a dar golpes de Estado y no a gestionar. Habiéndose resuelto el gran debate político estructural de qué tipo de sociedad deseamos construir quisiéramos que avance la industrialización, porque tenemos buenos recursos. Queremos que la modernización avance rápido, sin los obstáculos que tuvimos en 2007, 2008 y 2009.

¿Y hacia dónde va este proceso socialista?

Son tres pilares de transformación estructural que han sido definidos por la Constitución: la plurinacionalidad, el régimen de autonomías y la economía social comunitaria. Inauguramos una Constitución que establece que nuestro Estado es plurinacional, que las culturas, los idiomas y los saberes diversos de la población tienen igualdad y el reconocimiento en el ámbito público. Esto tiene que volverse práctico en el ámbito escolar, en la publicación de textos, en el aprendizaje del idioma indígena por parte de los funcionarios públicos; es un proceso de descolonización lingüística, cultural y conceptual. La desconcentración del Estado es el Estado autonómico. Celebramos la elección de gobernadores en la que la asamblea departamental fue electa y no elegida a dedo. Y no solamente elegir autoridades. Es hacer acuerdos y pactos fiscales, compatibilizar funciones, en España andan 30 años mejorando ese proceso. El tercer eje es el de la economía social comunitaria, de una modernidad tridimensional, que es en el ámbito de los recursos naturales procesos de industrialización acelerada. Minerales, gas, agua: uso y gestión industrializada, primera dimensión. Segundo, que las empresas pequeñas vean potenciados sus emprendimientos y lo tercero es lo comunitario. Que sea un uso común de los recursos naturales. Potenciar, irradiar y liberar las fuerzas comunitarias que existen en las estructuras agrarias. En la medida en que las tareas las conduzcan los movimientos sociales, puede llevar a un horizonte socialista postcapitalista, como horizonte a largo plazo.

¿Cuánto afecta a este proceso la crisis mundial?

Bolivia ha sido la economía que más creció el año pasado en América Latina por dos motivos. El primero es el énfasis en la importancia del mercado interno a través de la ampliación de la demanda, las políticas sociales a los más excluidos, a los asalariados, a los sectores agrícolas, que han ampliado el consumo de bienes y de servicios y eso ha dinamizado la economía. La mitad del crecimiento se debe a la propia dinámica de la demanda interna. Una parte del excedente económico de la explotación de los recursos naturales se retiene en el país. En el 2005, el porcentaje de la ganancia del gas con el que se queda el Estado era del 30 por ciento, actualmente es entre el 68 y el 80. El otro tema son las reservas internacionales. Cuando llegamos al gobierno eran de 1.700 millones de dólares, hoy tenemos 8.500 millones de dólares. Hay una retención al excedente que le permite, aun en tiempos de crisis, disponer de flujos monetarios que pueden ser utilizados por el Estado para dinamizar la economía tanto en las exportaciones como supliendo la caída de precios o en el ámbito del consumo interno. Crecimos 3,5 por ciento, sin crisis hubiéramos crecido más. Redujimos la pobreza extrema en ocho puntos en tres años.

¿Cómo ve las relaciones con Argentina?

Muy cordiales. No podemos dejar de valorar el espaldarazo que nos dieron el Gobierno y el pueblo argentinos en momentos complicados. Una vez en la confrontación con las empresas petroleras, cuando hicimos la nacionalización que nos permitió aumentar la retención, las empresas amenazaron con detener la explotación de los campos y el gobierno argentino dijo que nos apoyaba, financieramente si era necesario. Otra vez fue cuando se dio el golpe de Estado en 2008 por parte de la coalición cívica y rápidamente se realizó un encuentro de emergencia de la Unasur para respaldar la democracia en Bolivia. Aquello fue decisivo para derrotar las tendencias golpistas y antidemocráticas. Argentina es un hermano que acompaña los procesos de transformación en el marco de la soberanía.

¿Cómo ve la región, ahora que en Chile cambió el signo político y es probable que suceda en Brasil?

Es un momento excepcional para América latina. Hay una oleada general de desneoliberalización de sus estructuras económicas y políticas, unos más radicalmente y otros menos. Un nuevo protagonismo del Estado, un reforzamiento de las políticas sociales en el país, una búsqueda de equilibrio entre gestión y recursos estratégicos. Es probable que quizá en algún país se dé un retroceso. Eso es justamente lo previsible. Los países no son soldados, tienen ritmos distintos, pero hay un humor colectivo, un sentido de hacia dónde se tiene que ir. El sentido de la época es hacia adelante. El hecho de que cada uno de nuestros países busca vías propias abandonando el recetario neoliberal de los noventa hace que cada país enfrente de mejor manera el bajón de la economía mundial.

¿Mejoraron las relaciones con Estados Unidos con la administración Obama?

No. Lamentablemente, no. La nueva gestión de Obama trajo esperanza porque creíamos que podía haber un giro de timón en esa actitud antagonista y en momentos conspirativa que tuvo la administración Bush contra nosotros. Pero no sucedió. Encontramos una continuidad de esas políticas: sigue el chantaje, sigue la presencia de distintos despachos del Estado norteamericano y sus intermediarios para entrometerse en nuestro país reclutando dirigentes sociales, inculcándoles una formación deformada del concepto de democracia y de desarrollo, promoviendo divisiones al interior de los movimientos sociales, dejando de lado sus responsabilidades en la lucha contra el narcotráfico, haciendo que recaigan todos los gastos en nuestro país. Y en otras partes del continente Estados Unidos incrementa su presencia militar con las bases en Colombia, el aumento de efectivos en Perú, el uso de fuerzas armadas de modo innecesario en la crisis haitiana. El apoyo al golpe en Honduras. No vemos un cambio de actitud con el continente y menos hacia Bolivia. Continúa la actitud contenciosa y agresiva. Pese a ello nosotros tendemos la mano.

En Argentina se aprobó una ley que apunta a desmonopolizar los medios de comunicación. ¿Prevén impulsar algún proyecto en este sentido?

Fue un gran avance lo que aprobó Argentina. En Bolivia hay un debate interno de los periodistas para modificar la legislatura sobre los medios de comunicación. Más que la concentración de medios existe una "partidización" que es igual de nefasta. Ante el colapso de los partidos tradicionales, algunos medios, amparándose en la libertad de expresión, convirtieron sus canales de televisión y radios en plataformas de campaña política permanente. Hemos denunciado ese hecho y esperado un debate del gremio de los periodistas. Lo vemos saludable. En algún momento ese debate en la sociedad civil podría trasladarse a una norma legal. Es importante que emerja como iniciativa de la sociedad civil para que no sea asumida como una intromisión.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elmundo/4-143629-2010-04-10.html

Concluye cumbre en Bolivia: comprometidos en cuidar el planeta…

leave a comment »

Evo_Morales_010708_(1)CERRO LA CONFERENCIA DE LOS PUEBLOS SOBRE CAMBIO CLIMATICO Y DERECHOS DE LA MADRE TIERRA

El encuentro concluyó con varios consensos: la necesidad de crear un Tribunal Internacional de Justicia Climática, hacer respetar los derechos de la Madre Tierra y preparar un referéndum mundial que indague sobre el modelo capitalista.

Por Sebastián Ochoa, desde Cochabamba

“Hoy, nuestra Madre Tierra está herida y el futuro de la humanidad está en peligro. De incrementarse el calentamiento global en más de 2º C, a lo que nos conduciría el llamado ‘Entendimiento de Copenhague’, existe el 50 por ciento de probabilidades de que los daños provocados a nuestra Madre Tierra sean totalmente irreversibles. Entre un 20 y un 30 por ciento de las especies estaría en peligro de desaparecer”, comienza el Acuerdo de los Pueblos, presentado ayer en esta ciudad. Los representantes de los gobiernos de varios países se comprometieron a defender este documento en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16), que se realizará a fin de año en México.

“Es nuestra obligación hacer respetar todos los documentos. Si los gobiernos, especialmente los países desarrollados, acatan y aplican nuestros documentos, habremos salvado al planeta y a la humanidad. Siento que ahora viene la próxima batalla: convencer, persuadir, explicar o finalmente, si no nos escuchan, ver cómo organizarnos y potenciarnos en todo el mundo para obligar a que los países desarrollados respeten las resoluciones de los movimientos sociales del mundo”, dijo el presidente Evo Morales en el acto de clausura de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra, que se realizó del 19 de abril hasta ayer.

El cierre se hizo en el estadio Félix Capriles, adonde concurrieron 40 mil personas para escuchar los resultados de las 17 mesas de trabajo que sesionaron en el municipio de Tiquipaya, a 10 kilómetros de esta ciudad. En ellas estuvieron acreditadas 35 mil personas (nueve mil extranjeros) de 146 países. También participaron las delegaciones oficiales de 47 naciones.

El encuentro concluyó con varios consensos: la necesidad de crear un Tribunal Internacional de Justicia Climática, hacer respetar los derechos de la Madre Tierra, montar un referéndum mundial para que dos mil millones de electores digan si están de acuerdo o no con vivir en un sistema capitalista. También exigieron que los países industrializados reduzcan sus emisiones de gases contaminantes en un 50 por ciento hasta 2020. A estas 42 naciones, comprometidas ante las Naciones Unidas a pagar los platos rotos de la crisis climática, solicitaron la entrega del seis por ciento de sus productos brutos internos para financiar el costo de la adaptación al calentamiento global en países empobrecidos.

Morales iba a estar acompañado de otros presidentes progresistas, pero sólo asistió el venezolano Hugo Chávez. El de Nicaragua, Daniel Ortega, suspendió el viaje porque tuvo problemas con sus opositores en la Asamblea Nacional (ver aparte). Fernando Lugo, de Paraguay, y Rafael Correa, de Ecuador, se ampararon en el grosor de sus agendas.

“La verdadera solución al tremendo problema de la crisis global que amenaza al mundo, que está matando hoy a millones, que causa hambre, falta de agua potable, miseria cada día más grande, exclusión, guerras, invasiones, violación masiva de derechos humanos fundamentales, mata ya a millones y amenaza nuestra existencia, la verdadera solución es abrir, construir el socialismo. Esa es la salvación de la humanidad: o socialismo o barbarie, socialismo o muerte”, dijo el presidente de Venezuela.

Dijo a Morales que sus gobiernos deberán financiar el viaje de los 35 mil acreditados a Cancún, México. Allí seguirá la COP 16, que seguirá a la 15, realizada en diciembre pasado en Dinamarca sin que se pudiera firmar un acuerdo. “En Cancún no podemos permitir que se imponga la llamada ‘dictadura imperial’ con el Acuerdo (Entendimiento) de Copenhague. Hubo una gran batalla, pero no hubo acuerdo. Ahora quieren presentar como que sí hubo acuerdo. El gobierno de (Barack) Obama está presionando, chantajeando para que se sumen al falso acuerdo. Desde ya decimos que vamos a Cancún a continuar con más furia y más fuerza la batalla de Copenhague. No nos vamos a dejar imponer ningún documento que no recoja las voces de los pueblos”, dijo Chávez.

PAGINA/12

El extractivismo “progresista” después de La Haya…

leave a comment »

Raúl Zibechi

KLEE17 La sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya acaba de dictaminar que Uruguay violó el Tratado del río Uruguay al no comunicar a Argentina la instalación de la fábrica de celulosa de la firma finlandesa Botnia, en el cruce fronterizo, pero descarta la reclamación del gobierno de Cristina Fernández porque considera que no contamina ni causa perjuicios a las poblaciones ribereñas. Por ello no exige ni su reubicación ni su desmantelamiento, como piden los asambleístas de Gualeguaychú desde hace tres años. Aunque los gobiernos de ambas orillas han dicho que no hay ni vencidos ni vencedores, el tribunal avala de hecho a Uruguay, ya que la empresa seguirá adelante en tanto se confirma, una vez más, que la violación de un tratado internacional no acarrea sanciones.

Las deterioradas relaciones argentino-uruguayas experimentarán una sensible mejora, ya que ambos gobiernos se comprometieron a acatar la sentencia. Sin embargo, ese cambio se debe al empeño del presidente José Mujica, antes de resultar electo, al fijarse como objetivo de su gobierno la recomposición de las relaciones binacionales. El principal problema a resolver es el levantamiento del bloqueo que los ambientalistas argentinos mantienen sobre el puente internacional San Martín. El punto decisivo es cómo va a operar ahora un gobierno frágil como el de Fernández, ya que la represión a los piqueteros puede provocar una situación incontrolable capaz de desestabilizar a su gobierno.

Aunque el tema en debate, en ambos países, es quién ganó con la sentencia de La Haya, el foco de la cuestión es otro. Las principales beneficiadas son las multinacionales extractivistas que operan en toda la región; los monocultivos de eucaliptos y soya que se extienden a lo largo de millones de hectáreas, que usan y abusan de agrotóxicos, esquilman recursos y pagan muy bajos impuestos. La sentencia deja vía libre a estos emprendimientos: 20 millones de hectáreas plantadas con soya en Argentina, un millón de hectáreas de eucaliptos en Uruguay, decenas de emprendimientos mineros en toda la cordillera andina, avance del agronegocio sobre la Amazonia, todo en nombre del desarrollo y bajo el manto protector de la defensa del medio ambiente, ya que ahora hasta las peores multinacionales descubrieron el discurso políticamente correcto.

Los promotores de las nuevas fábricas de celulosa que se anuncian en Uruguay, además de la mina a cielo abierto para extraer mineral de hierro en el centro del país, pueden dormir tranquilos porque en adelante no habrá obstáculos sociales a la acumulación de capital. La minería paga impuestos ridículos de 2 y 3 por ciento, siendo uno de los sectores que mayores ganancias ostentan en el casino de la especulación global.

Ninguno de estos emprendimientos puede considerarse inversiones: amortizan los desembolsos iniciales en pocos años, toda la producción se exporta sin industrializar y no fomentan el desarrollo endógeno. Pero todos los gobiernos de la región se han rendido al extractivismo, aun los de Rafael Correa y Evo Morales, con la peregrina tesis del desarrollo que se reduce en crecimiento del PIB.

En Brasil, el mismo día que se leía la sentencia por Botnia (ahora travestida con el nombre UPM) en La Haya, el gobierno de Lula adjudicó las obras de la usina hidroeléctrica de Belo Monte, sobre el río Xingú, en el estado de Pará. Será la tercera mayor del mundo, luego de la de Tres Gargantas, en China, y de Itaipú, en la frontera entre Brasil y Paraguay, con una capacidad de 11.233 megavatios. El faraónico emprendimiento costará 11 mil millones de dólares, inundará 50 mil hectáreas de selva donde viven 50 mil indios, campesinos y pescadores de 19 aldeas. Comenzará a funcionar en 2015 y, según el gobierno, resolverá los problemas de energía de un país que se postula como la quinta potencia global para esta década.

A la hora de defender su proyecto, el gobierno de Lula estimó que Belo Monte generará energía a casi la mitad del precio que una usina termoeléctrica y que dará empleo a 18 mil personas. El consorcio vencedor está integrado por una subsidiaria de la estatal Eletrobras y ocho empresas privadas, que se beneficiarán del descuento de 75 por ciento en el impuesto a la renta durante los 10 primeros años de operación y será financiada en 80 por ciento por el estatal BNDES, con plazos de hasta 30 años.

Lo más destacable es que la usina viene siendo rechazada por los movimientos desde hace más de 20 años. El primer proyecto es de la década de 1970, durante la dictadura militar. Las protestas de indígenas, ambientalistas y de la Iglesia forzaron la remodelación del proyecto original, en 1994, para disminuir las áreas a ser inundadas. La justicia de Pará intentó dos veces frenar la adjudicación y se produjeron múltiples protestas de todo el arco de movimientos sociales en todo el país. Sin embargo, Lula se mostró inflexible. Desarrollo, crecimiento, son palabras mágicas capaces de abrir los cofres de las financieras para dar impulso a obras y empresas que están dispuestas a pasar por encima de argumentos y pueblos.

El extractivismo o apropiación de los bienes comunes, la nueva fase del neoliberalismo ahora bajo comando de gobiernos progresistas, es para los pueblos originarios una forma novedosa de saqueo colonial. Sorprende el discurso oficial, porque revela creencias profundas: podría argumentarse que la extracción es el paso previo necesario, en la medida que puede aportar recursos para inversiones, para promover el desarrollo, que no puede, sino pasar por la industrialización. Pero se opta por defender el extractivismo con el argumento de las inversiones y el empleo, confundiendo el crecimiento del producto interno bruto con desarrollo. Aun cuando éste último sea cuestionable, suponer que el aumento del PIB es el camino para revertir la pobreza, implica demasiadas concesiones al simplismo y al discurso hegemónico.

LA JORNADA.MX

La pobreza y sus explicaciones…

leave a comment »

"DEPENDE: POBREZA"
por Bernardo Kliksberg.

TRABAJO1 Publicado por FP. Febrero-marzo 2010.

El crecimiento económico reduce la miseria

Ojalá. La realidad ha demostrado ser mucho más compleja. El crecimiento económico es condición imprescindible, pero no suficiente. Hay muchos obstáculos en el camino a la hora de transformarlo en mejoras importantes en la existencia humana. El crecimiento viaja de forma macro y la vida de la gente transcurre en lo micro.

En primer lugar, hay distintos tipos de crecimiento. Puede ser polarizado, focalizado en algunos sectores económicos, circunscrito geográficamente, producir “islas de crecimiento” o no llegar a la gran mayoría. A ello se suma que, si la sociedad es muy desigual, se reduce la posibilidad de que penetre en los estratos más bajos. Eso es lo que ocurre en el mundo actual, cuyos grados de desigualdad han sido calificados de “groseros” en los informes de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y tildados de “disparidades hirientes” en la última encíclica de la Iglesia católica. El 20% más rico de la población mundial tiene más del 80% del producto bruto, el comercio, las exportaciones, las inversiones, y más del 90% del crédito. El 20% más pobre, menos del 1%. La desigualdad en la distribución de los ingresos pasó de 30 a 1 en 1960 a 74 a 1 en 1997, y ha seguido aumentando. La del capital acumulado que midió la Universidad de la ONU en 2006 es aún mayor. El 10% más rico tiene el 85% del capital mundial, el 50% inferior sólo el 1%.

Las grandes desigualdades bloquean el desarrollo económico, pero además impiden que se propague entre los más desfavorecidos. Hay sociedades con el mismo grado de riqueza, pero en unas a la gente le va mucho mejor que en otras, porque hay mayor igualdad entre las clases.

La cuestión central es cómo alcanzar un crecimiento inclusivo, en el que quepan todos. Porque ése es, además, el único camino para obtener un desarrollo sostenible. La movilidad social no es una consecuencia del crecimiento, sino el motor fundamental del mismo. Las economías más exitosas de años recientes como las nórdicas, y algunas del sureste asiático, han apostado muy fuerte por sus ciudadanos. Han invertido en educación y en salud. Encabezan las mediciones de rendimiento educativo del informe PISA y las tablas de esperanza de vida.

Los pobres son responsables de su situación

Un mito. Yo lo llamo “la gran coartada”. Para justificar la pobreza, nada mejor que echarle la culpa a las víctimas. El argumento es que los pobres carecen de ambiciones, no se esfuerzan, no estudian, actúan de forma irracional. La pobreza sería un tema de responsabilidad individual. Sería entonces una decisión personal integrarse en el bando de los exitosos o quedarse estancando. La tesis viene acompañada de una formulación semántica: hay “perdedores” y “ganadores”. Los últimos presentan cualidades opuestas. Si la responsabilidad es individual, deja de ser colectiva.

La realidad derrumba a diario ese mito. Hay 1.400 millones de personas en el mundo que viven en la pobreza extrema (menos de 1,25 dólar diario). Casi la mitad del género humano (3.000 millones) son pobres (menos de dos dólares diarios). Resulta inconcebible no ver que no son malas decisiones individuales, sino graves insuficiencias estructurales las que llevan a esos resultados.

En un mundo con una ola de revoluciones tecnológicas que han multiplicado la capacidad de producción de bienes y servicios, 1.200 millones de personas no tienen agua potable y 2.000 millones carecen de electricidad. ¿Acaso es su responsabilidad personal?

La FAO informó de que en 2008 se produjo la segunda mayor cosecha de la historia. Ese mismo año y según Acción Internacional, cinco millones de niños murieron de hambre. Está demostrado que el planeta puede producir alimentos para una población mayor que la actual. Sin embargo, 1.020 millones sufren hambruna (1 de cada 6,5) y el año pasado se incorporaron cien millones más.

Los pobres no son los responsables de vidas con hambre, sin agua y sin electricidad. Hay desigualdades abismales y deficiencias fundamentales de organización social. El problema del hambre no es sólo una cuestión de producción de alimentos (cuanto mayor, mejor), también de acceso a los mismos y de equidad. En realidad, no hay ganadores y perdedores. Con estos grados de exclusión somos todos perdedores. Se debilita la cohesión social y se crean situaciones conflictivas, que generan violencia, y sociedades enfermas.

La ayuda humanitaria no soluciona nada

Otro mito. Se opone “asistencialismo” a “ayudar” y a “dar trabajo”. Se descalifican y se debilitan las políticas sociales. En realidad, se trata de un falso dilema. La extensión y la profundidad de la pobreza requiere respuestas inmediatas.

La miseria mata a diario a mujeres y a niños. Unas 500.000 madres mueren durante el embarazo o el parto, el 99% de ellas en países en desarrollo. La cifra es escalofriante: una por minuto. A pesar de los avances médicos, la tasa de mortalidad materna no ha mejorado desde 1990. Entre las causas, las hemorragias y las anemias, dos problemas que pueden evitarse consumiendo a diario cápsulas de hierro que apenas cuestan unos centavos que las madres pobres no tienen. Las cesáreas, que son necesarias en uno de cada 10 partos y que cuestan menos de 100 euros, tampoco están a su alcance.

Más de nueve millones de niños mueren al año antes de cumplir los cinco. Entre un 33% y un 50% por culpa de la desnutrición. La causa de la muerte suele ser la diarrea, pero tras ella se esconden déficits agudos de micronutrientes básicos. Unos 2 millones de niños fallecen por neumonía. Los antibióticos para tratarla cuestan 27 centavos de dólar. Sus familias carecen de ellos. En total, 18 millones de personas mueren al año por causas vinculadas a la pobreza. Son muertes evitables que la crisis está agravando. Jugar al casino financiero no sale gratis. El Banco Mundial estimó que 22 niños más morirían por hora en 2009 (uno cada tres segundos) por motivos prevenibles.

Se necesitan respuestas inmediatas. La mayor característica de la pobreza es que genera con frecuencia daños irreversibles. Según Unicef, si un niño no se alimenta bien en los primeros años tendrá las conexiones interneuronales de su cerebro incompletas y un retraso severo para toda la vida. La pobreza no puede esperar. Es urgente incrementar las inversiones en salud y educación, y montar mayores redes de protección. No hay contradicción en proteger a los vulnerables y hacerlo a través de programas que, al mismo tiempo, favorezcan la articulación y la organización de la comunidad, inviertan en el desarrollo de sus líderes y potencien su capital social. Los programas más efectivos de reducción de mortalidad materna en poblaciones indígenas han sido los que se han apoyaron en el fortalecimiento de la misma comunidad y la conminaron a cogestionar el proyecto.

La pobreza no es sólo cuestión de dinero

Es mucho más. Cuando a los pobres se les pregunta en las encuestas qué es lo que más les duele de su situación, la respuesta suele sorprender a los investigadores. Se quejan de las carencias, de la falta de ingresos y de que sus hijos no pueden terminar la escuela primaria, pero lo que en verdad les genera más dolor es “la mirada de desprecio”. Sienten que amplios sectores de la población les observan como a una especie inferior, seres de baja categoría, subhombres y submujeres o que, en el mejor de los casos, les tratan con compasión.

La devaluación del pobre como persona prepara el terreno para su discriminación y, en última instancia, para su demonización. Es un sospechoso en potencia. Uno de los grupos más discriminados es el de los jóvenes en situación precaria. Un estudio de la prestigiosa ONG Periodismo Social, en el que se analizan 120.000 noticias sobre niños y adolescentes en 22 diarios argentinos, extrae conclusiones que pueden aplicarse a otras latitudes: “Pocas fuentes, pocas estadísticas, muchos términos peyorativos… las palabras para referirse a los chicos y chicas que supuestamente cometen delitos son estigmatizantes y discriminatorias… son títulos que condenan antes que lo haga la justicia”. Los pobres son seres humanos iguales a todos. Perciben la mirada degradante. Por algo, cuando se les interroga sobre las organizaciones que más valoran, sitúan en primer lugar a las que crean ellos mismos como las organizaciones indígenas, de campesinos pobres o de habitantes de zonas marginales urbanas. En esas agrupaciones el trato es horizontal y ellos son los actores, recuperan su imagen humana. Es lo que sucedió por ejemplo con Villa El Salvador en Perú, municipio autogestionado de pobres que obtuvo por sus logros algunos de los mayores reconocimientos internacionales, entre ellos el Príncipe de Asturias.

La pobreza es un complejo de ataques a la dignidad humana. Los economistas convencionales se equivocan por completo cuando abordan temas como el paro o el desempleo como una mera pérdida o merma de ingresos. La falta de trabajo vulnera las aspiraciones más básicas del ser humano. Un reciente estudio de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, centrado en ciudadanos desempleados, mostró que el 68% estaban deprimidos, el 61% se sentían inútiles y el 55% estaban muy enojados. En el 58% de ellos, el paro estaba afectando a sus relaciones familiares y un 52% evitaban encontrarse con amigos o conocidos. La causa principal: sentían vergüenza por su situación.

América Latina nunca saldrá de la miseria

Es un caso paradigmático. Como experto en el tema y a pesar de que la primera palabra que viene a la mente cuando uno piensa en pobreza es África, puedo argumentar esta afirmación: el continente latinoamericano tiene un tercio de las aguas limpias del planeta, algunas de las mayores reservas de materias primas estratégicas en su subsuelo, fuentes de energía barata, excepcionales posibilidades de producción agropecuaria y una inserción agroeconómica privilegiada. Sin embargo, más de un tercio de su población está por debajo de la línea de la pobreza (189 millones), mueren 30 niños de cada 1.000 antes de los 5 años frente a 3 en Suecia o en Noruega, perecen 90 madres por cada 100.000 nacimientos frente a 6 en Canadá. La pregunta es: ¿por qué tanta pobreza en un lugar potencialmente tan rico?

La razón principal es que es la más desigual de todas las regiones. El 10% más rico tiene más de 40 veces lo que el 10% más pobre, frente a 10 en España, y 6 en Noruega. Hay fuertes desigualdades en ingresos, acceso a la tierra, a la salud, a la educación y al crédito, y ahora, a las nuevas tecnologías. La región produce alimentos para tres veces su población. Sin embargo, el 16% de los niños padecen desnutrición crónica. En el 20% más pobre sólo uno de cada 3 jóvenes termina la secundaria y sólo uno de cada 100 accede a la Universidad.

La desigualdad genera “las trampas de pobreza”. Si un joven nace en una villa miseria, un caserío indígena, una zona rural pobre, tendrá problemas nutricionales, trabajará desde pequeño (el 11% de los niños menores de 14 años lo hacen), no podrá finalizar la escuela primaria o la secundaria, y, sin ella, no conseguirá trabajo en la economía formal. Un 25% de los jóvenes están fuera del mercado de trabajo y del sistema educativo.

De las “trampas de pobreza” se sale con políticas públicas activas que intenten universalizar los derechos reales a la alimentación, a la salud y a la educación, que democraticen el crédito, fortalezcan las posibilidades de generar microemprendimientos y pymes y que abran oportunidades para todos. En los últimos años, la participación creciente de la sociedad civil, y su presión para que se adoptaran políticas incluyentes, generaron cambios importantes que muestran que sí es posible combatir la pobreza y que lograrlo pasa por mejorar la equidad.

Entre ellas, el gigantesco programa social Bolsa Familia, montado por Lula da Silva en Brasil y que cubrió las necesidades básicas de 45 millones de pobres entre los pobres; los programas del Gobierno uruguayo que reformaron la salud y permitieron que todos los niños de las escuelas públicas tengan un ordenador; los programas de protección a toda la población adulta en Chile y Argentina; el subsidio universal a los niños pobres en este último país; la reducción a tasas mínimas de la mortalidad materna y la infantil aumentando la inversión en salud en medio de la crisis en Costa Rica, y otras similares en otros países.

La acción de políticas públicas enfocadas hacia las prioridades reales de la población, y el apoyo a las mismas por parte de empresas socialmente responsables y una sociedad civil movilizada por la solidaridad, pueden mejorar la difícil vida de gran parte de la población de América Latina. Pero todavía queda un largo camino por recorrer.

Siempre ha habido y habrá pobres

Coartadas. Muchas élites adjudican a la pobreza una suerte de maldición ancestral. Por ejemplo, cuando los periodistas acosaban al ex presidente argentino Carlos Menem por el aumento de la pobreza en la Argentina de los 90, consecuencia directa del modelo ortodoxo liberal que él aplicó, solía argumentar: “Pobres hubo siempre”.

Las cifras difieren y son tozudas. En ese país, la pobreza era inferior al 10% a principios de los 60 y después de Menem alcanzó el 58% a finales de 2002. En Noruega, líder mundial en Desarrollo Humano, hay cero pobreza. En España, los indicadores actuales no tienen nada que ver con los de la época de Franco.

Los profetas, creadores de la idea de justicia social, dicen en la Biblia: “No habrá pobres entre vosotros”. Se refieren a que los recursos potenciales están en todas las sociedades, y dependiendo del modelo de organización, la pobreza puede erradicarse.

Con la manida visión de la “maldición ancestral” se borra la relación entre pobreza y desigualdad y se evita hacer los cambios imprescindibles. Asimismo, se aprovecha al máximo la falta de capacidad de lobby de los pobres, los pobres no cuentan. Como señaló el premio Pulizter, Nicholas Kristoff, en The New York Times, refiriéndose a las elevadas tasas de mortalidad femenina en el Tercer Mundo en una era de avances médicos espectaculares, estas cifras no despiertan interés porque “sus víctimas son pobres, rurales, no educadas, y mujeres”. La lucha contra la pobreza pasa, en primer lugar, por romper la falta de sensibilidad actual. Ante tantas víctimas de las políticas neoliberales de las ultimas décadas, la opinión pública comenzó a percibir a los niños de la calle, a los ancianos mendigos, a las madres que piden con sus bebes, a los sin techo como si fueran parte de la naturaleza de las ciudades, como “si lloviera”.

No se conmueven ante el sufrimiento. Es necesario recuperar la capacidad del ser humano para rebelarse contra las injusticias. Y eso es la pobreza: una injusticia éticamente inadmisible.

Los pobres son culpables del cambio climático

Al contrario. El cambio climático avanza con mucha más rapidez de lo que se creía. El dióxido de carbono retenido en la atmósfera es de 385 partes por millón frente a 339 en 1980. El aumento de las temperaturas está fundiendo los glaciares y produciendo un aumento de 3 milímetros por año en el nivel del mar, el doble que en el siglo XX.

El aumento de las temperaturas y de las lluvias genera un ambiente propicio para la transmisión de enfermedades infecciosas. Aumentan las inundaciones y se expanden enfermedades como el dengue, la malaria, el cólera y la fiebre amarilla. Los más afectados son los más vulnerables: los que viven al borde de zonas inundables, en viviendas precarias; los pequeños agricultores afectados por las sequías; los relegados del planeta a sus sitios más hostiles.

Se estima que el cambio climático está produciendo 300.000 muertes por año. Crecen los refugiados climáticos, que se acercan a los 50 millones. Han debido irse de sus lugares de origen y ni siquiera el Derecho Internacional tiene ninguna figura para amparar a este tipo de exiliados.

Los informes estiman que los habitantes de los países pobres tienen 78 veces más posibilidades de resultar afectados por el cambio climático que los de las naciones ricas. Se trata de una de las mayores desigualdades, la vulnerabilidad totalmente disímil.

Además, está claro que ellos no son los generadores del envenenamiento del ambiente, en el que tienen una participación marginal. Los datos no mienten, pero también en este apartado la élites del planeta culpan a los más desfavorecidos, mostrando la capacidad infinita del género humano para fabricar pretextos y no enfrentarse los desafíos morales que tienen por delante. Resulta imprescindible superar ésta y todas las otras coartadas, pretextos e insensibilidades frente a la pobreza, la gran violación de los derechos humanos del siglo XXI, para avanzar en la construcción del mundo mejor que reclaman los ciudadanos. Gandhi, como buen visionario, lanzó una advertencia que sigue en plena vigencia: “La diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer bastaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo”.

__________________________________________________________________________

El autor de este artículo, Bernardo Kliksberg, ha escrito en colaboración con el indio Amartya Sen, premio Nobel de Economía, el libro Primero la gente. Una mirada desde la ética del desarrollo a los principales problemas del mundo globalizado (6ª edición actualizada, Editorial Temas, Buenos Aires, 2009). También destacan sus obras Más ética, más desarrollo, Bernardo Kliksberg (Editorial Temas, Buenos Aires, 2009) y Es difícil ser joven en América Latina. Los desafíos abiertos, del que es compilador, junto a Joseph Stiglitz, Rebeca Grynspan y otros (Editorial Sudamericana, Random House Mondadori, 2010).

Otras obras imprescindibles para analizar las causas y el impacto de la pobreza son: The Life you Can Save: Acting Now to End the World Poverty, Peter Singer (Editorial Random House, Nueva York, 2009); ‘Impact in Latin America: Economies are Better Prepared to Face the Global Crisis, People are Not’, Rebeca Grynspan, Foreign Policy (Latin America Social Forum, 2009), www.foreignpolicy.com/LASF_2009.pdf; ‘Corporate Social Responsibility in Latin America: not a Waste of Time or Money’, Rebeca Grynspan y Bernardo Kliksberg, Foreign Policy (Latin America Social Forum, 2008), www.foreignpolicy.com/promotions/lasf2008.pdf.

Manuel Castells, La era de la información. Tomo I, Economía, Sociedad y Cultura

leave a comment »

INVESTIGACION2 Prólogo

La red y el yo

-¿Me consideras un hombre culto y leído?
-Sin duda -replicó Zi-gong-. ¿No lo eres?

-En absoluto -dijo Confucio- Tan sólo he agarrado el hilo que enlaza el resto*.

Hacia el final del segundo milenio de la era cristiana, varios acontecimientos de trascendencia histórica han transformado el paisaje social de la vida humana. Una revolución tecnológica, centrada en torno a las tecnologías de la información, está modificando la base material de la sociedad a un ritmo acelerado. Las economías de todo el mundo se han hecho interdependientes a escala global, introduciendo una nueva forma de relación entre economía, Estado y sociedad en un sistema de geometría variable. El derrumbamiento del estatismo soviético y la subsiguiente desaparición del movimiento comunista internacional han minado por ahora el reto histórico al capitalismo, rescatado a la izquierda política (y a la teoría marxista) de la atracción fatal del marxismo-leninismo, puesto fin a la guerra fría, reducido el riesgo de holocausto nuclear y alterado de modo fundamental la geopolítica global.

El mismo capitalismo ha sufrido un proceso de reestructuración profunda, caracterizado por una mayor flexibilidad en la gestión; la descentralización e interconexión de las empresas, tanto interna como en su relación con otras; un aumento de poder considerable del capital frente al trabajo, con el declive concomitante del movimiento sindical; una individualización y diversificación crecientes en las relaciones de trabajo; la incorporación masiva de la mujer al trabajo retribuido, por lo general en condiciones discriminatorias; la intervención del estado para desregular los mercados de forma selectiva y desmantelar el estado de bienestar, con intensidad y orientaciones diferentes según la naturaleza de las fuerzas políticas y las instituciones de cada sociedad; la intensificación de la competencia económica global en un contexto de creciente diferenciación geográfica y cultural de los escenarios para la acumulación y gestión del capital.

Como consecuencia de este reacondicionamiento general del sistema capitalista, todavía en curso, hemos presenciado la integración global de los mercados financieros, el ascenso del Pacífico asiático como el nuevo centro industrial global dominante, la ardua pero inexorable unificación económica de Europa, el surgimiento de una economía regional norteamericana, la diversificación y luego desintegración del antiguo Tercer Mundo, la transformación gradual de Rusia y la zona de influencia ex soviética en economías de mercado, y la incorporación de los segmentos valiosos de las economías de todo el mundo a un sistema interdependiente que funciona como una unidad en tiempo real. Debido a todas estas tendencias, también ha habido una acentuación del desarrollo desigual, esta vez no sólo entre Norte y Sur, sino entre los segmentos y territorios dinámicos de las sociedades y los que corren el riesgo de convertirse en irrelevantes desde la perspectiva de la lógica del sistema. En efecto, observamos la liberación paralela de las formidables fuerzas productivas de la revolución informacional y la consolidación de los agujeros negros de miseria humana en la economía global, ya sea en Burkina Faso, South Bronx, Kamagasaki, Chiapas o La Courneuve.

De forma simultánea, las actividades delictivas y las organizaciones mafiosas del mundo también se han hecho globales e informacionales, proporcionando los medios para la estimulación de la hiperactividad mental y el deseo prohibido, junto con toda forma de comercio ¡lícito demandada por nuestras sociedades, del armamento sofisticado a los cuerpos humanos. Además, un nuevo sistema de comunicación, que cada vez habla más un lenguaje digital universal, está integrando globalmente la producción y distribución de palabras, sonidos e imágenes de nuestra cultura y acomodándolas a los gustos de las identidades y temperamentos de los individuos. Las redes informáticas interactivas crecen de modo exponencial, creando nuevas formas y canales de comunicación, y dando forma a la vida a la vez que ésta les da forma a ellas.

Los cambios sociales son tan espectaculares como los procesos de transformación tecnológicos y económicos. A pesar de toda la dificultad sufrida por el proceso de transformación de la condición de las mujeres, se ha minado el patriarcalismo, puesto en cuestión en diversas sociedades. Así,, en buena parte del mundo, las relaciones de género se han convertido en un dominio contestado, en vez de sor una esfera de reproducción cultural. De ahí se deduce una redefinición fundamental de las relaciones entre mujeres, hombres y niños y, de este modo, de la familia, la sexualidad y la personalidad. La conciencia medioambiental ha calado las instituciones de la sociedad y sus valores han ganado atractivo político al precio de ser falseados y manipulados en la práctica cotidiana de las grandes empresas y las burocracias. Los sistemas políticos están sumidos en una crisis estructural de legitimidad, hundidos de forma periódica por escándalos, dependientes esencialmente del respaldo de los medios de comunicación y del liderazgo personalizado, y cada vez más aislados de la ciudadanía. Los movimientos sociales tienden a ser fragmentados, localistas, orientados a un único tema y efímeros, ya sea reducidos a sus mundos interiores o fulgurando sólo un instante en torno a un símbolo mediático.

En un mundo como éste de cambio incontrolado y confuso, la gente tiende a reagruparse en torno a identidades primarias: religiosa, étnica, territorial, nacional. En estos tiempos difíciles, el fundamentalismo religioso, cristiano, islámico, judío, hindú e incluso budista (en lo que parece ser un contrasentido), es probablemente la fuerza más formidable de seguridad personal y movilización colectiva. En un mundo de flujos globales de riqueza, poder e imágenes, la búsqueda de la identidad, colectiva o individual, atribuida o construida, se convierte en la fuente fundamental de significado social. No es una tendencia nueva, ya que la identidad, y de modo particular la identidad religiosa y étnica, ha estado en el origen del significado desde los albores de la sociedad humana.

No obstante, la identidad se está convirtiendo en la principal, y a veces única, fuente de significado en un periodo histórico caracterizado por una amplia desestructuración de las organizaciones, deslegitimación de las instituciones, desaparición de los principales movimientos sociales y expresiones culturales efímeras. Es cada vez más habitual que la gente no organice su significado en torno a lo que hace, sino por lo que es o cree ser. Mientras que, por otra parte, las redes globales de intercambios instrumentales conectan o desconectan de forma selectiva individuos, grupos, regiones o incluso países según su importancia para cumplir las metas procesadas en la red, en una corriente incesante de decisiones estratégicas. De ello se sigue una división fundamental entre el instrumentalismo abstracto y universal, y las identidades particularistas de raíces históricas. Nuestras sociedades se estructuran cada vez más en tomo a una posición bipolar entre la red y el yo.

En esta condición de esquizofrenia estructural entre función y significado, las pautas de comunicación social cada vez se someten a una tensión mayor. Y cuando la comunicación se, rompe, cuando deja de existir, ni siquiera en forma de comunicación conflictiva (como sería el caso en las luchas sociales o la oposición política), los grupos sociales y los individuos se, alienan unos de otros y ven al otro como un extraño, y al final como una amenaza. En este proceso la fragmentación social: se extiende, ya que las identidades se vuelven más específicas y aumenta la dificultad de compartirlas. La sociedad informacional, en su manifestación global, es también el mundo de Aum Shinrikyo, de la American Militia, de las ambiciones teocráticas islámicas/cristianas y del genocidio recíproco de hutus/tutsis.

Confundidos por la escala y el alcance del cambio histórico, la cultura y el pensamiento de nuestro tiempo abrazan con frecuencia un nuevo milenarismo. Los profetas de la tecnología predican una nueva era, extrapolando a las tendencias y organizaciones sociales la lógica apenas comprendida de los ordenadores y el ADN. La cultura y la teoría posmodernas se recrean en celebrar el fin de la historia y, en cierta medida, el fin de -la razón, rindiendo nuestra capacidad de comprender y hallar sentido, incluso al disparate. La asunción implícita es la aceptación de la plena individualización de la conducta y de la impotencia de la sociedad sobre su destino.

El proyecto que informa este libro nada contra estas corrientes de destrucción y se opone a varias formas de nihilismo intelectual, de escepticismo social y de cinismo político. Creo en la racionalidad y en la posibilidad de apelar a la razón, sin convertirla en diosa. Creo en las posibilidades de la acción social significativa y en la política transformadora, sin que nos veamos necesariamente arrastrados hacia los rápidos mortales de las utopías absolutas. Creo en el poder liberador de la identidad, sin aceptar la necesidad de su individualización o su captura por el fundamentalismo. Y propongo la hipótesis de que todas las tendencias de cambio que constituyen nuestro nuevo y confuso mundo están emparentadas y que podemos sacar sentido a su interrelación. Y, sí, creo, a pesar de una larga tradición de errores intelectuales a veces trágicos, que observar, analizar y teorizar es un modo de ayudar a construir un mundo diferente y mejor. No proporcionando las respuestas, que serán específicas para cada sociedad y las encontrarán por sí mismos los actores sociales, sino planteando algunas preguntas relevantes. Me gustaría que este libro fuese una modesta contribución a un esfuerzo analítico, necesariamente colectivo, que ya se está gestando desde muchos horizontes, con el propósito de comprender nuestro nuevo mundo sobre la base de los datos disponibles y de una teoría exploratoria.

Para recorrer los pasos preliminares en esa dirección, debemos tomar en serio la tecnología, utilizándola como punto de partida de esta indagación; hemos de situar este proceso de cambio tecnológico revolucionario en el contexto social donde tiene lugar y que le da forma; y debemos tener presente que la búsqueda de identidad es un cambio tan poderoso como la transformación tecnoeconómica en el curso de la nueva historia. Luego, tras haber enunciado el proyecto de este libro, partiremos en nuestro viaje intelectual, por un itinerario que nos llevará a numerosos ámbitos y cruzará diversas culturas y contextos institucionales, ya que la comprensión de una transformación global requiere una perspectiva tan global como sea posible, dentro de los límites obvios de la experiencia y el conocimiento de este autor.

TECNOLOGIA, SOCIEDAD Y CAMBIO HISTORICO

La revolución de la tecnología de la información, debido a su capacidad de penetración en todo el ámbito de la actividad humana, será mi punto de entrada para analizar la complejidad de la nueva economía, sociedad y cultura en formación. Esta elección metodológica no implica que las nuevas formas y procesos sociales surjan como consecuencia del cambio tecnológico. Por supuesto, la tecnología no determina la sociedad . Tampoco la sociedad dicta el curso del cambio tecnológico, ya que muchos factores, incluidos la invención e iniciativas personales, intervienen en el proceso del descubrimiento científico, la innovación tecnológica y las aplicaciones sociales, de modo que el resultado final depende de un complejo modelo de interacción . En efecto, el dilema del determinismo tecnológico probablemente es un falso problema , puesto que tecnología es sociedad y ésta no puede ser comprendida o representada sin sus herramientas técnicas .

Así, cuando en la década de 1970 se constituyó un nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a la tecnología de la información, sobre todo en los Estados Unidos (véase el capítulo 1), fue un segmento específico de su sociedad, en interacción con la economía global y la geopolítica mundial, el que materializó un modo nuevo de producir, comunicar, gestionar y vivir, Es probable que el hecho de que este paradigma naciera en los Estados Unidos, y en buena medida en California y en la década de los setenta, tuviera consecuencias considerables en cuanto a las formas y evolución de las nuevas tecnologías de la información. Por ejemplo, a pesar del papel decisivo de la financiación y los mercados militares en el fomento de los primeros estadios de la industria electrónica durante el periodo comprendido entre las décadas de 1940 y 1960, cabe relacionar de algún modo el florecimiento tecnológico que tuvo lugar a comienzos de la década de los setenta con la cultura de la libertad, la innovación tecnológica y el espíritu emprendedor que resultaron de la cultura de los campus estadounidenses de la década de 1960.

No tanto en cuanto a su política, ya que Silicon Valley era, y es, un sólido bastión del voto conservador y la mayoría de los innovadores fueron metapolíticos, sino en cuanto a los valores sociales de ruptura con las pautas de conducta establecidas, tanto en la sociedad en general como en el mundo empresarial. El énfasis concedido a los instrumentos personalizados, la interactividad y la interconexión, y la búsqueda incesante de nuevos avances tecnológicos, aun cuando en apariencia no tenían mucho sentido comercial, estaban claramente en discontinuidad con la tradición precavida del mundo empresarial. La revolución de la tecnología de la información, de forma medio consciente , difundió en la cultura material de nuestras sociedades el espíritu libertario que floreció en los movimientos de la década de los sesenta. No obstante, tan pronto como se difundieron las nuevas tecnologías de la información y se las apropiaron diferentes países, distintas culturas, diversas organizaciones y metas heterogéneas, explotaron en toda clase de aplicaciones y usos, que retroalimentaron la innovación tecnológica, acelerando la velocidad y ampliando el alcance del cambio tecnológico, y diversificando sus fuentes . Un ejemplo ayudará a comprender la importancia de las consecuencias sociales inesperadas de la tecnología.

Como es sabido, Internet se originó en un audaz plan ideado en la década de los sesenta por los guerreros tecnológicos del Servicio de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa estadounidense (Advanced Research Projects Agency, el mítico DARPA), para evitar la toma o destrucción soviética de las comunicaciones estadounidenses en caso de guerra nuclear. En cierta medida, fue el equivalente electrónico de las tácticas maoístas de dispersión de las fuerzas de guerrilla en torno a un vasto territorio para oponerse al poder de un enemigo con versatilidad y conocimiento del terreno. El resultado fue una arquitectura de red que, como querían sus inventores, no podía ser controlada desde ningún centro, compuesta por miles de redes informáticas autónomas que tienen modos innumerables de conectarse, sorteando las barreras electrónicas.

Arpanet, la red establecida por el Departamento de Defensa estadounidense, acabó convirtiéndose en la base de una red de comunicación global y horizontal de miles de redes (desde luego, limitada a una elite informática instruida de cerca de 20 millones de usuarios a mediados de la década de 1990, pero cuyo crecimiento es exponencial), de la que se han apropiado individuos y grupos de todo el mundo para toda clase de propósitos, bastante alejados de las preocupaciones de una guerra fría extinta. En efecto, fue vía Internet como el Subcomandante Marcos, jefe de los zapatistas chiapanecos, se comunicó con el mundo y con los medios desde las profundidades de la selva Lacandona durante su retirada en febrero de 1995.

No obstante, si bien la sociedad no determina la tecnología, sí puede sofocar su desarrollo, sobre todo por medio del estado. 0, de forma alternativa y sobre todo mediante la intervención estatal, puede embarcarse en un proceso acelerado de modernización tecnológica, capaz de cambiar el destino de las economías, la potencia militar y el bienestar social en unos cuantos años. En efecto, la capacidad o falta de capacidad de las sociedades para dominar la tecnología, y en particular las que son estratégicamente decisivas en cada periodo histórico, define en buena medida su destino, hasta el punto de que podemos decir que aunque por sí misma no determina la evolución histórica y el cambio social, la tecnología (o su carencia) plasma la capacidad de las sociedades para transformarse, así como los usos a los que esas sociedades, siempre en un proceso conflictivo, deciden dedicar su potencial tecnológico .

Así, hacia 1400, cuando el Renacimiento europeo estaba plantando las semillas intelectuales del cambio tecnológico que dominaría el mundo tres siglos después, China era la civilización tecnológica más avanzada de todas, según Mokyr . Los inventos clave se habían desarrollado siglos antes, incluso un milenio y medio antes, como es el caso de los altos hornos que permitieron el fundido de hierro ya en el año 200 a.C. Además, Su Sung inventó el reloj de agua en 1086 d.C., sobrepasando la precisión de medida de los relojes mecánicos europeos de la misma fecha. El arado de hierro fue introducido en el siglo VI y adaptado al cultivo de los campos de arroz encharcados dos siglos después. En textiles, el torno de hilar manual apareció al mismo tiempo que en Occidente, en el siglo XIII, pero avanzó mucho más de prisa en China debido a la existencia de una antigua tradición de equipos de tejer complejos: los telares de arrastre para tejer seda ya se utilizaban en tiempos de las dinastías Han.

La adopción de la energía hidráulica fue paralela a la de Europa: en el siglo VIII los chinos ya utilizaban martinetes de fragua hidráulicos y en 1280 existía una amplia difusión de la rueda hidráulica vertical. El viaje oceánico fue más fácil para las embarcaciones chinas desde una fecha anterior que para las europeas: inventaron el compás en torno a 960 d.C. y sus juncos ya eran los barcos más avanzados del mundo a finales del siglo XIV, permitiendo largos viajes marítimos. En el ámbito militar, los chinos, además de inventar la pólvora, desarrollaron una industria química capaz de proporcionar potentes explosivos, y sus ejércitos utilizaron la ballesta y la catapulta siglos antes que Europa. En medicina, técnicas como la acupuntura obtenían resultados extraordinarios que sólo recientemente han logrado un reconocimiento universal.

Y, por supuesto, la primera revolución del procesamiento de la información fue chino: el papel y la imprenta fueron inventos suyos. El papel se introdujo en China 1.000 años antes que en Occidente y la imprenta es probable que comenzara a finales del siglo VII. Como Ojones escribe: «China estuvo a un ápice de la industrialización en el siglo XIV» . Que no llegase a industrializarse cambió la historia del mundo. Cuando en 1842 las guerras del opio condujeron a las imposiciones coloniales británicas, China se dio cuenta demasiado tarde de que el aislamiento no podía proteger al Imperio Medio de las consecuencias de su inferioridad tecnológica. Desde entonces tardó más de un siglo en comenzar a recuperarse de una desviación tan catastrófica en su trayectoria histórica.

Las explicaciones de un curso histórico tan inusitado son numerosas y polémicas. No hay lugar en este prólogo para entrar en la complejidad del debate, pero, de acuerdo con la investigación y el análisis de historiadores como Needham , Qian , Jones , y Mokyr , es posible sugerir una interpretación que ayude a comprender, en términos generales, la interacción entre sociedad, historia y tecnología. En efecto, como señala Mokyr, la mayoría de las hipótesis sobre las diferencias culturales (incluso aquellas sin matices racistas implícitos) fracasan en explicar no las diferencias entre China y Europa, sino entre la China de 1300 y la de 1800. ¿Por qué una cultura y un imperio que habían sido los líderes tecnológicos del mundo durante miles de años cayeron de repente en el estancamiento, en el momento preciso en que Europa se embarcaba en la era de los descubrimientos y luego en la revolución industrial?

Needham ha propuesto que la cultura china estaba más inclinada que los valores occidentales a mantener una relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza, algo que podía ponerse en peligro por la rápida innovación tecnológica. Además, se opone a los criterios occidentales utilizados para medir el desarrollo tecnológico. Sin embargo, este énfasis cultural sobre un planteamiento holístico del desarrollo no había impedido la innovación tecnológica durante milenios, ni detenido el deterioro ecológico como resultado de las obras de irrigación en el sur de China, cuando la producción agrícola escalonada llevó a la agresión de la naturaleza para alimentar a una población creciente. De hecho, Wen-yuan Qian, en su influyente libro, critica el entusiasmo algo excesivo de Needham por las proezas de la tecnología tradicional china, pese a su admiración por el monumental trabajo de toda una vida. Qian sugiere una vinculación más estrecha entre el desarrollo de la ciencia china y las características de su civilización, dominada por la dinámica del Estado. Mokyr también considera que el Estado es el factor clave para explicar el retraso tecnológico chino en los tiempos modernos. Cabe proponer una explicación en tres pasos: durante siglos, la innovación tecnológica estuvo sobre todo en manos del Estado; a partir de 1400 el Estado chino, bajo las dinastías

Ming y Qing, perdió interés en ella; y, en parte debido a su dedicación a servir al Estado, las elites culturales y sociales se centraron en las artes, las humanidades y la promoción personal con respecto a la burocracia imperial. De este modo, lo que parece ser crucial es el papel del Estado y el cambio de orientación de su política. ¿Por qué un Estado que había sido el mayor ingeniero hidráulico de la historia y había establecido un sistema de extensión agrícola para mejorar la productividad desde el periodo Han de repente se inhibió de la innovación tecnológica e incluso prohibió la exploración geográfica, abandonando la construcción de grandes barcos en 1430? La respuesta obvia es que no era el mismo Estado, no sólo debido a que se trataba de dinastías diferentes, sino porque la clase burocrática se había atrincherado en la administración tras un periodo más largo de lo habitual de dominio incontestado.

Según Mokyr, parece que el factor determinante del conservadurismo tecnológico fue el miedo de los gobernantes a los posibles impactos del cambio tecnológico sobre la estabilidad social. Numerosas fuerzas se opusieron a la difusión de la tecnología en China, como en otras sociedades, en particular los gremios urbanos. A los burócratas, contentos con el orden establecido, les preocupaba la posibilidad de que se desataran conflictos sociales que pudieran aglutinarse con otras fuentes de oposición latentes en una sociedad mantenida bajo control durante varios siglos. Hasta los dos déspotas ilustrados manchús del siglo XVIII, K’ang Chi y Ch’ien Lung, centraron sus esfuerzos en la pacificación y el orden, en lugar de desencadenar un nuevo desarrollo.

A la inversa, la exploración y los contactos con los extranjeros más allá del comercio controlado y la adquisición de armas, fueron considerados, en el mejor de los casos, innecesarios y, en el peor, amenazantes, debido a la incertidumbre que implicaban. Un Estado burocrático sin incentivo exterior y con desincentivadores internos para aplicarse a la modernización tecnológica optó por la más prudente neutralidad, con el resultado de detener la trayectoria tecnológica que China había venido siguiendo durante siglos, si no milenios, precisamente bajo su guía. La exposición de los factores subyacentes en la dinámica del Estado chino bajo las dinastías Ming y Qing se encuentra sin duda más allá del alcance de este libro.

Lo que interesa a nuestro propósito de investigación son dos enseñanzas de esta experiencia fundamental de desarrollo tecnológico interrumpido: por una parte, el Estado puede ser, y lo ha sido en la historia, en China y otros lugares, una fuerza dirigente de innovación tecnológica; por otra, precisamente debido a ello, cuando cambia su interés por el desarrollo tecnológico, o se vuelve incapaz de llevarlo a cabo en condiciones nuevas, el modelo estatista de innovación conduce al estancamiento debido a la esterilización de la energía innovadora autónoma de la sociedad para crear y aplicar la tecnología. El hecho de que años después el Estado chino pudiera construir una nueva y avanzada base tecnológica en tecnología nuclear, misiles, lanzamiento de satélites y electrónica demuestra una vez más la vacuidad de una interpretación predominantemente cultural del desarrollo y retraso tecnológicos: la misma cultura puede inducir trayectorias tecnológicas muy diferentes según el modelo de relación entre Estado y sociedad. Sin embargo, la dependencia exclusiva del primero tiene un precio, y para China fue el del retraso, la hambruna, las epidemias, el dominio colonial y la guerra civil hasta al menos mediados del siglo XX.

Puede contarse una historia bastante similar, y se hará en este libro (véase el volumen III), sobre la incapacidad del estatismo soviético para dominar la revolución de la tecnología de la información, con lo que ahogó su capacidad productiva y socavó su poderío militar. No obstante, no debemos saltar a la conclusión ideológica de que toda intervención estatal es contraproducente para el desarrollo tecnológico, abandonándonos a una reverencia ahistórica del espíritu emprendedor individual sin cortapisas. Japón es, por supuesto, el ejemplo contrario, tanto para la experiencia histórica china como para la falta de capacidad del estado soviético para adaptarse a la revolución de la tecnología de la información iniciada en los Estados Unidos.

Japón pasó un periodo de aislamiento histórico, incluso más profundo que China, bajo el shogunado Tokugawa (establecido en 1603), entre 1636 y 1853, precisamente durante el periodo crítico de la formación del sistema industrial en el hemisferio occidental. Así, mientras que a comienzos del siglo XVII los mercaderes japoneses comerciaban por todo el este y sudeste asiáticos, utilizando modernas embarcaciones de hasta 700 toneladas, en 1635 se prohibió la construcción de barcos de más de 50 toneladas y todos los puertos japoneses excepto Nagasaki fueron cerrados a los extranjeros, mientras que el comercio se restringía a China, Corea y Holanda . El aislamiento tecnológico no fue total durante estos dos siglos y la innovación endógena permitió a Japón seguir con un cambio incremental a un ritmo más rápido que China . No obstante, debido a que el nivel tecnológico japonés era inferior al chino, a mediados del siglo XIX los kurobune (barcos negros) del comodoro Perry pudieron imponer el comercio y las relaciones diplomáticas a un país muy rezagado de la tecnología occidental.

Sin embargo, tan pronto como la Ishin Meiji (Restauración Meiji) de 1868 creó las condiciones políticas para una modernización decisiva conducida por el Estado . Japón progresó en tecnología avanzada a pasos agigantados en un lapso de tiempo muy corto . Sólo como ejemplo significativo debido a su importancia estratégica actual, recordemos brevemente el desarrollo extraordinario de la ingeniería eléctrica y sus aplicaciones a la comunicación en el último cuarto del siglo XIX . En efecto, el primer departamento independiente de ingeniería eléctrica en el mundo se estableció en 1873 en la recién fundada Universidad Imperial de Ingeniería de Tokio, bajo la dirección de su decano, Henry Dyer, un ingeniero mecánico escocés. Entre 1887 y 1892, un sobresaliente académico de la ingeniería eléctrica, el profesor británico William Ayrton. fue invitado para dar clase en la universidad y desempeñó un papel decisivo en la diseminación del conocimiento en una nueva generación de ingenieros japoneses, de tal modo que a finales del siglo la Oficina de Telégrafos ya fue capaz de reemplazar a los extranjeros en todos sus departamentos técnicos. Se buscó la transferencia de tecnología de Occidente mediante diversos mecanismos.

En 1873, el taller de maquinaria de la Oficina de Telégrafos envió a un relojero japonés, Tanaka Seisuke, a la exposición internacional de máquinas celebrada en Viena para obtener información sobre éstas. Unos diez años más tarde, todas las máquinas de la Oficina estaban hechas en Japón. Basándose en esta tecnología, Tanaka Daikichi fundó en 1882 una fábrica de electricidad, Shibaura, que, tras su adquisición por Mitsui, prosiguió hasta convertirse en Toshiba. Se enviaron ingenieros a Europa y los Estados Unidos, y se permitió a Western Electric producir y vender en Japón en 1899, en una empresa conjunta con industriales japoneses: el nombre de la compañía fue NEC. Sobre esa base tecnológica, Japón entró a toda velocidad en la era de la electricidad y las comunicaciones antes de 1914: para esa fecha, la producción de energía total había alcanzado 1.555.000 kilovatios a la hora y 3.000 oficinas de teléfonos transmitían mil millones de mensajes al año. Resulta en efecto simbólico que el regalo del comodoro Perry al Shogun en 1857 fuera un juego de telégrafos estadounidenses, hasta entonces nunca vistos en Japón: la primera línea de telégrafos se tendió en 1869 y diez años después Japón estaba enlazado con todo el mundo mediante una red de información transcontinental, vía Siberia, operada por la Great Northern Telegraph Co., gestionada de forma conjunta por ingenieros occidentales y japoneses, y que transmitía tanto en inglés como en japonés.

El relato del modo cómo Japón se convirtió en un importante actor mundial en las industrias de las tecnologías de la información en el último cuarto del siglo XX es ahora del conocimiento público, por lo que puede darse por supuesto en nuestra exposición . Lo que resulta relevante para las ideas aquí presentadas es que sucedió al mismo tiempo que una superpotencia industrial y científica, la Unión Soviética, fracasaba en esta transición tecnológica fundamental. Es obvio, como muestran los recordatorios precedentes, que el desarrollo tecnológico japonés desde la década de 1960 no sucedió en un vacío histórico, sino que se basó en décadas de antigua tradición de excelencia en ingeniería. No obstante, lo que importa para el propósito de este análisis es resaltar qué resultados tan llamativamente diferentes tuvo la intervención estatal (y la falta de intervención) en los casos de China y la Unión Soviética comparados con Japón tanto en el periodo Meiji como en el posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Las características del Estado japonés que se encuentran en la base de ambos procesos de modernización y desarrollo son bien conocidas, tanto en lo que se refiere a la Ishin Meiji como al Estado desarrollista contemporáneo , y su presentación nos alejaría demasiado del núcleo de estas reflexiones preliminares. Lo que debemos retener para la comprensión de la relación existente entre tecnología y sociedad es que el papel del Estado, ya sea deteniendo, desatando o dirigiendo la innovación tecnológica, es un factor decisivo en el proceso general, ya que expresa y organiza las fuerzas sociales y culturales que dominan en un espacio y tiempo dados. En buena medida, la tecnología expresa la capacidad de una sociedad para propulsarse hasta el dominio tecnológico mediante las instituciones de la sociedad, incluido el Estado. El proceso histórico mediante el cual tiene lugar ese desarrollo de fuerzas productivas marca las características de la tecnología y su entrelazamiento con las relaciones sociales.

Ello no es diferente en el caso de la revolución tecnológica actual. Se origino y difundió, no por accidente, en un periodo histórico de reestructuración global del capitalismo, para el que fue una herramienta esencial. Así, la nueva sociedad que surge de ese proceso de cambio es tanto capitalista como informacional, aunque presenta una variación considerable en diferentes países, según su historia, cultura, instituciones y su relación específica con el capitalismo global y la tecnología de la información.

INFORMACIONALISMO, INDUSTRIALISMO, CAPITALISMO Y ESTATISMO: MODOS DE DESARROLLO Y MODOS DE PRODUCCION

La revolución de la tecnología de la información ha sido útil para llevar a cabo un proceso fundamental de reestructuración del sistema capitalista a partir de la década de los ochenta. En el proceso, esta revolución tecnológica fue remodelada en su desarrollo y manifestaciones por la lógica y los intereses del capitalismo avanzado, sin que pueda reducirse a la simple expresión de tales intereses. El sistema alternativo de organización social presente en nuestro periodo histórico, el estatismo, también trató de redefinir los medios de lograr sus metas estructurales mientras preservaba su esencia: ése es el significado de la reestructuración (o perestroika en ruso). No obstante, el estatismo soviético fracasó en su intento, hasta el punto de derrumbar todo el sistema, en buena parte debido a su incapacidad para asimilar y utilizar los principios del informacionalismo encarnados en las nuevas tecnologías de la información, como sostendré más adelante basándome en un análisis empírico (véase volumen III).

El estatismo chino pareció tener éxito al pasar al capitalismo dirigido por el Estado y la integración en redes económicas globales, acercándose en realidad más al modelo de Estado desarrollista del capitalismo asiático oriental que al «socialismo con características chinas» de la ideología oficial , como también trataré de exponer en el volumen III. Sin embargo, es muy probable que el proceso de transformación estructural en China sufra importantes conflictos políticos y cambio estructural durante los años próximos. El derrumbamiento del estatismo (con raras excepciones, por ejemplo, Vietnam, Corea del Norte, Cuba, que no obstante están en proceso de enlazarse con el capitalismo global) ha establecido una estrecha relación entre el nuevo sistema capitalista global definido por su perestroika relativamente lograda y el surgimiento del informacionalismo como la nueva base tecnológica material de la actividad tecnológica y la organización social. No obstante, ambos procesos (reestructuración capitalista, surgimiento del informacionalismo) son distintos y su interacción sólo puede comprenderse si separamos su análisis. En este punto de m¡ presentación introductoria de las idées fortes del libro, parece necesario proponer algunas distinciones y definiciones teóricas sobre capitalismo, estatismo, industrialismo e informacionalismo.

Es una tradición de mucho arraigo en las teorías del postindustrialismo y el informacionalismo, que comenzó con las obras clásicas de Alain Touraine y Daniel Bell , situar la distinción entre preindustrialismo, industrialismo e informacionalismo (o postindustrialismo) en un eje diferente que el que opone capitalismo y estatismo (o colectivismo, en términos de Bell). Mientras cabe caracterizar a las sociedades a lo largo de los dos ejes (de tal modo que tenemos estatismo industrial, capitalismo industrial y demás), es esencial para la comprensión de la dinámica social mantener la distancia analítica y la interrelación empírica de los modos de producción (capitalismo, estatismo) y los modos de desarrollo (industrialismo, informacionalismo). Para arraigar estas distinciones en una base teórica que informará los análisis específicos presentados en este libro, resulta inevitable introducir al lector, durante unos cuantos párrafos, en los dominios algo arcanos de la teoría sociológica.

Este libro estudia el surgimiento de una nueva estructura social, manifestada bajo distintas formas, según la diversidad de culturas e instituciones de todo el planeta. Esta nueva estructura social está asociada con el surgimiento de un nuevo modo de desarrollo, el informacionalismo, definido históricamente por la reestructuración del modo capitalista de producción hacia finales del siglo XX.

La perspectiva teórica que sustenta este planteamiento postula que las sociedades están organizadas en torno a proceso humanos estructurados por relaciones de producción, experiencia y poder determinadas históricamente. La producción es la acción de la humanidad sobre la materia (naturaleza) para apropiársela y transformarla en su beneficio mediante la obtención de un producto, el consumo (desigual) de parte de él y la acumulación del excedente para la inversión, según una variedad de metas determinadas por la sociedad. La experiencia es la acción de los sujetos humanos sobre sí mismos, determinada por la interacción de sus identidades biológicas y culturales y en relación con su entorno social y natural. Se construye en torno a la búsqueda infinita de la satisfacción de las necesidades y los deseos humanos. El poder es la relación entre los sujetos humanos que, basándose en la producción y la experiencia, impone el deseo de algunos sujetos sobre los otros mediante el uso potencial o real de la violencia, física o simbólica. Las instituciones de la sociedad se han erigido para reforzar las relaciones de poder existentes en cada periodo histórico, incluidos los controles, límites y contratos sociales logrados en las luchas por el poder.

La producción se organiza en relaciones de clase que definen el proceso mediante el cual algunos sujetos humanos, basándose en su posición en el proceso de producción, deciden el reparto y el uso del producto en lo referente al consumo y la inversión. La experiencia se estructura en torno a la relación de género/sexo, organizada en la historia en torno a la familia y caracterizada hasta el momento por el dominio de los hombres sobre las mujeres. Las relaciones familiares y la sexualidad estructuran la personalidad y formulan la interacción simbólica.

El poder se fundamenta en el Estado y su monopolio institucionalizado de la violencia, aunque lo que Foucault etiqueta como microfísica del poder, encarnada en instituciones y organizaciones, se difunde por toda la sociedad, de los lugares de trabajo a los hospitales, encerrando a los sujetos en una apretada estructura de deberes formales y agresiones informales.

La comunicación simbólica entre los humanos, y la relación entre éstos y la naturaleza, basándose en la producción (con su complemento, el consumo), la experiencia y el poder, cristaliza durante la historia en territorios específicos, con lo que genera culturas e identidades colectivas.

La producción es un proceso social complejo debido a que cada uno de sus elementos se diferencia internamente. Así pues, la humanidad como productor colectivo incluye tanto el trabajo como a los organizadores de la producción, y el trabajo está muy diferenciado y estratificado según el papel de cada trabajador en el proceso de producción. La materia incluye la naturaleza, la naturaleza modificada por los humanos, la naturaleza producida por los humanos y la naturaleza humana misma, forzándonos la evolución histórica a separarnos de la clásica distinción entre humanidad y naturaleza, ya que milenios de acción humana han incorporado el entorno natural a la sociedad y nos ha hecho, material y simbólicamente, una parte inseparable de él. La relación entre trabajo y materia en el proceso de trabajo supone el uso de los medios de producción para actuar sobre la materia basándose en la energía, el conocimiento y la información. La tecnología es la forma específica de tal relación.

El producto del proceso de producción lo utiliza la sociedad bajo dos formas: consumo y excedente. Las estructuras sociales interactúan con los procesos de producción mediante la determinación de las reglas para la apropiación, distribución y usos del excedente. Estas reglas constituyen modos de producción y estos modos definen las relaciones sociales de producción, determinando la existencia de clases sociales que se constituyen como tales mediante su práctica histórica. El principio estructural en virtud del cual el excedente es apropiado y controlado caracteriza un modo de producción. En esencia, en el siglo XX hemos vivido con dos modos predominantes de producción: capitalismo y estatismo.

En el capitalismo, la separación entre productores y sus medios de producción, la conversión del trabajo en un bien y la propiedad privada de los medios de producción como base del control del capital (excedente convertido en un bien) determinan el principio básico de la apropiación y distribución del excedente por los capitalistas, aunque quién es (son) la(s) clase(s) capitalista(s) es un tema de investigación social en cada contexto histórico y no una categoría abstracta. En el estatismo, el control del excedente es externo a la esfera económica: se encuentra en las manos de quienes ostentan el poder en el Estado, llamémosles apparatchiki o ling-dao. El capitalismo se orienta hacia la maximización del beneficio, es decir, hacia el aumento de la cantidad de excedente apropiado por el capital en virtud del control privado de los medios de producción y circulación. El estatismo se orienta (¿orientaba?) a la maximización del poder, es decir, hacia el aumento de la capacidad militar e ideológica del aparato político para imponer sus metas a un número mayor de sujetos y a niveles más profundos de su conciencia.

Las relaciones sociales de producción y, por tanto, el modo de producción, determinan la apropiación y usos del excedente. Una cuestión distinta pero fundamental es la cuantía de ese excedente, determinada por la productividad de un proceso de producción específico, esto es, por la relación del valor de cada unidad de producto (output) con el valor de cada unidad de insumo (input). Los grados de productividad dependen de la relación entre mano de obra y materia, como una función del empleo de los medios de producción por la aplicación de la energía y el conocimiento. Este proceso se caracteriza por las relaciones técnicas de producción y define los modos de desarrollo. Así pues, los modos de desarrollo son los dispositivos tecnológicos mediante los cuales el trabajo actúa sobre la materia para generar el producto, determinando en definitiva la cuantía y calidad del excedente.

Cada modo de desarrollo se define por el elemento que es fundamental para fomentar la productividad en el proceso de producción. Así, en el modo de desarrollo agrario, la fuente del aumento del excedente es el resultado del incremento cuantitativo de mano de obra y recursos naturales (sobre todo tierra) en el proceso de producción, así como de la dotación natural de esos recursos. En el modo de producción industrial, la principal fuente de productividad es la introducción de nuevas fuentes de energía y la capacidad de descentralizar su uso durante la producción y los procesos de circulación. En el nuevo modo de desarrollo informacional, la fuente de la productividad estriba en la tecnología de la generación del conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos.

Sin duda, el conocimiento y la información son elementos decisivos en todos los modos de desarrollo, ya que el proceso de producción siempre se basa sobre cierto grado de conocimiento y en el procesamiento de la información . Sin embargo, lo que es específico del modo de desarrollo informacional es la acción del conocimiento sobre sí mismo como principal fuente de productividad (véase el capítulo 2). El procesamiento de la información se centra en la superación de la tecnología de este procesamiento como fuente de productividad, en un círculo de interacción de las fuentes del conocimiento de la tecnología y la aplicación de ésta para mejorar la generación de conocimiento y el procesamiento de la información: por ello, denomino informacional a este nuevo modo de desarrollo, constituido por el surgimiento de un nuevo paradigma tecnológico basado en la tecnología de la información (véase capítulo 1).

Cada modo de desarrollo posee asimismo un principio de actuación estructuralmente determinado, a cuyo alrededor se organizan los procesos tecnológicos: el industrialismo se orienta hacia el crecimiento económico, esto es, hacia la maximización del producto; el informacionalismo se orienta hacia el desarrollo tecnológico, es decir, hacia la acumulación de conocimiento y hacia grados más elevados de complejidad en el procesamiento de la información. Si bien grados más elevados de conocimiento suelen dar como resultado grados más elevados de producto por unidad de insumo, la búsqueda de conocimiento e información es lo que caracteriza a la función de la producción tecnológica en el informacionalismo.

Aunque la tecnología y las relaciones de producción técnicas se organizan en paradigmas originados en las esferas dominantes de la sociedad (por ejemplo, el proceso de producción, el complejo industrial militar), se difunden por todo el conjunto de las relaciones y estructuras sociales y, de este modo, penetran en el poder y la experiencia, y los modifican . Así pues, los modos de desarrollo conforman todo el ámbito de la conducta social, incluida por supuesto la comunicación simbólica. Debido a que el informacionalismo se basa en la tecnología del conocimiento y la información, en el modo de desarrollo informacional existe una conexión especialmente estrecha entre cultura y fuerzas productivas, entre espíritu y materia. De ello se deduce que debemos esperar el surgimiento histórico de nuevas formas de interacción, control y cambio sociales.

Informacionalismo y perestroika capitalista

Pasando de las categorías teóricas al cambio histórico, lo que verdaderamente importa de los procesos y formas sociales que constituyen el cuerpo vivo de las sociedades es la interacción real de los modos de producción y los modos de desarrollo, establecidos y combatidos por los actores sociales de maneras impredecibles dentro de la estructura restrictiva de la historia pasada y las condiciones actuales de desarrollo tecnológico y económico. Así, el mundo y las sociedades habrían sido muy diferentes si Gorbachov hubiera logrado su propia perestroika, una meta política difícil, pero no fuera de su alcance. 0 si el Pacífico asiático no hubiera sido capaz de mezclar la forma tradicional de interconexión comercial de su organización económica con las herramientas proporcionadas por la tecnología de la información. No obstante, el factor histórico más decisivo para acelerar, canalizar y moldear el paradigma de la tecnología de la información e inducir sus formas sociales asociadas fue/es el proceso de reestructuración capitalista emprendido desde la década de 1980, así que resulta adecuado caracterizar al nuevo sistema tecnoeconómico de capitalismo informacional.

El modelo keynesiano de crecimiento capitalista que originó una prosperidad económica y una estabilidad social sin precedentes para la mayoría de las economías de mercado durante casi tres décadas desde la Segunda Guerra Mundial, alcanzó el techo de sus limitaciones inherentes a comienzos de la década de 1970 y sus crisis se manifestaron en forma de una inflación galopante . Cuando los aumentos del precio del petróleo de 1974 y 1979 amenazaron con situar la inflación en una espiral ascendente incontrolada, los gobiernos y las empresas iniciaron una reestructuración en un proceso pragmático de tanteo que aún se está gestando a mediados de la década de 1990, poniendo un esfuerzo más decisivo en la desregulación, la privatización y el desmantelamiento del contrato social entre el capital y la mano de obra, en el que se basaba la estabilidad del modelo de crecimiento previo.

En resumen, una serie de reformas, tanto en las instituciones como en la gestión de las empresas, encaminadas a conseguir cuatro metas principales: profundizar en la lógica capitalista de búsqueda de beneficios en las relaciones capital-trabajo; intensificar la productividad del trabajo y el capital; globalizar la producción, circulación y mercados, aprovechando la oportunidad de condiciones más ventajosas para obtener beneficios en todas partes; y conseguir el apoyo estatal para el aumento de la productividad y competitividad de las economías nacionales, a menudo en detrimento de la protección social y el interés público. La innovación tecnológica y el cambio organizativo, centrados en la flexibilidad y la adaptabilidad, fueron absolutamente cruciales para determinar la velocidad y la eficacia de la reestructuración. Cabe sostener que, sin la nueva tecnología de la información, el capitalismo global hubiera sido una realidad mucho más limitada, la gestión flexible se habría reducido a recortes de mano de obra y la nueva ronda de gastos en bienes de capital y nuevos productos para el consumidor no habría sido suficiente para compensar la reducción del gasto público. Así pues, el informacionalismo está ligado a la expansión y el rejuvenecimiento del capitalismo, al igual que el industrialismo estuvo vinculado a su constitución como modo de producción.

Sin duda, el proceso de reestructuración tuvo diferentes manifestaciones según las zonas y sociedades del mundo, como investigaremos brevemente en el capítulo 2: fue desviado de su lógica fundamental por el «keynesianismo militar» del gobierno de Reagan, creando en realidad aún más dificultades a la economía estadounidense al final de la euforia estimulada de forma artificial; se vio algo limitado en Europa occidental debido a la resistencia de la sociedad al desmantelamiento del Estado de bienestar y a la flexibilidad unilateral del mercado laboral, con el resultado del aumento del desempleo en la Unión Europea; fue absorbido en Japón sin cambios llamativos, haciendo hincapié en la productividad y la competitividad basadas en la tecnología y la colaboración, y no en el incremento de la explotación, hasta que las presiones internacionales le obligaron a llevar al exterior la producción y ampliar el papel del mercado laboral secundario desprotegido; y sumergió en una importante recesión, en la década de los ochenta, a las economías de África (excepto a Sudáfrica y Botswana) y de América Latina (con la excepción de Chile y Colombia), cuando la política del Fondo Monetario Internacional recortó el suministro de dinero y redujo salarios e importaciones para homogeneizar las condiciones de la acumulación del capitalismo global en todo el mundo.

La reestructuración se llevó a cabo en virtud de la derrota política de los sindicatos de trabajadores en los principales países capitalistas y de la aceptación de una disciplina económica común para los países comprendidos en la OCDE. Tal disciplina, aunque hecha respetar cuando era necesario por el Bundesbank, el Banco de la Reserva Federal estadounidense y el Fondo Monetario Internacional, se inscribía de hecho en la integración de los mercados financieros globales, que tuvo lugar a comienzos de la década de los ochenta utilizando las nuevas tecnologías de la información. En las condiciones de una integración financiera global, las políticas monetarias nacionales autónomas se volvieron literalmente inviables y, de este modo, se igualaron los parámetros económicos básicos de los procesos de reestructuración por todo el planeta.

Aunque la reestructuración del capitalismo y la difusión del informacionalismo fueron procesos inseparables, a escala global, las sociedades actuaron/reaccionaron de forma diferente ante ellos, según la especificidad de su historia, cultura e instituciones. Así pues, sería hasta cierto punto impropio referirse a una Sociedad Informacional, que implicaría la homogeneidad de formas sociales en todas partes bajo el nuevo sistema. Ésta es obviamente una proposición insostenible, tanto desde un punto de vista empírico como teórico. No obstante, podríamos hablar de una Sociedad Informacional en el mismo sentido que los sociólogos se han venido refiriendo a la existencia de una Sociedad Industrial, caracterizada por rasgos fundamentales comunes de sus sistemas sociotécnicos, por ejemplo, en la formulación de Raymond Aron .

Pero con dos precisiones importantes: por una parte, las sociedades informacionales, en su existencia actual, son capitalistas (a diferencia de las sociedades industriales, muchas de las cuales eran estatistas); por otra parte, debemos destacar su diversidad cultural e institucional. Así, la singularidad japonesa , o la diferencia española , no van a desaparecer en un proceso de indiferenciación cultural, marchando de nuevo hacia la modernización universal, esta vez medida por porcentajes de difusión informática. Tampoco se van a fundir China o Brasil en el crisol global del capitalismo informacional por continuar su camino de desarrollo actual de alta velocidad. Pero Japón, España, China, Brasil, así como los Estados Unidos, son, y lo serán mas en el futuro, sociedades informacionales, en el sentido de que los procesos centrales de generación del conocimiento, la productividad económica, el poder político/militar y los medios de comunicación ya han sido profundamente transformados por el paradigma informacional y están enlazados con redes globales de salud, poder y símbolos que funcionan según esa lógica.

De este modo, todas las sociedades están afectadas por el capitalismo y el informacionalismo, y muchas de ellas (sin duda todas las principales) ya son informacionales , aunque de tipos diferentes, en escenarios distintos y con expresiones culturales/institucionales específicas. Una teoría sobre la sociedad informacional, como algo diferente de una economía global/informacional, siempre tendrá que estar atenta tanto a la especificidad histórica/cultural como a las similitudes estructurales relacionadas con un paradigma tecnoeconómico en buena medida compartido. En cuanto al contenido real de esta estructura social común que podría considerarse la esencia de la nueva sociedad informacional, me temo que soy incapaz de resumirlo en un párrafo: en efecto, la estructura y los procesos que caracterizan a las sociedades informacionales son el tema de que trata este libro.

EL YO EN LA SOCIEDAD INFORMACIONAL

Las nuevas tecnologías de la información están integrando al mundo en redes globales de instrumentalidad. La comunicación a través del ordenador engendra un vasto despliegue de comunidades virtuales. No obstante, la tendencia social y política característica de la década de 1990 es la construcción de la acción social y la política en torno a identidades primarias, ya estén adscritas o arraigadas en la historia y la geografía o sean de reciente construcción en una búsqueda de significado y espiritualidad. Los primeros pasos históricos de las sociedades informacionales parecen caracterizarse por la preeminencia de la identidad como principio organizativo. Entiendo por identidad el proceso mediante el cual un actor social se reconoce a sí mismo y construye el significado en virtud sobre todo de un atributo o conjunto de atributos culturales determinados, con la exclusión de una referencia más amplia a otras estructuras sociales.

La afirmación de la identidad no significa necesariamente incapacidad para relacionarse con otras identidades (por ejemplo, las mujeres siguen relacionándose con los hombres) o abarcar toda la sociedad en esa identidad (por ejemplo, el fundamentalismo religioso aspira a convertir a todo el mundo). Pero las relaciones sociales se definen frente a los otros en virtud de aquellos atributos culturales que especifican la identidad. Por ejemplo, Yoshino, en su estudio sobre la nihonjiron (ideas de la singularidad japonesa), define significativamente el nacionalismo cultural como el objetivo de regenerar la comunidad nacional mediante la creación, la conservación o el fortalecimiento de la identidad cultural de un pueblo cuando se cree que va faltando o está amenazada. El nacionalismo cultural considera a la nación el producto de su historia y cultura únicas y una solidaridad colectiva dotada de atributos únicos .

Calhoun, si bien rechaza la novedad histórica del fenómeno, resalta asimismo el papel decisivo de la identidad para la definición de la política en la sociedad estadounidense contemporánea, sobre todo en el movimiento de las mujeres, en el gay y en el de los derechos civiles de los Estados Unidos, movimientos todos que «no sólo buscan diversas metas instrumentales, sino la afirmación de identidades excluidas como públicamente buenas y políticamente sobresalientes» . Alain Touraine va más lejos al sostener que, «en una sociedad postindustrial, en la que los servicios culturales han reemplazado los bienes materiales en el núcleo de la producción, la defensa del sujeto, en su personalidad y su cultura, contra la lógica de los aparatos y los mercados, es la que reemplaza la idea de la lucha de clases» . Luego el tema clave, como afirman Calderón y Laserna, en un mundo caracterizado por la globalización y fragmentación simultáneas, consiste en «cómo combinar las nuevas tecnologías y la memoria colectiva, la ciencia universal y las culturas comunitarias, la pasión y la razón» . Cómo, en efecto. Y por qué observamos la tendencia opuesta en todo el mundo, a saber, la distancia creciente entre globalización e identidad, entre la red y el yo.

Raymond Barglow, en su ensayo sobre este tema, desde una perspectiva sociopsicoanalítica, señala la paradoja de que aunque los sistemas de información y la interconexión aumentan los poderes humanos de organización e integración, de forma simultánea subvierten el tradicional concepto occidental de sujeto separado e independiente.

El paso histórico de las tecnologías mecánicas a las de la información ayuda a subvertir las nociones de soberanía y autosuficiencia que han proporcionado un anclaje ideológico a la identidad individual desde que los filósofos griegos elaboraron el concepto hace más de dos milenios. En pocas palabras, la tecnología está ayudando a desmantelar la misma visión del mundo que en el pasado alentó .

Después prosigue presentando una fascinante comparación entre los sueños clásicos recogidos en los escritos de Freud y los de sus propios pacientes en el entorno de alta tecnología de San Francisco en la década de los noventa: «La imagen de una cabeza… y detrás de ella hay suspendido un teclado de ordenador… ¡Yo soy esa cabeza programada!» . Este sentimiento de soledad absoluta es nuevo si se compara con la clásica representación freudiana: «los que sueñan [ …] expresan un sentimiento de soledad experimentada como existencial e ineludible, incorporada a la estructura del mundo [ … ] Totalmente aislado, el yo parece irrecuperablemente perdido para sí mismo» . De ahí, la búsqueda de una nueva capacidad de conectar en torno a una identidad compartida, reconstruida.

A pesar de su perspicacia, esta hipótesis sólo puede ser parte de la explicación. Por un lado, implicaría una crisis del yo limitada a la concepción individualista occidental, sacudida por una capacidad de conexión incontrolable. No obstante, la búsqueda de una nueva identidad y una nueva espiritualidad también está en marcha en el Oriente, pese al sentimiento de identidad colectiva más fuerte y la subordinación tradicional y cultural del individuo a la familia. La resonancia de Aum Shinrikyo en Japón en 1995-1996, sobre todo entre las generaciones jóvenes con educación superior, puede considerarse un síntoma de la crisis que padecen los modelos de identidad establecidos, emparejado con la desesperada necesidad de construir un nuevo yo colectivo, mezclando de forma significativa espiritualidad, tecnología avanzada (química, biología, láser), conexiones empresariales globales y la cultura de la fatalidad milenarista .

Por otro lado, también deben hallarse los elementos de un marco interpretativo más amplio que explique el poder ascendente de la identidad en relación con los macroprocesos de cambio institucional, ligados en buena medida con el surgimiento de un nuevo sistema global. Así, como Alain Touraine y Michel Wieviorka han sugerido, cabe relacionar las corrientes extendidas de racismo y xenofobia en Europa occidental con una crisis de identidad por convertirse en una abstracción (europeas), al mismo tiempo que las sociedades europeas, mientras veían difuminarse su identidad nacional, descubrieron dentro de ellas mismas la existencia duradera de minorías étnicas (hecho demográfico al menos desde la década de 1960). O, también, en Rusia y la ex Unión Soviética, el fuerte desarrollo del nacionalismo en el periodo postcomunista puede relacionarse, como sostendré más adelante (volumen III), con el vacío cultural creado por setenta años de imposición de una identidad ideológica excluyente, emparejado con el regreso a la identidad histórica primaria (rusa, georgiana) como la única fuente de significado tras el desmoronamiento del históricamente frágil sovetskii narod (pueblo soviético).

El surgimiento del fundamentalismo religioso parece asimismo estar ligado tanto a una tendencia global como a una crisis institucional . Sabemos por la historia que siempre hay en reserva ideas y creencias de todas clases esperando germinar en las circunstancias adecuadas. Resulta significativo que el fundamentalismo, ya sea islámico o cristiano, se haya extendido, y lo seguirá haciendo, por todo el mundo en el momento histórico en que las redes globales de riqueza y poder enlazan puntos nodales e individuos valiosos por todo el planeta, mientras que desconectan y excluyen grandes segmentos de sociedades y regiones, e incluso países enteros. ¿Por qué Argelia, una de las sociedades musulmanas más modernizadas, se volvió de repente hacia sus salvadores fundamentalistas, que se convirtieron en terroristas (al igual que sus predecesores anticolonialistas) cuando se les negó la victoria electoral en las elecciones democráticas? ¿Por qué las enseñanzas tradicionalistas de Juan Pablo II encuentran un eco indiscutible entre las masas empobrecidas del Tercer Mundo, de modo que el Vaticano puede permitirse prescindir de las protestas de una minoría de feministas de unos cuantos países avanzados, donde precisamente el progreso de los derechos sobre la reproducción contribuyen a menguar las almas por salvar?

Parece existir una lógica de excluir a los exclusores, de redefinir los criterios de valor y significado en un mundo donde disminuye el espacio para los analfabetos informáticos, para los grupos que no consumen y para los territorios infracomunicados. Cuando la Red desconecta al Yo, el Yo, individual o colectivo, construye su significado sin la referencia instrumental global: el proceso de desconexión se vuelve recíproco, tras la negación por parte de los excluidos de la lógica unilateral del dominio estructural y la exclusión social.

Éste es el terreno que debe explorarse, no sólo enunciarse. Las pocas ideas adelantadas aquí sobre la manifestación paradójica del yo en la sociedad informacional sólo pretenden trazar la trayectoria de mi investigación para información de los lectores, no sacar conclusiones de antemano.

UNAS PALABRAS SOBRE EL MÉTODO

Éste no es un libro sobre libros. Aunque se basa en datos de diversos tipos y en análisis y relatos de múltiples fuentes, no pretende exponer las teorías existentes sobre el postindustrialismo o la sociedad informacional. Se dispone de varias presentaciones completas y equilibradas de estas teorías , así como de diversas críticas 46, incluida la mía 47 . De forma similar, no contribuiré, excepto cuando sea necesario en virtud del argumento, a la industria creada en la década de los ochenta en torno a la teoría postmoderna 48, satisfecho por mi parte como estoy con la excelente crítica elaborada por David Harvey sobre las bases sociales e ideológicas de la «posmodernidad» , así como con la disección sociológica de las teorías posmodernas realizada por Scott Lash . Sin duda debo muchos pensamientos a muchos autores y en particular a los antepasados del informacionalismo, Alain Touraine y Daniel Bell, así como al único teórico marxista que intuyó los nuevos e importantes temas justo antes de su muerte en 1979, Nicos Poulantzas . Y reconozco debidamente los conceptos que tomo de otros cuando llega el caso de utilizarlos como herramientas en mis análisis específicos. No obstante, he intentado construir un discurso lo más autónomo y menos redundante posible, integrando materiales y observaciones de varias fuentes, sin someter al lector a la penosa visita de la jungla bibliográfica donde he vivido (afortunadamente, entre otras actividades) durante los pasados doce años.

En una vena similar, pese a utilizar una cantidad considerable de fuentes estadísticas y estudios empíricos, he intentado minimizar el procesamiento de datos para simplificar un libro ya excesivamente pesado. Por consiguiente, tiendo a utilizar fuentes de datos que encuentran un amplio y resignado consenso entre los científicos sociales (por ejemplo, OCDE, Naciones Unidas, Banco Mundial y estadísticas oficiales de los gobiernos, monografías de investigación autorizadas, fuentes académicas o empresariales generalmente fiables), excepto cuando tales fuentes parecen ser erróneas (por ejemplo, las estadísticas soviéticas sobre el PNB o el informe del Banco Mundial sobre las políticas de ajuste en África). Soy consciente de las limitaciones de prestar credibilidad a una información que puede no siempre ser precisa, pero el lector se dará cuenta de que se toman numerosas precauciones en este texto, así que por lo general se llega a conclusiones sopesando las tendencias convergentes de varias fuentes, según una metodología de triangulación que cuenta con una prestigiosa tradición de éxito entre los historiadores, policías y periodistas de investigación.

Además, los datos, observaciones y referencias presentados en este libro no pretenden realmente demostrar hipótesis, sino sugerirlas, mientras se constriñen las ideas en un corpus de observación, seleccionado, he de admitirlo, teniendo en mente las preguntas de mi investigación, pero de ningún modo organizado en torno a respuestas preconcebidas. La metodología seguida en este libro, cuyas implicaciones específicas se expondrán en cada capítulo, está al servicio del propósito de este empeño intelectual: proponer algunos elementos de una teoría transcultural y exploratoria sobre la economía y la sociedad en la era de la información, que hace referencia específica al surgimiento de una nueva estructura social. El amplio alcance de mi análisis lo requiere la misma amplitud de su objeto (el informacionalismo) en todos los dominios sociales y las expresiones culturales. Pero de ningún modo pretendo tratar la gama completa de temas y asuntos de las sociedades contemporáneas, ya que escribir enciclopedias no es mi oficio.

El libro se divide en tres partes que la editorial ha transformado sabiamente en tres volúmenes. Aunque están interrelacionados analíticamente, se han organizado para hacer su lectura independiente. La única excepción a esta regla es la conclusión general, que aparece en el volumen III pero que corresponde a todo el libro y presenta una interpretación sintética de sus datos e ideas.

La división en tres volúmenes, aunque hace al libro publicable y legible, suscita algunos problemas para comunicar mi teoría general. En efecto, algunos temas esenciales que trascienden a todos los tratados en este libro se presentan en el segundo volumen. Tal es el caso en particular del análisis de la condición de la mujer y el patriarcado y de las relaciones de poder y el Estado. Advierto al lector de que no comparto la opinión tradicional de una sociedad edificada por niveles superpuestos, cuyo sótano son la tecnología y la economía, el entresuelo es el poder, y la cultura, el ático. No obstante, en aras de la claridad, me veo forzado a una presentación sistemática y algo lineal de temas que, aunque están relacionados entre sí, no pueden integrar plenamente todos los elementos hasta que se hayan expuesto con cierta profundidad a lo largo del viaje intelectual al que se invita al lector en este libro.

El primer volumen, que tiene en las manos, trata sobre todo de la lógica de lo que denomino la red, mientras que el segundo (El poder de la identidad) analiza la formación del yo y la interacción de la red y el yo en la crisis de dos instituciones centrales de la sociedad: la familia patriarcal y el Estado nacional. El tercer volumen (Fin de milenio) intenta una interpretación de las transformaciones históricas actuales, como resultado de la dinámica de los procesos estudiados en los dos primeros volúmenes. Hasta el tercer volumen no se propondrá una integración general entre teoría y observación que vincule los análisis correspondientes a los distintos ámbitos, aunque cada volumen concluye con un esfuerzo de sintetizar los principales hallazgos e ideas presentados en él. Aunque el volumen III se ocupa de forma más directa de los procesos específicos del cambio histórico en diversos contextos, a lo largo de todo el libro he hecho cuanto he podido por cumplir dos metas: basar el análisis en la observación, sin reducir la teorización al comentario; diversificar culturalmente mis fuentes de observación y de ideas al máximo, utilizando la ayuda de colegas y colaboradores para abarcar las que están en lenguas que desconozco. Este planteamiento proviene de mi convicción de que hemos entrado en un mundo verdaderamente multicultural e interdependiente que sólo puede comprenderse y cambiarse desde una perspectiva plural que articule identidad cultural, interconexión global y política multidimensional.

Manuel Castells, La era de la información. Tomo I, Economía, Sociedad y Cultura, Edit. Siglo XXI

http://www.hipersociologia.org.ar

Marambio y Cuba: ¿por qué ese divorcio brutal?

leave a comment »

Revolución, divisas y corrupción

C. Ominami sobre Cuba y Max Marambio

Las aristas que persiguen a Max Marambio en Cuba

Confesiones de Norberto Fuentes

El autor de "Dulces Guerreros Cubanos" y ex escritor favorito de las máximas autoridades cubanas detalló en una columna para el diario español ABC que Fidel Castro salvó al empresario chileno de la cárcel en varias ocasiones. Además asegura que en La Habana, hay entre setenta y cien implicados en las investigaciones de los negocios del ex jefe político de la campaña de Marco Enríquez-Ominami.

por EL MOSTRADOR, 17 DE ABRIL DE 2010

El escritor y periodista Norberto Fuentes sostiene que cualquiera de las acusaciones que La Habana entabla contra el empresario y ex jefe político de la campaña de Marco Enríquez-Ominami, Max Marambio, prevalecen sobre lo que es su única defensa, que Fidel Castro es su segundo padre.

“El Guatón, como se le conoce en la izquierda iberoamericana. Tiene una suerte, sin embargo, y es su ciudadanía chilena y que él físicamente está en Santiago de Chile, a salvo por lo pronto de la Seguridad del Estado. Cuba, por su parte, le ha enviado señales tan conciliatorias como peligrosas. Que vaya a La Habana para aclarar las cosas. Pero no traga, y parece anclado en Santiago”, sostiene el escritor en una columna en el diario español ABC que lleva como título El Segundo Hijo.

Además, precisa que su hermano Marcel, cuyo nombre de guerra cubano es “Ramón”, hace algunas semanas abortó un viaje suyo a la isla, porque “la prudencia, sin embargo, está demostrando su sólido fundamento”.

El primer descalabro del ex jefe de la campaña de ME-O fue en 1981 en el denominado caso “Millonario”, una basta red de compraventa ilícita de coches que tuvo unos 300 arrestos

Agrega que se está a las puertas de lo que promete ser el más grande caso de corrupción de la historia de la Revolución Cubana y que hasta ahora se reportan centenares de arrestos.

Según Fuentes, el área actual de las operaciones investigativas compromete a todos los servicios de la aeronáutica civil cubana y sus ramificaciones comerciales, aunque “la historia comenzó por Guatón y sus múltiples empresas en la isla”.

Afirma que fue el propio Fidel que lo sacó del “hueco y de la prisión en Cuba” por lo menos unas tres veces. Añadiendo que Max Marambio fue educado en la isla gracias a los oficios de su verdadero padre, Joel Marambio, diputado socialista chileno que Castro decidió “echarse en el bolsillo”.

Agrega que la escuela de Marambio fue “nada más y nada menos que las míticas Tropas Especiales del Ministerio del Interior”.

Sin embargo, explica que el primer descalabro del ex jefe de la campaña de ME-O fue en 1981 en el denominado caso “Millonario”, una basta red de compraventa ilícita de coches que tuvo unos 300 arrestos.

El “Guatón” libró, según Fuentes, por Fidel y el castigo fue “supervisar el estado técnico de la flotilla de patrulleros Ladas y Volgas de la Seguridad del Estado. No duraría mucho con las manos llenas de grasa. Fidel le envió un millón de dólares a través de su ministro del Azúcar, Diocles Torralba, como préstamo por quince años y sin intereses, para que «levantara cabeza»”.

Fuentes menciona que el inventó de inicio fue el negocio de la crianza de ocas y de ahí saltó a algo más lucrativo, ING (International Network Group), dedicado a la publicación de libros y revistas, y a producir filmes, incluso con narraciones de Gabriel García Márquez.

“Una de las revistas, Sol y Son, se destinó para los vuelos internacionales de Cubana de Aviación. Fue el inicio de su expansión con la aerolínea y todos sus negocios paralelos: tour operadores, tiendas de duty free, tiendas de divisas y hoteles”, señala.

Su segundo tropiezo lo tuvo en 1989, cuando lo arrestan en el transcurso de la Causa Número Uno, acusado esta vez por el mismo Raúl Castro de estar involucrado en el narcotráfico.

“Cuando se dice arrestado, es que salió esposado de su oficina y metido a empujones en un patrullero. De nuevo la mano piadosa de Fidel acude en su ayuda, extrañamente piadosa con Guatón nada más, según se ve. Tercer expediente”, menciona.

En 1996, Raúl vuelve a abrirle fuego, por un lógico empeño por controlar los negocios cubanos en manos de un extranjero -que además no es un hombre suyo y al que no le concede ninguna confianza-, cuando Fidel lo llamó a contar y le dice (textual): «Coño, Raúl, ¿ustedes no me van a dejar ningún amigo?».

El escritor cubano sostiene que las circunstancias se mantendrán invariables hasta el 14 de diciembre de 2009, cuando el candidato de la derecha Sebastián Piñera se presenta como vencedor en las elecciones presidenciales.

“Marambio, que había llevado la campaña de Marco Enríquez-Ominami, hijo de un histórico asociado a Cuba, Miguel Enríquez, no supo de inmediato que Raúl había encontrado el momento exacto para, de una vez y por todas, acabar con él. La argumentación -un tanto lírica- de que Marambio atentó contra la producción de leche destinada a los niños comenzó a circular por La Habana apenas concluida la primera ronda de las elecciones chilenas”.

Asimismo, hacer referencia que este es el habitual modus operandi del sistema judicial cubano. “Investigación en secreto, luego los rumores, y más tarde, en secuencia, las destituciones, los arrestos y las sentencias; si acaso, en algún momento, una breve nota oficial en Granma”.

El cambio de dirección del nuevo presidente cubano no podía realizarse con esta “especie de ministro plenipotenciario, arrogante y habilidoso, dislocado en Santiago”

Afirma que con Marambio se está saliendo de la etapa de los rumores, ya que “Cuba había solicitado una moratoria de los inversionistas amigos (¿y quién más amigo que Guatón, o al menos el que debía mostrarse agradecido dada la fortuna amasada gracias a Fidel y sus bendiciones) cuando, en un viaje a La Habana, suelta la frase amenazante de que si no le pagaban la deuda él quería ver cómo iban a tomar leche los niños en Cuba. La deuda, según el chileno, de 23 millones de dólares. Según Cuba, ocho”.

“Las investigaciones sobre los negocios de Marambio se están filtrando, y él ha tratado de ocultarlas en el círculo de sus asociados y de la prensa mientras maniobra por llamar la atención de Fidel. Nada escapa al meticuloso escrutinio: esto quiere decir cada pulgada de los archivos y estados de cuenta de su emporio cubano: International Network Group, las plantas de Tropical Island (jugos enlatados) y de leche evaporada y las TRD Caribe (tiendas recaudadoras de divisas). Entonces los directores de las plantas de leche evaporada llaman a Guatón y le informan de que las reservas de materia prima se han agotado y de que tienen detenida la producción. «Paren las plantas», dice Max Marambio. «Paren las plantas»”, acota Fuentes.

Sin embargo, el problema que tiene ahora es que los arrestos en la isla oscilan entre los setenta y los cien implicados, vinculados específicamente a sus negocios, “y es muy difícil de convencer de que la desmesurada acción policíaca es la fórmula empleada por Cuba para cubrirle las deudas”.

Explica que lo curioso de este caso es que ambos bandos coinciden en un mismo objetivo, el de presentar el episodio como un asunto de otra índole, nunca político.

Norberto Fuentes agrega que “Guatón, que es una minucia de deuda que seguramente pronto será resuelta, y sobre todo que él no puede tener ningún problema con la isla porque -ya saben- Fidel es su segundo padre. Y Cuba, como es costumbre, a la larga dirá que se las tuvo que ver con un delincuente internacional”.

En una parte de la columna de Fuentes, éste señala que el cambio de dirección del nuevo presidente cubano no podía realizarse con esta “especie de ministro plenipotenciario, arrogante y habilidoso, dislocado en Santiago”.

“Quizá al final sea demostrativo de la puja entre Fidel y Raúl. Pero sin duda que es en realidad la primera definición del Gobierno de Raúl Castro respecto al nuevo rumbo de la política chilena. De hecho, identifica un nuevo rumbo de los cubanos. Hasta ahora La Habana calla, pero hace correr los rumores. La leche de los niños. La traición de Guatón. Es impensable que Guatón hubiese tenido algún problema con Cuba de haber sido diferentes los resultados electorales chilenos. Está por ver si Guatón regresa a Cuba a enfrentar los cargos. Pero sobre todo está por ver si a su segundo padre le queda tiempo para perdonarlo por cuarta vez”, menciona.

Max Marambio: el segundo hijo

NORBERTO FUENTES

Sábado , 17-04-10

Si cualquiera de las acusaciones que La Habana enarbola actualmente contra Max Marambio -que van desde corrupto hasta traidor- prevalece sobre su única defensa -que Fidel es su segundo padre-, podemos considerar como liquidada la carrera del chileno, El Guatón, como se le conoce en la izquierda iberoamericana. Tiene una suerte, sin embargo, y es su ciudadanía chilena y que él físicamente está en Santiago de Chile, a salvo por lo pronto de la Seguridad del Estado. Cuba, por su parte, le ha enviado señales tan conciliatorias como peligrosas. Que vaya a La Habana para aclarar las cosas. Pero no traga, y parece anclado en Santiago. Incluso su hermano Marcel (nombre de guerra cubano «Ramón») hace semanas que abortó en México un viaje suyo a La Habana. La prudencia, sin embargo, está demostrando su sólido fundamento. Estamos a las puertas de lo que promete ser el más grande caso de corrupción de la historia de la Revolución Cubana y en el cual ya se reportan centenares de arrestos. El área actual de las operaciones compromete a todos los servicios de la aeronáutica civil cubana y sus ramificaciones comerciales. Aunque la historia comenzó por Guatón y sus múltiples empresas en la isla.

Podemos entender de cualquier manera el agravio de los cubanos, el de Fidel para empezar. Él mismo lo sacó del hueco y de la prisión en Cuba por lo menos tres veces. Educado en la isla gracias a los oficios de su verdadero padre, Joel Marambio, un diputado socialista chileno que Fidel decidió echarse en el bolsillo, la escuela de Guatón fue nada más y nada menos que las míticas Tropas Especiales del Ministerio del Interior.

El primer descalabro es en 1981. El caso «Millonario», el enredo de una basta red de compraventa ilícita de coches, con cerca de 300 arrestos. Guatón libró, desde luego, por Fidel. El castigo fue supervisar el estado técnico de la flotilla de patrulleros Ladas y Volgas de la Seguridad del Estado. No duraría mucho con las manos llenas de grasa. Fidel le envió un millón de dólares a través de su ministro del Azúcar, Diocles Torralba, como préstamo por quince años y sin intereses, para que «levantara cabeza». Inventó de inicio el negocio de la crianza de ocas y de ahí saltó para algo mucho más lucrativo: ING (International Network Group), dedicado a la publicación de libros y revistas, y a producir filmes, incluso con narraciones de Gabriel García Márquez. Una de las revistas, Sol y Son, se destinó para los vuelos internacionales de Cubana de Aviación. Fue el inicio de su expansión con la aerolínea y todos sus negocios paralelos: tour operadores, tiendas de duty free, tiendas de divisas y hoteles.

Su próximo tropiezo con la Justicia es en 1989. Lo arrestan en el transcurso de la Causa Número Uno, acusado esta vez por el mismo Raúl Castro de estar involucrado en el narcotráfico. Cuando se dice arrestado, es que salió esposado de su oficina y metido a empujones en un patrullero. De nuevo la mano piadosa de Fidel acude en su ayuda, extrañamente piadosa con Guatón nada más, según se ve. Tercer expediente. 1996. Raúl vuelve a abrirle fuego, por un lógico empeño por controlar los negocios cubanos en manos de un extranjero -que además no es un hombre suyo y al que no le concede ninguna confianza-, cuando Fidel lo llamó a contar y le dice (textual): «Coño, Raúl, ¿ustedes no me van a dejar ningún amigo?»

Las circunstancias se mostrarán invariables hasta el 14 de diciembre pasado, cuando Sebastián Piñera, el candidato conservador a la presidencia de Chile, se presenta claramente como vencedor. Marambio, que había llevado la campaña de Marco Enríquez-Ominami, hijo de un histórico asociado a Cuba, Miguel Enríquez, no supo de inmediato que Raúl había encontrado el momento exacto para, de una vez y por todas, acabar con él. La argumentación -un tanto lírica- de que Marambio atentó contra la producción de leche destinada a los niños comenzó a circular por La Habana apenas concluida la primera ronda de las elecciones chilenas. Recuérdese que éste es el habitual modus operandi del sistema judicial cubano. Investigación en secreto, luego los rumores, y más tarde, en secuencia, las destituciones, los arrestos y las sentencias; si acaso, en algún momento, una breve nota oficial en Granma. Con Guatón, ya estamos saliendo de la etapa de los rumores. Cuba había solicitado una moratoria de los inversionistas amigos (¿y quién más amigo que Guatón, o al menos el que debía mostrarse agradecido dada la fortuna amasada gracias a Fidel y sus bendiciones) cuando, en un viaje a La Habana, suelta la frase amenazante de que si no le pagaban la deuda él quería ver cómo iban a tomar leche los niños en Cuba. La deuda, según el chileno, de 23 millones de dólares. Según Cuba, ocho.

Las investigaciones sobre los negocios de Marambio se están filtrando, y él ha tratado de ocultarlas en el círculo de sus asociados y de la prensa mientras maniobra por llamar la atención de Fidel. Nada escapa al meticuloso escrutinio: esto quiere decir cada pulgada de los archivos y estados de cuenta de su emporio cubano: International Network Group, las plantas de Tropical Island (jugos enlatados) y de leche evaporada y las TRD Caribe (tiendas recaudadoras de divisas). Entonces los directores de las plantas de leche evaporada llaman a Guatón y le informan de que las reservas de materia prima se han agotado y de que tienen detenida la producción. «Paren las plantas», dice Max Marambio. «Paren las plantas».

El problema que tiene ahora es que los arrestos en Cuba oscilan ya entre los setenta y los cien implicados, vinculados específicamente a sus negocios, y es muy difícil de convencer de que la desmesurada acción policíaca es la fórmula empleada por Cuba para cubrirle las deudas. Lo curioso a todas estas es que ambos bandos coinciden en un mismo objetivo: presentar el episodio como un asunto de otra índole, nunca político. Guatón, que es una minucia de deuda que seguramente pronto será resuelta, y sobre todo que él no puede tener ningún problema con la isla porque -ya saben- Fidel es su segundo padre. Y Cuba, como es costumbre, a la larga dirá que se las tuvo que ver con un delincuente internacional.

El cambio de dirección del nuevo presidente cubano no podía llevarse a cabo con esta especie de ministro plenipotenciario, arrogante y habilidoso, dislocado en Santiago. Quizá al final sea demostrativo de la puja entre Fidel y Raúl. Pero sin duda que es en realidad la primera definición del Gobierno de Raúl Castro respecto al nuevo rumbo de la política chilena. De hecho, identifica un nuevo rumbo de los cubanos. Hasta ahora La Habana calla, pero hace correr los rumores. La leche de los niños. La traición de Guatón. Es impensable que Guatón hubiese tenido algún problema con Cuba de haber sido diferentes los resultados electorales chilenos. Está por ver si Guatón regresa a Cuba a enfrentar los cargos. Pero sobre todo está por ver si a su segundo padre le queda tiempo para perdonarlo por cuarta vez.

http://www.abc.es/20100417/opinion-tercera/segundo-hijo-20100417.html

Revolución, divisas y corrupción

Max Marambio se entrenó en los ’60 para guerrillero en las montañas cubanas y emergió en los ’90 de allí como un millonario multinacional. Sus empresas en la isla hoy están al centro de una megainvestigación por corrupción en ese país, que ya tiene a dos de sus empleados muertos en extrañas circunstancias y a decenas de detenidos, entre ellos a cinco empleados de sus compañías.

Revolución, divisas y corrupción

La enigmática muerte del gerente general y otro empleado de Río Zaza, una de las principales empresas de Max Marambio en Cuba, ambas ocurridas esta semana en La Habana, encendieron los focos sobre una escena que desde hace un tiempo se venía desenvolviendo a medialuz entre las páginas de blogeros isleños disidentes y el boca a boca de chilenos con algunos contactos en la isla de Fidel.

Max Marambio (63), el ex fundador del MIR y de la guardia personal del Presidente Allende, entrenado para la guerrilla en las montañas cubanas y emergido también desde allí como multimillonario empresario trasnacional, se encuentra hoy al medio de una trama de suspenso e intriga que gira en torno a una red de corrupción que tiene como el antecedente más inmediato el Caso Nº 1, que en 1989 llevó al paredón al héroe de guerra Arnaldo Ochoa y al coronel de Tropas Especiales Tony de la Guardia, otrora hombres clave del régimen e integrantes del círculo más estrecho de Fidel Castro.

El chileno Roberto Baundrand había llegado a Cuba hace 2 años para desempeñarse como el máximo ejecutivo de la empresa procesadora de jugos y leche que manejaba el monopolio de esta actividad en la isla. Este martes fue encontrado muerto en su dormitorio, en el departamento que compartía con su esposa, Elena Cavagnola, en un exclusivo barrio residencial de La Habana. Tras especulaciones de suicidio o de posibles excesos en los interrogatorios a los que fue sometido por la policía cubana, finalmente el informe de autopsia estableció como causa directa de la muerte una insuficiencia respiratoria aguda. “Dicha afección respiratoria ha sido asociada con la presencia de fármacos en el contenido gástrico de su cuerpo, combinada con una concentración de alcohol etílico en sangre”, informó el gobierno cubano en un artículo publicado este viernes en el diario Granma.

La misma nota señala que “en la empresa mixta Alimentos Río Zaza están en curso una verificación fiscal, una auditoría y otras investigaciones de los órganos competentes, para esclarecer la presunta comisión de irregularidades y violaciones de las leyes vigentes en las que están implicados un grupo de directivos chilenos que abandonaron el país o no se presentaron al inicio del proceso”. Sin embargo, no precisa el nombre ni el número de integrantes de dicho grupo.

Del otro fallecido, el cubano Ramiro del Río, en tanto, hasta ahora sólo se sabe -a través de la prensa internacional- que habría muerto en una prisión cubana durante este mes y que era hijo de un alto ex funcionario del mismo nombre, que tuvo cargos partidistas en la localidad cubana de Pinar del Río y también fue secretario de la Asamblea Nacional y embajador de Cuba en la República Democrática de Alemania.

“Él estaba trabajando en las empresas de Marambio, en la zona de Santo Espíritu, donde Alimentos Río Zaza tenía una sucursal. Lo que tenemos confirmado es que él era un empleado de Marambio y que tenía un cargo directivo”, contó a LND el periodista Wilfredo Cancio Isla, encargado del tema en El Nuevo Herald de Miami. El profesional agrega que Del Río estaba preso en la isla desde diciembre pasado.

5 detenidos

Según confirmó a LND Eduardo Contreras, abogado de Marambio, 5 personas vinculadas a las empresas de su cliente han sido detenidas en el marco de las pesquisas que iniciaron hace ya varios meses. “Tras las investigaciones abiertas por la Contraloría General de Cuba a las empresas para saber las formas de pago que se están haciendo, se notificó a la Fiscalía General de Cuba, el ente penal, de las mismas. Así se busca saber si las empresas están o no incurriendo en delitos o los funcionarios del Estado están incurriendo en violaciones al Código de Ética. En ese marco, son detenidos tres funcionarios de Río Zaza y dos de Sol y Son”, contó.

Sol y Son es una empresa de turismo en cuya constitución también participó Marambio, además del mismo Contreras, y que hoy está en manos del hermano de Max, Marcel Marambio. Al igual que en Río Zaza, en esta empresa también es copropietario el Estado cubano, con un 50% de su patrimonio.

Respecto a la identidad de los detenidos, Contreras dice que se trata de la contadora de Río Zaza, Lucy Leal, además de un técnico que trabajaba en la planta de jugos y leche y un chofer de esa firma y otros dos empleados de Sol y Son, de los cuales no maneja sus nombres.

Contreras cuenta que los primeros antecedentes directos de este caso los conoció de boca del propio Baundrand, cuando viajó a la isla a mediados de febrero de este año, comisionado por Marambio para tratar de destrabar allí divisas de la empresa retenidas por las autoridades locales y renegociar pagos a proveedores ya bastante atrasados.

“Roberto me contó que estaban investigando a la empresa, no a él, y que él estaba citado como testigo, no como inculpado, y naturalmente yo lo vi muy preocupado. Estaba en un país que no era el suyo, lo llamaron a declarar sobre cosas de las que no necesariamente tenía conocimiento, porque Roberto fue gerente en los últimos dos años y esta empresa tiene como 15 años de existencia. No puede atestiguar sobre cosas que no conoció. Y eso lo tenía abrumado. Me consta, porque lo vi nervioso, lo vi tenso”, dijo en entrevista con este medio.

Contreras agregó que el ingeniero le refirió los detalles de dos interrogatorios que ocurrieron mientras él estaba en La Habana. “El primer interrogatorio fue intenso para Roberto. Lo sentí nervioso al salir de él. El segundo día lo vi más tranquilo. Nunca me dijo que quisiera salir de Cuba pese a que estaba siendo citado en calidad de testigo, para certificar hechos, y estaba con orden de arraigo”, refirió.

Contreras precisa que no conoce el expediente, pero sabe que comenzó hace ya varios meses. “El año pasado se publicó que el Estado cubano llevaría a cabo un proceso de investigación y revisión en Contraloría de todas las empresas extranjeras y de todas las empresas mixtas existentes en Cuba para detectar posibles irregularidades. En ese marco se está haciendo la auditoría de la Contraloría y la Fiscalía en esta empresa”, explica.

Respecto a la naturaleza de la investigación, dice que no lo sabe con certeza, pero tiene una opinión formada: “¿Hacia adónde apunta la investigación? -se pregunta, para luego responder- Claramente, a casos de corrupción de los funcionarios cubanos”.

Chilenos en la isla

Algo parecido refiere Ángel Domper, otro empresario chileno en la isla, radicado allí ya hace varios años y casado con Cecilia Guevara, una de las hijas del “Che”. Domper dice que para él y otros empresarios chilenos que operan en Cuba es muy importante destacar que la situación que afecta a las empresas de Marambio no involucra a ninguna otra firma relacionada con chilenos. “Es una situación que afecta exclusivamente a esa empresa, que obedece a un proceso de investigación judicial que se está llevando a cabo en Cuba que, como en cualquier otro país del mundo, puede afectar a cualquier empresa, y que no afecta ni al resto de las empresas chilenas ni a las relaciones comerciales con Chile, para nada, absolutamente para nada”, enfatiza.

En conversación telefónica con LND desde La Habana, Domper cuenta que lo que sabe del caso es lo que ha escuchado a sus pares y a algunos funcionarios, porque casi no hay información oficial. “Aquí en la prensa no se dice nada. En el mundo empresarial chileno sabemos que hay un proceso de la Contraloría General de la República y de la Fiscalía General de la República, y también, por los años que llevamos acá, sabemos que todos estos procesos no se inician de un día para otro. O sea, las autoridades cubanas normalmente recaban una cantidad de información importante durante mucho tiempo antes de que ésta salga a la luz. Por lo que entendemos nosotros, ésta tiene que ver con una investigación bastante compleja y bastante complicada, con muchas aristas de las cuales desconocemos los pormenores”. Desde su experiencia en la isla, el empresario que tiene la representación de Watt’s en Cuba cree que la investigación incluso “podría llevar años desarrollándose y no es una situación sencilla ni para las empresas de Marambio, ni para las personas que están sujetas a investigación”.

De esa misma falta de información habló con LND la bloguera disidente del régimen Yoani Sánchez. “La prensa cubana ha guardado silencio absoluto con todo lo que está ocurriendo. La única nota oficial que ha aparecido es la de ladestitución de Rogelio Acevedo, que no era ministro, pero funcionaba como tal en la aeronáutica civil. Ésa ha sido la única información dada en los medios oficiales. Todo lo demás está a nivel de rumor popular, de especulaciones, de frases que uno escucha aquí y escucha por el otro lado”, comenta.

El general Rogelio Acevedo fue durante 21 años el director del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), cargo que debió abandonar el 8 de marzo pasado, destituido por las autoridades. Desde ese organismo le correspondía la administración de Cubana de Aviación, empresa estatal que mantenía relaciones comerciales con la empresa turística de Marambio Sol y Son.

Prensa internacional

Al parecer, la investigación abarca varios rubros económicos y comerciales. El Nuevo Herald informó el 28 de marzo que el gobierno cubano había suspendido las licencias de 14 firmas extranjeras por presuntas actividades ilícitas. “Según fuentes del Ministerio de Comercio Exterior (Mincex) y la Cámara de Comercio de Cuba consultadas por El Nuevo Herald, la cancelación de las licencias fue notificada a los representantes comerciales extranjeros entre el 17 y 18 de marzo, luego de una investigación interna que arrojó irregularidades en los nexos establecidos con la compañía Tecnotex y la cadena de tiendas TRD Caribe, ambas administradas por Gaesa”, conignó la nota periodística.

Gaesa es la sigla del Grupo de Administración Empresarial S.A., dependiente del Ejército cubano, que desde febrero pasado es presidido por el mayor Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, yerno del gobernante Raúl Castro.

“Hubo un ‘explote’ (escándalo) en Tecnotex por relaciones turbias con empresarios extranjeros’’, dijo a ese periódico un empleado del Mincex, que pidió el anonimato. Entre las firmas investigadas, según El Nuevo Herlad, había algunas con capitales italianos y españoles.

Tecnotex es la principal compañía de importación y exportación del sistema empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y tiene oficinas en China, donde concentra sus operaciones de adquisición de piezas de repuesto y accesorios de automóviles, materiales de construcción, equipos electrodomésticos y computadoras.

Siempre según ese diario, también se estarían investigando irregularidades en TRD Caribe, una cadena que opera más de 400 establecimientos de ventas en divisas a lo largo de la isla, con ingresos anuales que superan los 100 millones de dólares, dirigida por el militar retirado Alexis Mejías Zamarrón, quien también habría caído en desgracia con el régimen cubano en las últimas semanas.

Entre los detenidos por el caso, El Nuevo Herlad incluye a Ofelia Liptak, gerenta comercial de Río Zaza. Detención que Eduardo Contreras desmiente. “Yo la vi personalmente cuando estuve en marzo y sé que hoy día y todos estos días ha estado allí”, afirma, refiriéndose a las oficinas de la compañía en La Habana, porque la planta, ubicada fuera de la capital, está cerrada desde principios de año.

Zaza y Acevedo

Ofelia es la esposa del destituido general Rogelio Acevedo, quien además del cargo en el IACC ocupaba un puesto en el Consejo de Ministros. Acevedo también es un viejo conocido de Marambio.

“La relación entre Marambio y Acevedo data desde hace muchos años y es de mucha amistad”, refiere Ángel Domper, quien añade que el ex director de Aeronáutica “es una persona que tiene un historial de lucha revolucionaria, por decirlo así. Es una persona que participó en la columna guerrillera que dirigía Ernesto ‘Che’ Guevara y siempre fue una persona de altos cargos, muy importantes dentro de Cuba”.

Acevedo fue, en la segunda mitad de los ‘70, el jefe militar de la misión militar cubana en Angola, en donde Marambio también participó en su calidad de integrante de las Tropas Especiales, grupo de elite de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, dependiente directamente del Ministerio del Interior cubano.

A Tropas Especiales pertenecían también los hermanos De la Guardia, Patricio y Tony, procesados por traición a la revolución en 1989, acusados de oscuros negocios ilegales junto a otro héroe de la revolución, el general Arnaldo Ochoa. En dicha ocasión, Ochoa y Tony fueron condenados al paredón y Patricio recibió una pena de 30 años de cárcel.

A mediados de 1977, Marambio trabajó con Tony en la constitución de Cimex, empresa estatal que comenzó sus operaciones en la isla en 1978. El chileno dirigía Havanatour, agencia de viajes que se especializó en traer a cubanos de Miami a la isla, y el cubano se hizo cargo del Departamento Z, cuya misión era proveer de divisas a la isla. Ambas estructuras dependían de Cimex.

La hija de Tony de la Guardia, Ileana, es una testigo privilegiada de la relación entre su padre y Marambio. “Ellos se conocían desde la época de Salvador Allende. Cuando se produjo el golpe de Estado y cuando Marambio llegó a Cuba, estaba bastante cerca de ellos. Patricio y Tony lo ayudaron mucho en lo que eran las relaciones con la jerarquía cubana, también lo ayudaron bastante en relación a la residencia de él allá y creo que también con su ingreso a Tropas Especiales, que eran dirigidas por Tony y Patricio en la época y que eran las tropas de elite de Fidel Castro”, contó a LND desde Francia, donde actualmente reside.

Agrega que entre 1982 y 1984, su padre y su tío comenzaron a tener problemas con Marambio. “Yo nunca supe los detalles, me imagino que había mucha compartimentación y no lo iban a hablar delante de los hijos, yo era muy joven, tenía 20 años. Pero sí sé que ellos decían que él era un engañador, un poco mentiroso, que no era fiel, que no se le podía tener confianza, que podía decir una cosa y hacer otra por detrás, que ellos lo habían ayudado y él los había traicionado. También lo creían muy ambicioso. Marambio empezó a representar los negocios de Fidel Castro y, desde que empezaron a ver cómo se comportaba, dijeron cuidado. Pero allá no les hicieron ningún caso en esa época”, recuerda.

El esposo de Ileana, el argentino Jorge Masetti, ex guerrilero latinoamericanista y fundador de la agencia cubana Prensa Latina, también tuvo ocasión de conocer a Marambio en sus años verde olivo. “Es un oficial de Tropas Especiales, con grado de mayor, no sé si lo ascendieron después, y eso le permitía una llegada en Cuba que no tenía ningún otro. La manera en que se movió siempre en Cuba fue muy oportunista”, comenta para este medio.

Hombre de confianza

Los Masetti De la Guardia no son los únicos que conocen esos episodios de la vida del empresario chileno.“Marambio ha tenido contactos de altísimo nivel en Cuba desde siempre, en la medida en que él tiene la doble nacionalidad, chilena y cubana. Él llegó muy joven a Cuba y se formó allá. Cuba es donde ha desarrollado todas sus cualidades, tanto de militante político como de hombre de negocios, dos cosas que siempre se han mezclado en el entorno más cercano de Fidel Castro”, cuenta la antropóloga Elizabeth Burgos, ex esposa de Regis Debray y también ex luchadora de la causa latinoamericana, quien conoce a Marambio desde su adolescencia.

Burgos agrega que “hay que reconocerle que es un hombre con muchas habilidades, con una inteligencia extraordinaria para los negocios y un hombre de acción, que es el requisito principal para ascender en el régimen cubano. Esto es, tener osadía, ser pragmático, saber moverse en diferentes medios”.

De los atributos de Marambio también habló con LND la hija del comandante Fidel Castro, Alina Fernández, radicada en Miami, quien reconoce al chileno “un trabajo incondicional al servicio de los objetivos políticos”que encarnaba su padre. Fernández agrega que “siempre se han hecho en Cuba negocios al margen de lo que es el estamento oficial y siempre el objetivo, entre comillas, es burlar el embargo. Y Max Marambio siguió siendo un hombre de confianza, aparentemente, hasta hace muy poco, entre muchos hombres de confianza que se ha descubierto que también han empezado a meter las manos para su propio bolsillo”.

El ex oficial de la inteligencia cubana Roberto Hernández del Llano, pasado a la disidencia el 2003 y fuera de Cuba desde el 2007, sostiene que el nexo privilegiado entre Marambio y Fidel fue la madre de la esposa cubana del empresario chileno, Lupe María Núñez Velis. “La señora falleció hace poco y se llama Lupe Velis, esposa del capitán Antonio Núñez Jiménez (también fallecido y hay una fundación a su nombre que dirigió la esposa). Lupe Velis era amante de Fidel Castro de toda la vida, cuando era más joven”, contó en entrevista con LND.

Hernández también tiene una tesis sobre lo que está pasando en Cuba: “Raúl Castro le está pasando cuentas, facturas, a todo el que hizo negocios con Fidel, y está demostrando que a él hay que pagarle aparte”. Y sugiere una fórmula para saber si Marambio está o no involucrado en estos hechos. “Si dice que es tan amigo de Cuba, que vaya a Cuba a ver qué está pasando, si no va es porque está vinculado”, dice, para luego asegurar que “él no va a ir, porque él, mejor que nadie, conoce a los hermanos Castro”. //LND

Cuba a los ojos de la bloguera Yoani Sánchez

Yoani Sánchez también conversó con LND sobre la situación política y económica en la isla y contó que se define en una palabra: fragilidad. “La fragilidad se expresa en la crisis económica de la que no acabamos de salir, sino que todo lo contrario, parece que se profundiza a cada semana; también en un desgaste del discurso político que ya no logra generar las ilusiones de antaño y, por otro lado, una serie de brotes de inconformidad en la población que no solamente se reducen a lo que puedan expresar los partidos de oposición o grupos disidentes, sino que ya se extienden a todas las personas. Ya no se critica solamente la calidad del pan o los huecos en las calles o el tiempo que demora el omnibús en llegar, sino que se está pasando a críticas sistémicas en voz alta, lo cual es un indicador interesante de la fragilidad del sistema. Muchos productos en apenas un año han visto aumentar su costo en un 30% o un 50%, lo cual hace que las familias pierdan mucho poder adquisitivo, la calidad alimentaria, la calidad de la vida disminuye. Eso aumenta la falta de expectativas de los más jóvenes y aumenta por tanto la emigración.

-¿Cómo se expresan esa críticas?

-La inconformidad general ya ha pasado de guardarse en el interior a expresarse en la calle, todavía con mucho miedo. Pero yo noto que hay como un ciclo de silencio que se ha terminado y las personas empiezan a hablar en voz alta de lo que no les gusta.

-¿Hay también manifestaciones públicas?

-La gente se atreve a conversar en una cola, a decir frases que eran impensables hace un año, pero de ahí a manifestaciones públicas, hay un largo trecho porque sencillamente todavía el temor es muy grande. La proporción de policía política por cada ciudadano es enorme y, bueno, todo el mundo sabe a qué se enfrenta: a la estigmatización social, al silenciamiento y a la cárcel. De todas formas, lo que ha ocurrido en las últimas semanas con las damas de blanco, las huelgas de hambre, la muerte de Orlando Zapata Tamayo, también son indicadores de que la presión social está en un punto altísimo.

Por Equipo LND, LA NACION.CL

Ominami sobre Cuba y Max Marambio

 

Un pasaje de la entrevista a Carlos Ominami publicada esta semana en la edición de papel de The Clinic. En ella Ominami califica a Cuba como una dictadura; afirma que Max Marambio “no es un corrupto”; e inscribe la investigación de su empresa Río Zaza por parte las autoridades cubanas, dentro de la pugna interna entre la línea política de las Fuerzas Armas Revolucionarias, comandadas desde hace décadas por el actual mandatario Raúl Castro, y el Ministerio del Interior, antiguo reducto del fidelismo.
______
POR PATRICIO FERNÁNDEZ Y PABLO VERGARA

¿Consideras que Cuba es una dictadura o no?
Considero que Cuba es una dictadura. Pero no me van a ver nunca juntarme para hacer mi alegato sobre Cuba y su falta de democracia y su falta de libertad y su régimen de partido único con los Walker y los enemigos de la revolución cubana desde siempre.

Acá se juntaron enemigos históricos para ir a luchar con Pinochet.
Claro, pero teníamos algo en común que no se da. Leí la entrevista que le hicieron a la Presidenta Bachelet, que habló de la salud, de la educación. Bien, está. Pero creo que hay una cuestión en Cuba mucho más importante: la revolución cubana como intento de construir el comunismo en un país, no vale nada. Esto se lo dije a Piñeiro antes que muriera, se lo dije a Ricardo Alarcón, se lo he dicho a Lage, se lo he dicho a Felipe Pérez, a todos. Pero la revolución cubana tiene un gran mérito: que ha logrado construir un país allí donde había una burguesía que le hubiera gustado que Cuba fuera como Puerto Rico, un estado libre asociado.

¿Te resulta clarísimo que el resultado es mejor que Puerto Rico?
Nadie le puede criticar a la dirección política de la revolución el hecho que lograran armar un país. Si uno cree que la nación tiene un cierto valor, no puede negarle ese mérito.

Se cambió una burguesía por una casa reinante.
No es lo mismo.

Una casa reinante que hereda, incluso, el gobierno.
Creo que es un recurso simple que no da cuenta de todas las complejidades del proceso cubano. En Cuba hay un tremendo debate. Es cierto, las monarquías también se dividían entre los hijos.

Tu amigo Felipe Pérez y tu amigo Lage fueron sacados del camino en vez de ponerlos en algo.
De una manera que todavía me sigue doliendo.

Y ahora, tu amigo Marambio también. ¿Qué está sucediendo ahí?
Creo que es parte de lo mismo. Cuando estuvimos en Cuba el año pasado, nos tocó vivir los últimos días de un subsistema donde Fidel tenía posibilidad de un control todavía relativamente mayor que el que tiene hoy sobre los acontecimientos. Vivimos un período en que esto se empezaba a anunciar. No es casualidad que alguien que había tenido una vinculación muy estrecha con Chile, un personaje de primera línea como Carlos Lage, no apareciera en ningún acto público. Fuimos de las últimas personas que vimos a Felipe Pérez en su condición de canciller, porque a los pocos días fue defenestrado. Eso tiene que ver con que el subsistema Fidel Castro ha ido crecientemente perdiendo peso.

¿Y por qué están cagándose a Marambio?
Porque lo que era parte de este subsistema e incluso se valoraba, hoy se ha transformado en algo criticable.

¿Es una purga?
Pongo un ejemplo. Creo que lo de Max finalmente se inscribe en el mismo proceso que tuvo como últimas víctimas a Carlos Lage, a Felipe Pérez Roque y Gustavo Ramírez y Acevedo, que no es más ni menos de los últimos combatientes vivos que estuvo con el Che en la Sierra Maestra. Y no tengo la más mínima duda de que esas personas no son personas corruptas. Como no tengo la más mínima duda de que Max tampoco es corrupto. Lo que aquí ocurrió es que un cierto sistema que se puso en práctica para los efectos de darle una mínima eficiencia a la producción en Cuba, un país que por Dios lo necesita, y se generaron ciertos incentivos que en ese momento eran perfectamente comprensibles y que hoy aparecen como transgresiones a la legalidad cubana formal.

¿Esto por razones económicas o políticas?
Creo que hay razones políticas, que hay un ajuste de cuentas. Fidel y Raúl no se van a pelear nunca porque saben que en el minuto que lo hacen, la revolución cubana se desploma. Pero han dado lugar a subsistemas de poder que sí lo hacen. Y lo más claro es la línea de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FAR, y la línea del Ministerio del Interior. En Cuba ambos liderazgos tienen tropas y son tropas que tienen rivalidades. Las Tropas Especiales del Minint tienen rivalidades con las FAR y finalmente lo que estás viviendo es la historia de ese conflicto.

¿Y esto cómo termina?
No sé. No hay opción política de recambio en Cuba y eso es lo que hace muy difícil pensar en un cambio. Si hubiera un desplome de la revolución, nadie sabe lo que pasa internamente. Cuando surgió el reemplazo de Raúl, uno decía lo que viene es un proceso de apertura controlada en torno a una institución sólida como son las FAR y tengo la sensación que Raúl ha tenido un gobierno mucho más inmóvil, con menos capacidad de reforma que la que él mismo anunció. Eso está llevando a Cuba a una situación extremadamente difícil, porque él es el único que puede hacer cambios porque es el único que tiene una estructura, empresas, disciplina, legitimidad.

Dices que no te sentarías con los enemigos de la revolución.
Es que no me confundo, creo que también hay algunos que utilizan los derechos humanos como pretexto para ajustar las cuentas de siempre con la revolución.

THE CLINIC.CL

Written by Eduardo Aquevedo

18 abril, 2010 at 6:52

Putas cuentas: mercado y nuevas formas de prostitución en Chile…

leave a comment »


Sexo por pago de servicios básicos

Regalan su cuerpo y a cambio reciben dinero para la universidad, la luz y el gas. Son estudiantes que “se ofrecen” a cambio de inéditas retribuciones. Según el testimonio de los jóvenes, este contrato sexual cuesta mucho más de lo que parece.

"Profesional, buen nivel social y económico, ofrece ayuda económica a cambio de sexo. Las prefiero de cuerpo normal o delgadas. Abstenerse trabajadoras sexuales. Valor de la ayuda a conversar. Interesadas, por favor, contactarse".

"Soy joven de 24 años, ardiente y complaciente, sólo por una pequeña ayuda económica o de acuerdo a la satisfacción del hombre. No me interesa el estado civil. Disfrutaremos mucho".

Estos son avisos reales. Aparecen en internet escritos por anónimos oferentes jóvenes y adultos que no revelan su edad. Ofrecen sexo sin límites por el pago de alguna cuenta. Quienes ven en esta práctica una forma de vivir dicen que después de la primera vez ya no se puede volver atrás.

Marisa tiene 45 años, el pelo rubio ondulado y curvas prominentes. Recuerda que a los 14 años, cuando vivía en Talca, no había hombre que no se diera vuelta a mirarla. Sus vecinos la llamaban "la Miss Chile", pero su belleza fue a la vez su maldición. A los 15 aprendió a fingir en el amor y se casó con un profesor de 27 años para arrancar de las peleas con su madre. Ese mismo año tuvo a su hija, diez meses antes de terminar su matrimonio. Sola, y nada más que con el cuarto medio bajo el brazo, intentó probar suerte en Santiago. "Acá encontré un trabajo de secretaria en una notaría; mi jefe tenía 53 años, me trataba como un padre y con el tiempo le empecé a gustar, comenzó a conquistarme con cosas materiales y plata", recuerda Marisa. Esa fue la primera de varias oportunidades en que vendió su cuerpo por dinero. Después de ese encuentro vino un reloj de oro, plata para los pañales de su hija y para comprarse los pasajes a Talca cada vez que quisiera visitar a su familia. Así pasaron un par de años, hasta que la amistad y el dinero se acabaron. Ya había palpado el mundo del intercambio de sexo por ayuda económica.

Ella recuerda que cuando quedó cesante fueron esos "amigos sexuales" quienes le regalaban hasta un millón de pesos para pagar la cuenta de la luz, la comida y los cheques sin fondo que le quitaban el sueño. Hoy intenta una reflexión acerca de lo que vivió: "Los tipos creen que una se acuesta con ellos por amor y a veces eso es algo insoportable, debes pagar y tener sexo con esos ‘amigos’, a quienes les pides todo ‘prestado’, bien sumisa para que no se sientan tan utilizados", recuerda Marisa. Además, asegura que con el tiempo se acostumbró a los viajes, el gimnasio y la manicure francesa. Sabe que ya no retrocederá, menos ahora que "tiene" un norteamericano de 60 años que le paga las cuentas "El otro día me ofrecieron un puesto en un AFP, pero no lo acepté, no me alcanzaría la plata para el nivel de vida que tengo", asegura.

El estudio de prostitución juvenil urbana, realizado por el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) en el año 2000, califica este hecho como "prostitución invisible". Allí define este tipo de comercio sexual como una relación que tiene como principal característica que quienes la realizan no lo reconocen así, encubriéndola con otras acciones como salir juntos, participar en una cena de amigos, o una "relación".

En el informe, además, se señala que este tipo de prostitución puede estar presente en todos los estratos socioeconómicos, y que esta "ayuda económica" incorpora fundamentalmente el pago de cuentas o el pago de la universidad en el caso de niñas jóvenes. El mismo documento acusa que en sectores menos acomodados también son comunes las ayudas y regalos de hombres mayores y casados.

ALERTA EN LA RED

Andrés Góngora, subcomisario de Investigaciones, señala que los avisos de internet pueden tratarse de una forma de promoción del comercio sexual, aunque quien firma el mensaje sea mayor de edad. "En uno de los avisos se indica a colegialas que podría corresponder a personas menores", asegura. Para el subcomisario, el tenor del aviso de "ayuda económica a cambio de sexo" da la idea que éste va dirigido de manera encubierta a una persona menor de edad, puesto que la colaboración económica de esta naturaleza se le ofrece a personas menores y no así a una mujer trabajadora. Según el subcomisario, en el artículo 367 del Código Penal se sanciona a quien promueva o facilite la prostitución de menores de edad para satisfacer los deseos de otro. La pena puede ir de los tres años y un día a los cinco años, o bien de los cinco años y un día a los veinte años. Góngora agrega que si se llega a contactar a una persona mayor de 14 años y menor de 18 puede configurarse el delito de estupro porque se están aprovechando de una situación de vulnerabilidad del menor.

Yedra García, abogada española que realizó estudios sobre los tipos de prostitución femenina y trata de blancas en Chile, señala que la existencia de la prostitución tiene su origen en un sinnúmero de factores, entre ellos la cultura sexista de los países. García es enfática al explicar que todo tipo de comercio sexual existe porque para las mujeres el acceso al trabajo es mucho más limitado que para los hombres y, en ese sentido, las mujeres aún cuentan con menos formación académica. Yedra quien además quedó sorprendida del "fenómeno café con piernas" en Chile señala que lo primero que hay que evitar frente a cualquier tipo de prostitución es la estigmatización. Para ella, detrás de este tipo de prácticas, siempre hay una familia monoparental, una mujer sola con hijos y mucha necesidad económica "La mujer que tiene que mantener a sus hijos es vulnerable a este tipo de prostitución; vender el cuerpo de la forma que sea no es una elección", asegura.

Cristián estudia diseño y es garzón. Tiene 27 años y recuerda que el año pasado conoció a un hombre mayor en el restaurante donde trabaja. "Era un gringo de 45 años que trabajaba en Chile en el negocio del outsourcing". Él fue su salvación económica. Primero se pasearon por bares de Bellavista, y cuando el maduro galán quiso intimar con él, Cristián aceptó, pero con una condición: el pago del arriendo del departamento. "Sí, es una relación por interés, pero si los tipos te pasaran la plata directamente, de verdad serías puto; es mejor que te paguen de cuentas", asegura Cristián, y agrega que la práctica es más frecuente de lo que parece. "Entre los jóvenes gays es común salir con tipos más viejos para que te paguen las cuentas, es una relación entre comillas, los chicos viajan, les sacan hasta el último peso y terminan cuando están estables económicamente", asegura el joven.

EL CICLÓN MILLONARIO

Mientras habla para la entrevista, Carla, de 28 años y un cuerpo a punta de gimnasio, se prepara para la rinoplastia. Faltan 12 horas para la operación. En su bolso guarda la ropa interior y su perfume que llevará a la clínica. Vivía en Antofagasta y allá dejó a su único amor: su hija de siete años. Allá en el norte, sus padres cuidan a su niña y ella manda el dinero para que la eduquen. A pesar de su edad y de su apariencia madura, con su buzo blanco, pantuflas de Hello Kitty y el pelo recogido, parece una niña. Ella cree que su aire infantil es un plus a la hora de enfrentarse a hombres mayores, que ven en esto un encanto, incluso desde su adolescencia, cuando ya cazaba hombres con dinero. Esos "amigos especiales" le compraron perfumes, ropa y joyas a su antojo. En ese momento se dio cuenta que el sexo era su gallina de los huevos de oro.

Hoy sigue especializándose en danza en una academia de Providencia, y dice que aunque viene de una familia de clase media, ella siempre quiso más. Asegura que para "sacar plata" hay que tener un cierto nivel cultural. Ella habla inglés. "Esto no es para ‘rotas’, a lo hombres les gusta lucirte y hay que tener experiencia. Así fui desde niña con mis pololos y cuando cumplí los veinte ‘reventaba’ a los tipos que andaban conmigo", recuerda con una sonrisa maliciosa.

Hoy, los cinco "amigos" que ostenta tienen entre 30 y 45 años, y no pasa de esa edad porque dice que "entre más viejos, más mañosos". Asegura que aceptar los regalos, ropa y dinero para pagar sus cuentas, no la hace oficialmente una prostituta. Cuando sale a comer con ellos a los restaurantes de Borde Río, se pone nerviosa con los arrumacos y los besos largos, porque en un restaurante lleno de gente prefiere que piensen que esos señores maduros con los que va a comer son sus "tíos" o su papá. "¿Quién dijo que era plata fácil?, porque para sacarles cada peso hay que engañarlos y manipularlos como una profesional. He ‘matado’ y he llorado por mi abuelita diez veces para que me den plata. Y la verdad es que los hombres pueden ser bien huevones", asegura Carla. Recuerda que la suma de dinero más alta que cayó en sus sábanas fue un millón de pesos en efectivo. En esa ocasión su "amigo" le dijo que jugaran al "ciclón millonario": él lanzó los billetes al aire y ella atrapó con los brazos todos los billetes de 20 que pudo.

Carla cambia el tema y confiesa que esa felicidad se acaba de golpe con los gritos, los tironeos y las humillantes peticiones sexuales. Sus "amigos", tarde o temprano, se ponen posesivos y maltratadores con ella, y eso nadie lo sabe. Todos se creen su dueño. "Es difícil, tienes que tener sexo con un tipo que no te gusta, que siempre te saca en cara un ‘no se te olvide que yo soy el que pago’, una tiene que quedarse calladita y eso te va dañando sicológicamente. En un restaurante, a veces tienes que pedirles permiso hasta para ir al baño y te contestan con un ‘no, siéntate, ya fuiste muchas veces’, o te meten la mano en público. Esto no es amor, son sólo tipos a los que exprimes y luego dejas", asegura Carla. "Así es la vida", continúa, para convencerse a sí misma que no hay otra forma de tener lo que tiene: un departamento en Providencia, su celular rosado, busto de silicona y una liposucción. Vuelve a la risa para contar su última adquisición: un par de anteojos Armani que le sacó a su "amigo" de 45 años. "Con un puchero le dije que necesitaba unos lentes grandes, grandes, para taparme las ojeras que me quedarían después de la operación. Cuando quiero algo pongo cara de pena, lloro, me seco las lágrimas y les pregunto: ‘¿Pero la plata me la va a pasar ahora?’".

LA NACION.CL

Written by Eduardo Aquevedo

16 abril, 2010 at 4:08

Un terremoto de 7,1 grados sacude el noroeste de China

leave a comment »

Redacción, BBC Mundo

Imagen tomada con un celular del terremoto en la prefactura china 
de Yushu

Al menos 300 personas habrían muerto y unas 8.000 habrían resultado heridas tras un terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter ocurrido en la provincia occidental china de Qinghai, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.

Las autoridades aseguraron que puede haber bastantes víctimas bajo los escombros de los edificios que se han derrumbado.

Según explicó el corresponsal de la BBC en Pekín, Michael Bristow, el terremoto ocurrió sobre las 08:00 hora local, cuando la mayoría de las personas aún se encontraba en casa.

Mapa de China

La Administración China de Terremotos informó de que temblor tuvo una magnitud de 7,1 grados. El sismo fue seguido por dos temblores de menor intensidad, de 5,3 y 5,2 grados en la escala de Richter.

Bristow informó que "varios medios locales reportaron que la mayoría de los edificios en el pueblo cercano al epicentro cayeron".

La Radio China aseguró que el 90% de las viviendas de la ciudad de Jiegu, una de las más afectadas, han quedado destruidas.

En tanto, la televisión local ha mostrado imágenes de los escombros.

Área remota

Las autoridades informaron que se ha establecido un "cuartel general de rescate en Jiegu" y que ya han sido enviado soldados a las zonas afectadas para rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros.

El epicentro del sismo se ubicó en el distrito de Yushu, en la prefectura autónoma tibetana del mismo nombre, a 380 kilómetros al sur-sureste del pueblo minero de Golmud, en Qinghai, informaron las agencias de noticias.

El temblor se originó a una profundidad de 10 kilómetros.

La provincia de Qinghai, una de las zonas más remotas y pobres del país, está habitada por chinos de la etnia han, mongoles y pastores tibetanos.

Damian Grammaticas, periodista de la BBC en Pekín, dijo que los esfuerzos de rescate probablemente se vean obstaculizados por la lejanía de una región que carece de un aeropuerto cercano.

Según los expertos, la región del oeste de China, con grandes cadenas montañosas como el Himalaya, es un área de alta actividad sísmica.

En mayo de 2008, un fuerte terremoto devastó el norte de la vecina provincia de Sichuan, causando la muerte o desaparición de alrededor de 87,000 personas.

Cinco millones de personas perdieron sus casas y las autoridades estimaron que los trabajos de reconstrucción tardarían por lo menos tres años.

¿Por qué tantos terremotos?

BBC Ciencia

Podría parecer que los devastadores terremotos que han sacudido a la Tierra en los últimos meses, como el de Haití y Chile, reflejan un incremento en la actividad sísmica del planeta, pero no es así.

Damnificados en Chile

Según las estadísticas cada año ocurre el mismo número de terremotos.

En realidad, estos terremotos forman parte de un patrón constante que se ha visto desde los 1900, cuando comenzaron los registros geológicos.

Según el Servicio de Inspección Geológica de Estados Unidos (USGS) los registros muestran que desde 1900 ha habido cada año en el mundo unos 18 terremotos "importantes" (con una magnitud de entre 7,0 y 7,9) y un "gran" terremoto (de magnitud 8,0 o mayor).

"No ha habido más terremotos en el mundo" dijo a BBC Ciencia el profesor Francisco Vidal Sánchez, sismólogo investigador del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada.

"Los terremotos son procesos condicionados en el tiempo en cada zona y si vemos la distribución a escala global podríamos considerarlos como un proceso aleatorio".

Lo que sí es un hecho, afirman los expertos, es que estos fenómenos son cada vez más devastadores. Pero no porque la Tierra se sacuda más, sino por el incremento en la densidad de población que vive en las zonas de riesgo.

Es decir, la percepción de que estos fenómenos están en aumento y que cada vez son más destructores se debe a que el público sólo se entera de los terremotos que devastan a zonas pobladas, como en el caso de Haití y Chile.

Y sin embargo el Centro Nacional de Información de Terremotos del USGS actualmente detecta entre 12.000 y 14.000 sismos cada año -unos 50 por día- y muchos de estos de grandes magnitudes.

clic Lea: Concepción, de ciudad a pueblo fantasma

Los que "hacen" noticia

"A escala global , los terremotos destructores -que son los que hacen "noticia"- a veces parecen agruparse en el tiempo porque ocurren en zonas pobladas" explica Francisco Vidal.

"Pero hay ocasiones en las que ocurren más terremotos y no necesariamente son tan destructores porque no tienen un efecto en las personas".

No ha habido más terremotos en el mundo. Los terremotos son procesos condicionados en el tiempo en cada zona y si vemos la distribución a escala global podríamos considerarlos como un proceso aleatorio

Prof. Francisco Vidal Sánchez

Otro factor es la mejora en la comunicación global.

Hace sólo unas décadas el mundo no se enteraba de un gran terremoto en China o Indonesia, por ejemplo, sino hasta unos días o semanas después de que había ocurrido. Y para entonces la noticia quedaba relegada a las páginas interiores de los diarios, si acaso se informaba de ella.

Hoy en día, gracias a internet, las redes sociales y los noticieros de 24 horas, la información puede llegar a todo el mundo de forma casi inmediata.

Otra explicación por la que parecería que los terremotos están en aumento es porque en los últimos 20 años se han logrado detectar más estos fenómenos debido al incremento en el número de estaciones de sismógrafos en el mundo y la mejora en la comunicación global.

Según el USGS, en 1931 operaban en el mundo 350 estaciones. Hoy en día, hay más de 4.000 sismógrafos y los datos que recogen pueden viajar rápidamente a través del planeta vía satélite, computadoras e internet.

"Las estadísticas geológicas nos dicen que los grandes terremotos, como este de Chile o el de Sumatra de 2004, son fenómenos que ocurren con una frecuencia de uno cada año", explica el profesor Vidal.

"Pero también pueden pasar cinco años sin ningún terremoto fuerte y después ocurran cuatro o cinco seguidos en diferentes partes del mundo".

Menos no es más

Según el experto, otra creencia común -y errada- sobre los terremotos es que si en una zona de riesgo no han ocurrido movimientos de la tierra durante mucho tiempo, pronto ocurrirá un sacudimiento de gran magnitud.

Comunicación tras el terremoto

Hoy nos enteramos al instante de los desastres gracias a la mejor comunicación global.

La quiesencia -o falta de actividad sísmica- no necesariamente significa que tiene que ocurrir un gran terremoto. Porque un incremento o disminución en la actividad sísmica a menudo forma parte de la variación natural en la sismicidad de la zona.

"Se ha visto en una irregularidad en diferentes lugares del mundo", dice Francisco Vidal.

"En unos sitios se "relaja" energía antes de que se acumule toda la energía posible, en otros sitios se libera de una sola vez , es decir, es distinto de un sitio a otro".

Por ahora, los científicos no tienen forma de saber si un aumento o disminución en la actividad sísmica de una zona conducirá a un gran terremoto o a un sismo de menor magnitud.

Tal como expresa el sismólogo Francisco Vidal, lo único cierto hoy en día es que un terremoto será más devastador entre más poblada sea la zona afectada.

"Por eso se han establecido movimientos a nivel internacional para prevenir desastres naturales y fundamentalmente terremotos".

"Y esa prevención está orientada a reducir la vulnerabilidad de un país disminuyendo la densidad de la población expuesta al riesgo e incrementando las medidas preventivas de sismoresistencia y de atención después del desastre".

Etiquetas de Technorati: ,,,,,

Written by Eduardo Aquevedo

14 abril, 2010 at 2:32

Publicado en CHINA, CIENCIA, TERREMOTO

Tagged with , , , , ,

Neoliberalismo y sociedad del riesgo. Entrevista a Ulrich Beck

leave a comment »

La reciente publicación en castellano del último libro de Ulrich Beck, “La mirada cosmopolita o la guerra es la paz” (editorial Paidós), ha devuelto al primer plano, resignificándolo, el concepto un tanto desacreditado de cosmopolitismo, que parece ser tan propicio a la rápida difusión como en su momento lo fue otra de las nociones operativas creadas por el sociólogo alemán para describir la índole de las transformaciones que el impacto de la globalización viene produciendo en nuestro mundo: la sociedad del riesgo.

Beck, nacido en 1944, director del Instituto de Sociología de la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich y profesor en la London School of Economics, cursó estudios de Psicología, Sociología, Ciencias Políticas y Filosofía, disciplina en la que se doctoró en 1972 en la Universidad de Munich. Ha dedicado el grueso de su trabajo intelectual a indagar sobre las nuevas configuraciones de la sociedad contemporánea, y ha volcado sus reflexiones en numerosos libros, entre los cuales se cuentan La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad (1986), ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización (1997), La democracia y sus enemigos (1998), Un nuevo mundo feliz. La precarización del trabajo en la era de la globalización (2000), todos publicados en español por Paidós, y La invención de lo político. Para una teoría de la modernización reflexiva (1996; en castellano, Fondo de Cultura Económica, 1999).

En Ulrich Beck el rigor intelectual no excluye el apasionamiento ni el afán polémico. Un indicio cabal de su personalidad lo brinda la respuesta a su interlocutor, Johannes Willms, con la que cierra su libro de conversaciones Libertad o capitalismo (2000): «La situación intelectual es desoladora. Los muros fronterizos que se levantaron para durar eternamente se están desmoronando […]. Y ¿qué hacen actualmente los intelectuales? Los intelectuales han dejado de pensar. Los teóricos de la posmodernidad, del neoliberalismo y de la teoría de los sistemas (Luhmann), por ejemplo, que por cierto se contradicen en todo, anuncian a golpe de trompeta, sentados en el butacón de su despacho, el fin de la política. Y todos siguen este dictado. Todos, pero no la realidad. Es algo verdaderamente paradójico: darían ganas de echarse a reír si no fuera tan grave. Este enamoramiento de los propios límites mentales, que pretende encima imponerse teóricamente y erigirse en guardián de la verdadera ciencia, es algo que me saca de quicio y me deja sin voz al mismo tiempo […]. Entretanto, yo sigo en pos de mi objetivo, maravillosamente inalcanzable: pensar de nuevo la sociedad.»

– Usted establece una distinción entre los conceptos de globalización y globalismo. Al primero de ellos lo identifica con la convergencia de todas las sociedades y culturas, y al segundo con la reducción de los procesos políticoeconómicos a un modelo financiero uniforme y universal en el cual el protagonismo pasa de los ciudadanos a los inversores. ¿Es este último el que ha predominado claramente en la realidad?

–Así es. Si pensamos en la convergencia de los diferentes estados y culturas, lo que veremos en cambio es que ha prevalecido hasta hoy la teoría neoliberal, que aboga por la supresión de las fronteras y de todo tipo de restricciones que pongan límites a la actividad financiera como el mejor medio, dicen, de promover el bienestar y la justicia en general. Pero yo pienso que eso es pura ideología.

– El caos, el retraso y la ineficiencia de los dispositivos de auxilio desplegados por las autoridades de Estados Unidos para hacer frente a la devastación provocada en Nueva Orleans por el huracán Katrina, ¿constituyen un ejemplo de las consecuencias de las políticas neoliberales?

–Sí. Me gusta que mencione este caso, porque me parece muy significativo. Por un lado, demuestra el grado de negligencia que existía en las instituciones estatales de Estados Unidos en cuanto a las infraestructuras de prevención de catástrofes, y por otro, ha puesto de manifiesto las atroces desigualdades dentro de la población, por ejemplo entre blancos y negros. Y siguiendo con las calamidades causadas por el huracán Katrina, también brindaron otra demostración de que la ideología neoliberal carece de las herramientas adecuadas para reaccionar en una sociedad globalizada del riesgo, como es la nuestra. El estado neoliberal se encuentra ahora a la defensiva, sobre todo frente a los crecientes riesgos y catástrofes, que requieren un potencial estatal de prevención y recompensación, algo que no puede afrontar el sector empresarial privado.

Le diré más. En rigor, hubo anteriormente en Estados Unidos otro ejemplo muy nítido en cuanto a las insuficiencias de las políticas neoliberales. Después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, surgió una breve discusión –que no fue profundizada – acerca de la privatización de determinados sectores de la seguridad aérea que había llevado a cabo el gobierno norteamericano, que se tradujo en la contratación precaria de trabajadores mal preparados y peor pagados –los encargados de revisar a los pasajeros en los aeropuertos ganaban 6 dólares por hora en el momento de esos atentados. Esto fue una negligencia imperdonable, y la pregunta legítima que surge es si no hubiera sido mil veces más eficaz, y también mucho más barato, si el Estado hubiese invertido lo necesario en seguridad aérea en vez de luchar con medidas militares contra el terrorismo en otros países.

– La notoria disminución de la tasa de nacimientos en todos los países europeos dibuja un peligroso horizonte: el de un continente de viejos, con la consiguiente amenaza para el financiamiento del sistema de pensiones. ¿Sólo la inmigración puede revertir esta tendencia?

–Ése es un asunto importante y verdaderamente crucial. Europa está envejeciendo y por eso también corren peligro nuestros sistemas de pensiones y seguridad social, con las graves consecuencias que esto lleva consigo. Es un problema que cada país discute dentro de su ámbito nacional y para el cual busca posibles salidas, pero enfocado así a mí me parece que no tiene solución. El único país europeo que hasta la fecha consiguió promover exitosamente el incremento de su tasa de natalidad es Noruega, y lo hizo a través de importantes subsidios a los padres varones para que pudieran quedarse en casa a cuidar a sus hijos. Pero no se trata de una política extrapolable. Ese lujo se lo puede dar Noruega porque es una nación riquísima, situada literalmente sobre un mar de petróleo y con pocos habitantes. Por eso, hoy la única alternativa que tiene Europa para rejuvenecer su población es la inmigración, pero hasta ahora no está afrontando la cuestión con políticas globales sinceras y efectivas.

El problema de la baja natalidad en Europa y la manera en que lo enfrentan los gobiernos es un buen ejemplo para extenderlo a otros temas más generales. Yo vengo utilizando un concepto, el de cosmopolitismo, en el que se centra mi último libro, como alternativa a la impotencia que se da cuando se quieren resolver problemas nacionales a nivel exclusivamente nacional. Eso ya no es posible. Habría que aprovechar la circunstancia de la Unión Europea para crear una soberanía ampliada. Pero hasta la fecha se desaprovechan las posibilidades que ofrece la actual situación europea. Pero precisamente una Europa cosmopolita debería aprovechar, por ejemplo, el flujo poblacional de otros continentes.

– Usted suele utilizar las nociones de mundialización económica y política cosmopolita. ¿Cómo se vinculan ambas?

–El término globalización –o mundialización–, tanto en el sentido económico como cultural, significó siempre algo así como una agregación a las dimensiones ya existentes de los Estados nacionales. Para decirlo muy esquemáticamente, primero vendría la localidad, tras ella la región, luego el Estado, después el nivel internacional y luego tal vez el de la globalización. El cosmopolitismo, en cambio, borra de cierta manera esas diferencias y pretende reemplazar el concepto de globalización. En la visión cosmopolita no existen más esas nítidas y fáciles polaridades del interior y el exterior, lo nacional y lo internacional, yo y el otro. Hay que analizar las nuevas mezclas que se están dando en la realidad.

– ¿Podría decirse que esencialmente la mirada cosmopolita es la que incluye a los otros?

–Sí, en parte, pero es mucho más que eso. Cuidado, el cosmopolitismo del que yo hablo no tiene nada que ver con esa sociedad mundial a la que se refería Niklas Luhmann en los años setenta, ni es el sistema capitalista mundializado de Immanuel Wallerstein. No se trata de una mirada total hacia el mundo; el cosmopolitismo acabó más bien con esas fronteras del pensamiento. Esas otras teorías son, en rigor, una radicalización de las ideas del nacionalismo clásico llevadas a otro nivel, pero continúan impregnadas, de un modo implícito, de los límites anteriores, mientras que el cosmopolitismo quiere abolirlos por completo.

En la concepción cosmopolita, nuestra propia vida se convierte en un espacio de nuevas experiencias que se vinculan con la globalización. Es preciso reconocer las múltiples identidades que coexisten en cada uno de nosotros. La mirada cosmopolita posee sentido del mundo, es lúcida y busca establecer un diálogo con las numerosas ambivalencias que se dan en la época actual, que se caracteriza por las diferenciaciones en vías de desaparición y las contradicciones culturales.

Con un paradigma nacional no se pueden analizar más los fenómenos que se están operando, que son, en esencia, cosmopolitas. Un ejemplo: peligros como el de la gripe aviar obligan a todas las personas a dar la cara a los riesgos globales que corremos hoy en día. Otro ejemplo de cosmopolitismo es la concurrencia de distintas personas en el mercado laboral por encima de las fronteras todavía existentes, es decir, la competencia global que se está dando en ese campo.

– ¿Quiere decir que existe un conflicto fundamental entre la cosmopolitización que se desarrolla en la realidad y las categorías de análisis que tratan de explicarla?

–Exactamente. Siempre digo que en las ciencias sociales estamos trabajando con categorías de análisis zombis, de vivos-muertos, y eso, claro, no les hace ninguna gracia a mis colegas.

– La mirada cosmopolita ¿no puede quedarse en una expresión de buenos deseos, tan ineficaz como el esperanto para abolir las diferencias lingüísticas?

–Pensar eso es incurrir en un malentendido total. He escrito en mi libro que la mirada cosmopolita no es «el amanecer de la confraternización general de los pueblos, ni los albores de la república universal, ni una mirada mundial que flotara libremente, ni el amor al otro por decreto». El cosmopolitismo que propugno es profundamente realista, autocrítico, incluso escéptico. No aboga por un nuevo universalismo, como lo hacía el esperanto en su momento. Por ejemplo, y para no salir del ámbito lingüístico, tampoco pretendo que en Europa todo el mundo hable una sola lengua, el inglés. Por el contrario, abogo por el multilingüismo, por la confluencia y simultaneidad de múltiples culturas. Se trata de reconocer la diversidad con todas sus perspectivas, y también los retos y los conflictos que pueda suscitar. Este cosmopolitismo no tiene nada de ingenuo.

– ¿Por lo tanto el cosmopolitismo también se diferencia del internacionalismo por el que luchaban los socialistas del siglo XIX y principios del XX ?

–De hecho, Marx tenía raíces cosmopolitas y creía que la clase obrera podía acabar con las diferencias entre las naciones. En cierto modo, él alimentaba la ilusión, que paradójicamente podríamos caracterizar como neoliberal, de que el mismo capitalismo podía superar las fronteras nacionales. Pero esa visión de una cultura mundial, de una sociedad universal, fue definitivamente enterrada por el estalinismo, que rechazó el internacionalismo y se concentró en la nación. El cosmopolitismo, a diferencia del internacionalismo, no surge de una teoría política ni de una filosofía sino de los hechos, de la propia experiencia de la gente. Una experiencia no tanto deseada sino más bien impuesta por los cambios que se han producido en nuestro mundo y por la constatación de que los otros no pueden ser excluidos porque están en el mismo ámbito que nosotros.

– ¿La contradicción básica de la globalización económica consiste en que postula la libre circulación de capitales pero restringe la de personas?

–Sí, en efecto. El capital circula cada vez más libremente mientras que los Estados se están defendiendo con la multiplicación de barreras contra los seres humanos. Me parece muy interesante distinguir entre las palabras movilidad y migración. Mientras que la movilidad es algo que se exige al trabajador dentro del contexto nacional –se le pide más y más flexibilidad–, en el plano internacional se criminaliza la movilidad de esas mismas personas.

– ¿Cuál es el sentido de la redefinición de Europa que propugna?

–Mientras que Marx cuando formulaba su teoría tenía como ejemplo el capitalismo manchesteriano, y Max Weber al estructurar la suya sobre la burocracia tenía in mente el Estado prusiano, para mí Europa es un ejemplo histórico que ilustra mi teoría del cosmopolitismo. Las teorías políticas y sociales están fijadas excesivamente en el nivel nacional, lo que constituye un grave error. En Europa se registran nuevas mezclas sociales, tenemos nuevas configuraciones de poder, que afectan al concepto clásico de soberanía nacional, y todo eso tiene que ser analizado desde un nuevo punto de vista.

– ¿Cómo podrían armonizarse en el seno de una estructura política supranacional y cosmopolita los intereses contrapuestos de las grandes potencias con los de los países absolutamente desvalidos? ¿No sería como pretender que convivan el tiburón y los peces pequeños?

–Ése es el gran problema, evidentemente, y ni la filosofía política ni la sociología tienen recetas precisas para su solución. Es una pregunta que nos preocupa desde hace muchísimo tiempo y para la cual no existen respuestas claras, pero sí hay planteamientos que se pueden descartar desde el principio. Por ejemplo, la fundación de un Estado mundial no podría solucionar ese problema, porque sería el colmo de la ideología nacionalista llevada a un nivel superior, global. De todos modos, ese sistema que estamos buscando debe basarse en el imperio del derecho a nivel internacional. Hasta la fecha tenemos el problema de que carecemos de una policía y de un ejército a nivel internacional; las fuerzas armadas están gestionadas por los Estados.

– Sí que existe una policía mundial: el poder militar de Estados Unidos.

–Precisamente ahí radica el problema. No es fácil salir de este conflicto, porque los derechos humanos sólo pueden ser garantizados de manera sustentable si se crean mecanismos internacionales para impedir que los mismos Estados, que deberían garantizar los derechos de sus propios ciudadanos, los violen. Por eso es necesario el establecimiento de mecanismos de intervención militar que representen verdaderamente a la comunidad mundial.

– ¿Todas las grandes catástrofes – «naturales» o «sociales» – que se registran en esta «sociedad del riesgo», como usted la definió, obedecen a causas globales y tienen consecuencias globales?

–No todas las catástrofes tienen un origen ni una repercusión a nivel global, aunque las muy grandes sí, por supuesto. Todavía hay calamidades que se producen en el ámbito nacional o local y no lo exceden. Pero hay un aspecto crucial que me gustaría que tengamos en cuenta, y es el de las expectativas de que se produzca una catástrofe. Desde el punto de vista de la sociedad mundial del riesgo, es muy importante. Tomemos un ejemplo: el terrorismo. Hasta ahora los ataques terroristas han tenido efectos materiales muy limitados, tanto en Nueva York como en Washington, Londres o Estambul. Pero su repercusión, sus consecuencias, se han hecho sentir en todos los rincones del planeta y han alimentado el miedo a que atentados de esa naturaleza puedan ocurrir en cualquier otra ciudad. De modo que el poder de un acto terrorista va mucho más allá de la destrucción material que produce.

– ¿En qué sentido la guerra es la paz?

–Para mí, una de las características centrales de la época cosmopolita que estamos viviendo es que ciertas diferencias que eran hasta ahora claves se están esfumando. George Orwell lo planteó muy bien en su novela 1984 , en la que expuso cómo un sistema totalitario puede pervertir hasta el significado de las palabras y sus sentidos opuestos, afirmando así, por ejemplo, que «la guerra es la paz» o que «la dictadura es la libertad». Su libro era una utopía negativa, y me parece que en nuestra época cosmopolita estamos corriendo el peligro de que ocurra lo mismo. Tomemos el ejemplo de la guerra contra el terrorismo: ¿Quién determina cuándo terminará? ¿Quién podría negociar? Son interrogantes que no podemos responder. Con el subtítulo que escogí para mi libro yo quería insinuar que el cosmopolitismo del siglo XXI no es idealista sino más bien escéptico, autocrítico, que ya está anticipando también las posibles consecuencias nefastas que ciertas políticas internacionales pueden conllevar.

– ¿Cree que la ideología neoliberal ha iniciado su declive?

– Pasaron más de setenta años hasta que la ideología comunista clásica mostrara su fracaso. Espero que no tengamos que esperar otros setenta años hasta que pase lo mismo con el neoliberalismo. Pero por ahora esto no deja de ser una esperanza.

Publicado en Revista de Occidente nº 296.

Written by Eduardo Aquevedo

13 abril, 2010 at 1:57

México: líder del cartel de Sinaloa y más importante narco mexicano…

leave a comment »

  • EL PABLO ESCOBAR DE LOS NARCOS MEXICANOS
  • ISMAEL EL MAYO ZAMBADA, LIDER DEL CARTEL DE SINALOA, HABLO CON UN MEDIO LOCAL DESDE LA CLANDESTINIDAD

DROGA-MEX3 El Mayo Zambada no tiene duda: ni el presidente Calderón ni el ejército van a poder con el narcotráfico. “El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”, asevera el hombre que siente pánico de que lo atrapen y lo encierren.

Por Gerardo Albarrán de Alba

Desde México, DF

Su cabeza vale millones de dólares para quien lo entregue. Es tan famoso como Joaquín El Chapo Guzmán, enlistado por la revista Forbes como uno de los hombres más acaudalados del mundo. Es tan poderoso como lo fue en su día Pablo Escobar Gaviria, el zar colombiano de la droga. Pero Ismael El Mayo Zambada vive a salto de mata, carga el miedo todo el tiempo.

Entrevistado por el periodista Julio Scherer García, cuya crónica se publicó en el semanario Proceso que él fundó en 1976, El Mayo Zambada asegura que la administración de Felipe Calderón tiene perdida la guerra contra el narcotráfico que desató hace tres años.

El narcotraficante deja saber que “llora” a su hijo Vicente, Vicentillo, su primogénito y mano derecha, capturado en la Ciudad de México y extraditado a Estados Unidos. No sabe en qué prisión se encuentra, si en Chicago o en Nueva York, pero se niega a hablar de él.

A cambio, dice que se dedica a la agricultura y a la ganadería, “pero si puedo hacer un negocio en los Estados Unidos, lo hago”. Cuenta que tiene esposa, otras cinco mujeres, quince nietos y un bisnieto. “Ellas, las seis, están aquí, en los ranchos, hijas del monte, como yo. El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo. La tierra siempre es buena, el cielo no, a veces niega la lluvia.”

Del Chapo Guzmán dice que son amigos y compadres, que hablan frecuentemente por teléfono, pero niega haber tenido algo que ver en su fuga de prisión, hace algunos años, y califica como “tonterías” lo que publica Forbes sobre la fortuna del narcotraficante.

El Mayo Zambada no tiene duda: ni Calderón ni el ejército van a poder con el narcotráfico. A su juicio, “el gobierno llegó tarde a esta lucha y no hay quien pueda resolver en días problemas generados por años. Infiltrado el gobierno desde abajo, el tiempo hizo su ‘trabajo’ en el corazón del sistema y la corrupción se arraigó en el país. Al presidente, además, lo engañan sus colaboradores. Son embusteros y le informan de avances, que no se dan, en esta guerra perdida”.

Según el capo, el gobierno no tiene ninguna oportunidad de erradicar el problema, porque “el narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”. En la breve charla realizada en una guarida del narcotraficante, cuya ubicación no revela el periodista, El Mayo Zambada no objeta la persecución que el gobierno emprende para capturarlo. “Está en su derecho y es su deber.” Sin embargo, rechaza las “acciones bárbaras” del ejército.

“Los soldados, dice, rompen puertas y ventanas, penetran en la intimidad de las casas, siembran y esparcen el terror. En la guerra desatada encuentran inmediata respuesta a sus acometidas. El resultado es el número de víctimas que crece incesante. Los capos están en la mira, aunque ya no son las figuras únicas de otros tiempos”, escribe Scherer.

La cabeza del cartel de Sinaloa ironiza: “Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió”.

Nada va a pasar si él cae, asegura, porque “el problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.

De hecho, por lo menos cuatro veces el ejército ha estado muy cerca de El Mayo Zambada, cuenta él mismo y desliza que todavía más veces han estado a punto de atrapar al Chapo Guzmán. Huyó por el monte, “del que conozco los ramajes, los arroyos, las piedras, todo”, cuenta. Inevitable recordar a Pancho Villa, el legendario revolucionario que fue perseguido por tropas federales y hasta por el ejército estadounidense, al mando del general Pershing, pero nunca dieron con él, escondido en las cuevas que conocía como la palma de su mano en las sierras de Chihuahua.

–¿Teme que lo agarren? –le pregunta el periodista.

–Tengo pánico de que me encierren –responde sin chistar el narco.

–Si lo agarraran, ¿terminaría con su vida?

–No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría.

Sabe que al final va a caer, igual que todos los demás capos del crimen organizado. O tal vez no. “¿Lo atraparán finalmente?”, le pregunta Scherer. “En cualquier momento o nunca”, le contesta.

Zambada tiene 60 años y se inició en el narco a los 16, según narra Scherer, y apunta que los 44 años que lleva en esa vida le dan una gran ventaja sobre sus persecutores de hoy. Sabe esconderse, sabe huir y se tiene por muy querido entre los hombres y las mujeres donde medio vive y medio muere a salto de mata.

“Hasta ahora no ha aparecido ningún traidor”, dice, como quien piensa en voz alta.

Página/12

Written by Eduardo Aquevedo

8 abril, 2010 at 0:13

Las economías de EE.UU. y China: reestructuración capitalista, clases y crisis…

leave a comment »

Martin Hart-Landsberg, Monthly Review

ASIA1 La economía de EE.UU. está en mal estado y la gente, lógicamente, busca soluciones. Muchos, animados por medios de comunicación y los políticos, creen que las políticas comerciales de China son las principales responsables de la decadencia estructural de nuestra economía y que para la recuperación será necesario, sobre todo, presionar al gobierno chino para poner en práctica una "liberación del mercado", unos cambios de política que consigan el equilibrio en la relación comercial con China.

A pesar de su popularidad, este enfoque de Estado-nación en relación con la comprensión de la dinámica de la relación Estados Unidos-China es seriamente defectuoso. Anima a la gente a ver los problemas industriales de los EE.UU., falsamente, como el resultado de un enfrentamiento entre China y los Estados Unidos, en el que el gobierno chino ha aumentado el bienestar de sus ciudadanos a costa de EE.UU., a través de prácticas "desleales". Como consecuencia, conduce a recomendaciones de políticas contraproducentes.

En este trabajo, que ofrece un enfoque alternativo a la comprensión de la relación comercial con China, hago un análisis basado en la clase (global) de la dinámica capitalista. Esto lleva, como es lógico, a percepciones económicas y desafíos políticos muy diferentes. Por ejemplo, se pone de manifiesto que la amenaza a la actividad manufacturera en Estados Unidos no viene de China, sino de la explotación de un sistema transnacional de empresas en el que China sirve como plataforma de montaje final de la producción regional.

También revela que, mientras el capital transnacional y las elites en China se han beneficiado de este sistema, los trabajadores chinos han pagado un alto precio; de hecho, la experiencia de los trabajadores chinos puede servir para poner de manifiesto las mismas consecuencias negativas para los trabajadores de los Estados Unidos. También explica por qué los chinos y los gobiernos de EE.UU. han respondido a la actual crisis mundial con estrategias diseñadas para mantener el statu quo, a pesar de los efectos negativos de esta decisión en los trabajadores. En resumen, mi análisis revela que es el capitalismo, no la competencia entre China y los Estados Unidos, la fuente de nuestros problemas económicos. Nuestro desafío, entonces, que es brevemente una conclusión, es basarse en las ideas anteriores para desarrollar una estrategia capaz de iluminar y de impugnar la lógica destructiva del capitalismo; una tarea que pone a los trabajadores de EE.UU. en solidaridad, en lugar de en competencia, con los trabajadores chinos. El argumento del "Estado-Nación"

Los que argumentan que los problemas de EE.UU. le deben mucho a la estrategia de crecimiento de China tienden a razonar como sigue: las políticas estatales chinas han transformado al país en una potencia exportadora, con el mercado de EE.UU. como principal objetivo. Inicialmente, las exportaciones chinas fueron predominantemente de mano de obra intensiva, productos de baja tecnología, como textiles y zapatos. Sin embargo, a partir de mediados de la década de 1990, China, también se convirtió en un importante exportador de mayor valor añadido, productos de alta tecnología como computadoras, teléfonos celulares y otros electrónicos de consumo. Como señala el Business Week, esto está lejos de un desarrollo "normal".

Estados Unidos ha sobrevivido a las olas de importación anteriores de Japón, Corea del Sur y México. Y ha vivido con China durante dos decenios. Pero algo muy diferente está sucediendo. La suposición ha sido que los EE.UU. y otras naciones industrializadas se mantendrían líderes en las industrias intensivas del conocimiento, mientras que las naciones en desarrollo se centrarían en los sectores de baja mano de obra. Esto ahora es objeto de debate. "Lo que es asombroso acerca de China es que por primera vez tenemos un enorme y pobre país que puede competir tanto con salarios muy bajos y en la alta tecnología", dice el economista de la Universidad de Harvard Richard B. Freeman. "Al combinar los dos, Estados Unidos tiene un problema". (1)

Este uno-dos se dice que ha devastado el sector manufacturero de EE.UU., las empresas de conducción de negocios y deteriorado el empleo en la manufactura y los salarios. Las familias se vieron obligados a endeudarse más y más para sostener el consumo. Y como una parte creciente del gasto de consumo fue a la compra de bienes producidos en China (y otros países), los esfuerzos del gobierno para impulsar el empleo y la producción se hicieron cada vez más ineficaces. La financiación del déficit comercial resultante también requiere cada vez un mayor endeudamiento exterior, especialmente de China, que ayudó a acelerar la financiarización de la economía y poner límites adicionales a la política fiscal y monetaria de EE.UU. En conjunto, estas tendencias han contribuido a un proceso de crecimiento más débil, más desequilibrado e inestable, sentando las bases para la crisis actual. Lógicamente, entonces, la inversión de estas tendencias es la clave para la revitalización de la economía de los EE.UU., un resultado mejor alcanzado a través de una reestructuración de la relación económica Estados Unidos-China. Más concretamente, China debe ser presionada para que revalúe su moneda, abrir sus mercados a más mercancías de los EE.UU. y jugar con las reglas aceptadas del "mercado", la competencia capitalista. Estos pasos se puede esperar que impulsen las exportaciones de EE.UU. a China, reducir las importaciones de EE.UU. desde China, y, en consecuencia, que se renueve la fabricación de productos en EE.UU., refuerce el "salario familiar", la creación de empleo, reducir la deuda nacional y extranjera y restablecer la eficacia de las políticas nacionales.

Este argumento promueve el juicio, intencionadamente o no, de que nuestra tarea es fortalecer las fuerzas del mercado capitalista en China. Esta visión se basa en una mala comprensión de las fuerzas en juego en China (por no hablar de la dinámica capitalista) y las consecuencias de las fuerzas de los trabajadores estadounidenses y chinos.

La adopción estratégica de China de un crecimiento impulsado por las exportaciones

China se ha convertido en una potencia exportadora. Entre 1990 y 2008, la cuota de China en las exportaciones mundiales totales pasó del 1,8 al 9,1%. (2) China está en camino de convertirse en el mayor exportador del mundo en 2009, superando a Alemania.

Esta orientación hacia la exportación representa un cambio importante del pasado de la dinámica del crecimiento de China. La China de Mao Zedong (1949-1976) tenía una economía planificada y altamente centralizada, en la que la producción fue organizada por las empresas estatales y orientada a satisfacer las necesidades internas. Las exportaciones fueron pocas y realizadas principalmente para pagar las importaciones necesarias.

Durante este período, China consiguió el crecimiento rápido y la industrialización. Como Maurice Meisner explica: "A partir de una base industrial más pequeña que la de Bélgica en la década de 1950… China surgió al final del período de Mao como uno de los seis productores industriales más grandes del mundo." (3) Por otra parte, debido a que estuvo aislada del comercio internacional y la inversión durante la mayoría de la era de Mao, China se vio obligada a desarrollar sus propias capacidades tecnológicas. Mirando el sector de la informática, por ejemplo, Andrew Ross señala que: En la década de 1950, el Estado comunista estableció una nueva ciencia y la tecnología de I & D de la red, siguiendo el modelo del sistema soviético, y su rama de la electrónica pasó a producir varias generaciones de ordenadores, en muchos casos con poca o ninguna diferencia de las potencias capitalistas. El primer equipo de China fue desarrollado en 1958, sólo un año después de Japón y su primer circuito integrado fue producido en 1964, sólo cinco años después de las patentes de los EE.UU. Una microcomputadora se desarrolló en 1977 (incluso antes de que IBM presentase su PC), un microprocesador en 1980, y un superordenador, junto con un PC compatible con IBM, en 1983. (4)

Poco después de la muerte de Mao, el Partido Comunista (liderado por Deng Xiaoping) decidió aumentar radicalmente la dependencia de la economía en las fuerzas del mercado. Afirmó que esa medida era necesaria para superar los problemas económicos del país en crecimiento, que se alegaba habían sido causados por el sistema excesivamente centralizado de Mao, de la planificación estatal y de la producción. Sin embargo, a pesar de los cambios políticos y económicos, sin duda deseados por la mayoría de China, Deng y sus seguidores en gran medida han exagerado la gravedad de los problemas existentes y, más importante aún, ignoraron los pedidos popular para la exploración de otras vías que no supusiesen la reforma del mercado. (5) Independientemente de las intenciones, después de 1978 el programa de reforma terminó llegando a transformar radicalmente la economía china en una capitalista (aunque con "características chinas"). En contraste con el período anterior a la reforma, casi toda la actividad económica está determinada por el mercado. Y, mientras el Estado sigue dominando en muchos sectores estratégicos, tales como las finanzas, la energía y el transporte, la gran mayoría del valor añadido en el sector de fabricación de todos los sectores importantes es producido con fines de lucro por empresas privadas. (6)

Más importante aún, el capital extranjero juega ahora un papel preponderante en la economía china, especialmente en la fabricación. (7) Su actividad ha transformado al país en una economía impulsada por las exportaciones: la relación entre las exportaciones y el PIB aumentó del 16% n 1990 a más del 40% en 2006, con la participación de los extranjeros en las exportaciones del 2% en 1985 al 58% en 2005 (y el 88% de las exportaciones de alta tecnología). (8) Igualmente digna de mención es la proporción de las exportaciones totales con un 100% de propiedad extranjera que también ha aumentado. (9)

Esta reestructuración no puede ser entendida simplemente a través de la lente de una nación-Estado. Más bien, como las reformas de China han proseguido durante la década 1990, la dinámica de la acumulación de China se convirtió cada vez más dependiente de la inversión de las empresas transnacionales y la actividad de exportación. Como consecuencia, la economía china se insertó cada vez más en un proceso más amplio de la reestructuración de Asia Oriental que fue impulsado por el establecimiento y la intensificación de las transnacionales, las redes de producción de las empresas controladas, transfronterizas, que vinculan e involucran todas las economías de forma colectiva. En otras palabras, la experiencia china, y en particular su campaña de exportación, sólo puede entenderse en el contexto de la dinámica capitalista en general.

China y la dinámica de la delincuencia de reestructuración

La expansión de las redes transfronterizas fue provocada principalmente por el deseo de las empresas transnacionales de abaratar el costo de producción de los bienes clasificados como "maquinaria y equipo de transporte," lo más importante de la información y la comunicación (TIC), productos (tales como computadoras y máquinas de oficina, y de telecomunicaciones, audio y vídeo) y los productos eléctricos. (10) Estas dos líneas de productos juntos "representan casi tres cuartas partes de las exportaciones totales de la región asiático-oriental en 2006-2007." (11)

De acuerdo con la lógica de estas redes, un porcentaje creciente de la actividad comercial de la región se limita a la exportación/importación intrarregional de las piezas y componentes utilizados para fabricar estos productos. Como el Banco Asiático de Desarrollo señala, "La desagregación de los intercambios industriales a los productos finales, por un lado y las partes y componentes de otros productos… [que] en el comercio intrarregional en Asia se concentra principalmente en piezas y componentes. La cuota de intrarregional de las partes en desarrollo de Asia y el comercio de componentes aumentaron en casi 20 puntos porcentuales durante la última década, alcanzando un 62% en 2005-2006, en comparación con un aumento de 8 puntos porcentuales en el comercio total en la industria manufacturera durante el mismo período ". (12)

China no sólo se detuvo en este proceso de reestructuración regional, se ha convertido en fundamental para su funcionamiento. En palabras del Banco Asiático de Desarrollo, "la creciente importancia del comercio intra-regional se atribuye principalmente a las piezas y componentes comerciales, con la República Popular China funcionando como un centro de ensamblaje de productos finales en las redes de producción de Asia." (13) La proporción de piezas y componentes de las importaciones de China de productos manufacturados de Asia oriental aumentó del 18% en 1994-1995 a más del 44% en 2006-2007. La cuota de importación de partes y componentes de la maquinaria y equipo de transporte aumentó en el mismo período del 46,1% al 73,3%. (14)

La posición singular de China como plataforma de producción de la región para los bienes finales se destaca por el hecho de que es el único país que tiene un déficit en partes y componentes regionales de comercio, y cuyas exportaciones son mayoritariamente productos finales. Esta es la posición única que ha permitido a China aumentar su cuota de exportaciones mundiales de productos de TIC del 3% en 1992 al 24% de 2006, y su cuota de productos eléctricos del 4% al 21% durante el mismo período. (15)

La relación de comercio bilateral EEUU-China

La dinámica de la producción transnacional destacada anteriormente llevó a los países de Asia Oriental (excepto China) a cambiar su actividad de exportación, en general, desde Estados Unidos y la Unión Europea hacia el Este de Asia, en particular, China. Al mismo tiempo, llevó a China a ampliar y reorientar su actividad de exportación fuera de Asia oriental y hacia los Estados Unidos y la Unión Europea. Entre 1992-1993 y 2004-2005, la cuota de Asia Oriental en las exportaciones chinas de bienes finales se redujo del 49,5% al 26,5%, mientras que la proporción de la OCDE (excepto Japón y Corea del Sur) se incrementó del 29,3% al 50,1%. (16)

No es de extrañar, entonces, que el valor de las importaciones de EE.UU. desde China haya aumentado, de 16.000 millones en 1990 a 340.000 millones de dólares en 2007. En 2003, China se convirtió en el segundo exportador a los Estados Unidos, superado sólo por Canadá. La posición de estos dos países ha fluctuado desde entonces, con China convirtiéndose en el mayor exportador en 2007 y nuevamente en 2009. Las exportaciones de EE.UU. a China han aumentado también, aunque mucho más lentamente: de 5.000 millones en 1990 a 65.000 millones de dólares en 2007. Como consecuencia, el déficit comercial de EE.UU. con China ha crecido dramáticamente: de 11.000 mil millones en 1990 a 274.000 millones de dólares en 2007. Este es el mayor déficit que Estados Unidos tiene con cualquier país. (17)

Si bien la gran mayoría de las importaciones de EE.UU. de China han sido las manufacturas (aproximadamente el 96%), su composición (como se señaló anteriormente) ha cambiado con el tiempo. La parte de productos manufacturados, que podríamos denominar “productos varios”, tales como juguetes, ropa y calzado, se redujo del 58,5% en 1995-1996 al 37,7% en 2005-2006. (18) Durante el mismo período, la cuota de importación de maquinaria y productos de equipo de transporte pasó del 26,3% al 44,1%. Dentro de esta amplia categoría, los productos de las TIC dominan. En 2005-2006, los productos de las TIC compuestos representaban un 37,6% de todos los importados por EE.UU. con el logo de “fabricado en China”. (19)

No sólo son las importaciones chinas a Estados Unidos cada vez más sofisticadas, sino que China es también cada vez más el principal proveedor extranjero de estos productos. Por ejemplo, en 1995-1996, China representó sólo el 6,5% del total de las importaciones de EE.UU. de las TIC. En 2005-6, China representó el 33% del total. (20)

Estas tendencias ponen de manifiesto la razón de por qué las exportaciones chinas han recibido tanta atención en los Estados Unidos. También revelan, de acuerdo con el análisis previo de la dinámica de la acumulación transnacional de Asia oriental, que estas exportaciones chinas "sofisticadas" son en realidad chinas sólo en el sentido de que se habían reunido en China. Este punto se ve reforzado por el hecho de que la cuota de China ha aumentado el déficit de EE.UU. y se ha visto acompañada por una disminución de la proporción de los del resto de Asia oriental.

De 1999 a 2007, la cuota de China en el déficit comercial de EE.UU. pasó del 20,4% al 32,1%. Durante el mismo período, la participación japonesa cayó del 21,1% al 10,2%. Y la cuota de mercado combinada del resto de Asia Oriental también disminuyó del 16% al 7,9%. (21) En resumen, la amenaza a fabricación en Estados Unidos de la actividad manufacturera no viene de China, sino de la estrategia de maximización de las ganancias del capital transnacional.

Si bien las empresas de Asia oriental han desempeñado el papel principal en la elaboración y expansión de las redes transnacionales de producción de la región, las compañías de EE.UU. también han beneficiado de ello y han ayudado a expandir esta operación. Algunos de los mayores beneficiarios son las empresas de EE.UU. que importan y comercializan los productos exportados de China, Wal-Mart y Dell están entre las más grandes en términos del valor en dólares de las importaciones.

Las empresas industriales estadounidenses que producían maquinaria y equipo de transporte también participan en estas redes. Por ejemplo, la proporción de piezas y componentes de maquinaria estadounidenses y las exportaciones de equipo de transporte a China crecieron del 36,1% en 1995-1996 al 50,8% en 2005-2006. Durante el mismo período, la proporción de piezas y componentes en importaciones de maquinaria y equipo de transporte procedentes de China disminuyó ligeramente, pasando del 25% al 24,2%.

La misma tendencia se da en los productos de las TIC. Las exportaciones de partes y componentes de TIC estadounidenses a China aumentaron del 51,2% al 72,8%. Por el contrario, las importaciones de esta categoría se redujeron ligeramente, del 23,5% al 20,7%. (22)

Así, en lugar de producir los bienes finales en los Estados Unidos, los fabricantes establecidos en Estados Unidos están cada vez más dedicados al suministro de las partes y componentes que fabrica China que a producir estos bienes en EEUU. Prema-Chandra Athukorala y Nobuaki Yamashita describen los matices de esta estrategia como sigue: "La participación en las exportaciones de partes y componentes TIC de EE.UU. a otras economías de Asia oriental, en particular, los países de la ASEAN, es mucho mayor en comparación con la de las exportaciones a China. Este patrón coincide con el estudio de caso basado en los resultados que muestran las empresas de EE.UU. ubicadas en países de Asia oriental, centradas en las redes de producción regional". (23)

Una evaluación crítica de la experiencia económica de China La mayoría de los analistas afirman que los trabajadores chinos se han beneficiado de papel central de su país como plataforma de exportación de la región, ya que tienden a igualar los logros de exportación de China con el progreso hacia el desarrollo nacional. Sin embargo, un examen más directo de las políticas económicas sobre cómo ha afectado a la vida de los trabajadores chinos la reestructuración tecnológica ofrece una respuesta diferente.

Condiciones Sociales

Tal vez lo más notable es que rápido crecimiento de las exportaciones del país no ha llevado a generar oportunidades de empleo adecuadas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el total urbano (regular) del empleo industrial había disminuido en el período 1990-2002, de 53,9 millones a 37,3 millones. (24) Así, los trabajadores de las manufacturas chinas, como sus homólogos de EE.UU., han sufrido un retroceso en las oportunidades de empleo.

Aunque hubo un pequeño aumento en el empleo urbano total en este período, casi todo el crecimiento se produjo en el empleo irregular, lo que significa salarios informales o por cuenta propia en diferentes sectores como, por lo general, la construcción, limpieza y mantenimiento de los locales, el comercio al por menor, ventas ambulantes, servicios de reparación o el servicio doméstico. Más concretamente, mientras que el empleo urbano total en este período de trece años creció en 81,7 millones, 80 millones de ese crecimiento fue en el empleo irregular. Como resultado, los trabajadores irregulares en China representan ahora la más grande categoría de empleo urbano. (25)

Si bien el proceso de reforma ha tenido un costo especialmente alto en los trabajadores estatales, el empleo en el sector privado, especialmente en las empresas que producen para la exportación, ha crecido. Desafortunadamente, la mayoría de los nuevos empleos son poco remunerados, con malas condiciones de trabajo. "Incluso después de haberse duplicado entre 2002-2005, el salario medio en las empresas destinadas a la exportación en China era de sólo 60 centavos de dólar EE.UU. por hora, en comparación con 2,46 dólares por hora en México". (26) Un informe sobre las prácticas laborales en China elaborado por Verite Inc., una empresa de EE.UU. que asesora a las empresas transnacionales sobre prácticas empresariales responsables, encontró que "problemas sistemáticos en las prácticas de pago en las fábricas chinas de exportación, que siempre roban a los trabajadores por lo menos el 15% de su salario." (27) La seguridad laboral es un problema aún mayor. (28)

Por encima de todo, las políticas laborales de China han sido diseñadas para atraer la inversión extranjera y aumentar la competitividad de las exportaciones de las empresas que operan en China. Su éxito es ilustrado por los salarios y las tendencias de consumo. Los salarios en China como proporción del PIB han caído desde aproximadamente el 53% del PIB en 1992 a menos del 40% en 2006. El consumo privado como porcentaje del PIB también ha disminuido, pasando de aproximadamente el 47% al 36% durante el mismo período. En comparación, el consumo privado, como porcentaje del PIB, es superior al 50% en Gran Bretaña, Australia, Italia, Alemania, India, Japón, Francia y Corea del Sur. En EEUU es más del 70%. (29) Como explica The Economist, aunque la proporción de ingresos para los trabajadores ha disminuido en muchos países durante las últimas décadas, "en ninguna parte ha sido la caída tan grande como en China". (30)

Una de las claves de este "éxito" ha sido las política estatal de China hacia los migrantes internos, que representan aproximadamente el 70% de la mano de obra manufacturera y el 80% de la mano de obra de construcción. Durante los últimos veinticinco años, unos 150-200 millones de chinos se han trasladado del campo a las zonas urbanas en busca de empleo. Aunque la gran mayoría se trasladó legalmente, sufren una enorme discriminación. Por ejemplo, debido a que permanecen clasificados como residentes rurales en el marco del sistema de registro de China, no sólo deben pagar honorarios elevados para registrarse como residentes temporales urbanos sino que, además, no tienen ningún derecho a los servicios públicos que están a disposición de los residentes nacidos en zonas urbanas (incluidas las libres o la educación subvencionada, salud, vivienda y pensiones). Lo mismo ocurre a sus hijos, incluso si han nacido en una zona urbana. (31)

Estas y otras distinciones legales hacen que sea fácil para las empresas explotar a sus trabajadores. Las condiciones [de trabajo] en Foxconn, un subcontratista taiwanés de grandes empresas como Apple y Dell, son representativas. Trabajadores de la línea de montaje de Foxconn en Shenzhen (un importante centro manufacturero en el sur de China) ganan aproximadamente 32 dólares (unos 20 euros) por una jornada de 60 horas semanales aunque la compañía les proporciona vivienda, dormitorio y comida. Apple contrató a investigadores de una planta de Foxconn que construye los iPods y encontró que se utilizan los castigos corporales como disciplina y que los trabajadores trabajaban más de seis días consecutivos, pese a que la ley china establece al menos un día de descanso a la semana. (32)

Enfurecido por el progresivo deterioro de las condiciones de vida y de trabajo (incluyendo la reforma del mercado que ha desmantelado el sistema de salud nacional, la vivienda y la protección de la jubilación), un número creciente de personas (tanto en zonas urbanas y rurales) han demostrado una buena disposición a enfrentarse a sus empleadores y a los funcionarios en defensa de sus derechos. El número de grandes "escalas de perturbaciones de orden público" ha aumentado de 58.000 en 2003 a 74.000 en 2004, 94.000 en 2006, 120.000 en 2008 y 58.000 en el primer trimestre de 2009 (en camino de un récord de 230.000 a finales de 2009). (33) Particularmente preocupante para los dirigentes del Partido Comunista es la naturaleza cambiante de las acciones de trabajo: los trabajadores son cada vez más partidarios de la acción directa, la participación en protestas a nivel regional –en el sector industrial- y la ampliación de sus demandas. (34) Como con la represión sola no puede detener la creciente ola de protestas, el Partido Comunista ha intentado introducir una serie de reformas políticas destinadas a mejorar los peores excesos generados por la estrategia de crecimiento de China, sin cambiar radicalmente su orientación. Entre las más importantes fue la aplicación de una nueva Ley de Contrato de Trabajo en enero de 2008. (35) La ley exige, entre otras cosas, que las empresas proporcionen a sus trabajadores un contrato por escrito (algo que la mayoría de los trabajadores no tienen o nunca han visto) y paguen la prima por horas extraordinarias y el trabajo de fin de semana.

Si bien la ley ha generado un fuerte incremento en los casos de arbitraje, su impacto en las condiciones de empleo ha sido limitado. (36) Independientemente, la determinación de mantener la estrategia de crecimiento basado en la exportación poco puede hacer para responder positivamente al descontento popular. El estado comenzó la derogación de muchas de las protecciones a los trabajadores incluso antes de la ley de finales de 2008. Lo hizo así para proteger a los beneficios empresariales afectados por la desaceleración de las exportaciones causada por una crisis económica mundial cada vez mayor. También ordenó a los gobiernos locales la congelación de los salarios mínimos establecidos a nivel local. (37)

Capacidades de Tecnológica Nacional

Las condiciones sociales señaladas anteriormente hacen poco probable que se hagan sacrificios a corto plazo. Una razón es que las capacidades tecnológicas nacionales de China también están siendo erosionadas por la reestructuración de las empresas transnacionales. Como se señaló anteriormente, China tenía una investigación nacional fuerte y de desarrollo de infraestructuras antes del comienzo del período de reforma. Sin embargo, dado que el sistema nacional de planificación estaba altamente centralizado, la mayoría de las ganancias se apoyaban en las prioridades militares y en la industria pesada y sector químico. Pocas, si hubo alguna, fueron las solicitudes compartidas o destinadas a beneficiar a las industrias de consumo, y las empresas en estas industrias no tenían incentivos (o recursos) para desarrollar sus propias innovaciones. Esta fue una de las limitaciones del sistema económico de China que fue necesario abordar de la raíz a la muerte de Mao.

Los principios reformistas descentralizadores no permitieron el dinamismo tecnológico y mejoraron el nivel de vida de los trabajadores. Los beneficios no se mantuvieron. Como el programa de reforma avanzaba, la dominación extranjera resultante de la actividad industrial comenzó erosionando la capacidad de desarrollo del país. (38) Este resultado ilustra la evolución post-reforma de las industrias de alta tecnología de China, en particular su industria de la informática. En la década de 1980, el gobierno chino comenzó a reducir la financiación directa de sus diversos institutos estatales de investigación con el objetivo de obligarlos a llegar a autofinanciarse. En respuesta, y con el apoyo del Gobierno, estos institutos sin fines de lucro crearon nuevas empresas deficitarias. Para aumentar sus posibilidades de éxito, a estas nuevas empresas se les concedió la independencia de gestión y, más importante, la libre contratación. Cuatro empresas de informática se encuentran entre las más exitosas de estas nuevas empresas: Legend (ahora Lenovo), Founder, Great Wall Computer, y Stone. Lenovo, por ejemplo, fue impulsada por la Academia China de Ciencias. (39)

Estas empresas fueron capaces de crecer rápidamente y dominar el mercado de los ordenadores domésticos por dos razones relacionadas entre sí. Combinaron las innovaciones relacionadas con el procesamiento del lenguaje chino propio con instituciones extranjeras para adquirir el equipo y la tecnología, para producir ordenadores asequibles y capaces de procesar en caracteres chinos. (40) Y fueron capaces de obtener el hardware necesario y la tecnología de empresas extranjeras en condiciones relativamente favorables, gracias a las políticas estatales que restringían el acceso directo de estas empresas en el mercado chino. (41)

A mediados de la década de 1990, las condiciones habían cambiado. La economía china se había convertido en dependiente del capital extranjero y enredado en sus redes regionales. Dispuesto a cambiar su estrategia de crecimiento, el Estado chino no tuvo más opción que abandonar sus restricciones al acceso de extranjeros al mercado nacional. La competencia resultante se ha cobrado su precio en las empresas chinas líderes, incluidas las de la industria informática. Lenovo (que adquirió la unidad de PC de IBM en 2005) sigue siendo el mayor vendedor de PC en China, pero se enfrenta a una reducción de las ganancias y pierde terreno frente a HP y Dell (que están ampliando rápidamente sus propias redes de distribución). La cuota de mercado de Lenovo se redujo del 36 % en 2006 al 29% en 2007. (42) Otros fabricantes de computadoras de China están en serios problemas, incluido Founder, que se mantiene en el segundo lugar en el mercado chino. (43)

Mientras que las empresas chinas líderes continúan su lucha por la supervivencia en el mercado nacional, en cuanto a las exportaciones han desaparecido prácticamente en lo que a la alta tecnología se refiere. Por ejemplo, China es ahora el principal exportador de computadoras del mundo, con un montaje de aproximadamente el 80% de portátiles del mundo y computadoras de escritorio. Sin embargo, la principal contribución de China a esta actividad se limita a proporcionar mano de obra barata y el lugar [ensamblaje]. Predominio de China en la exportación se debe al hecho de que los fabricantes taiwaneses de diseños originales (ODM) -que dominan la fabricación de computadoras en todo el mundo- han desplazado su producción a China continental. En 2001, los fabricantes de ordenadores taiwaneses suponían sólo el 4% de los ordenadores en China. Cinco años más tarde, era del 100%. Como reflejo de este cambio, ocho de los diez exportadores de China ODM son taiwaneses. No hay ODM chino y no existen proveedores importantes de China ante [que puedan competir con] la ODMs de Taiwán". (44)

Las operaciones de Lenovo ponen de relieve esta situación. Con la compra de la unidad de PC de IBM, Lenovo se convirtió instantáneamente en un jugador importante en la industria mundial de PC. Sin embargo, esta compra ha hecho poco para promover la capacidad tecnológica de China. Lenovo sigue usando el mismo ODM de Taiwán, utilizado anteriormente por IBM, e incluso ha trasladado su sede a los Estados Unidos, donde emplea a ingenieros de EE.UU. para el desarrollo de productos. (45)

Cinco años después de su adhesión a la Organización Mundial de Comercio, en 2001, el economista chino Han Dequiang dijo que había aumentado el daño a la capacidad de China de controlar su desarrollo industrial y tecnológico de manera autónoma. “En China, cualquier industria que quiera desarrollar su propia tecnología o sus propios mercados ha tropezado con obstáculos cada vez más grandes". (46) Business Week evidencia este punto señalando que “pese a profundizar en los avances en las industrias estratégicas China no parece estar aún dispuesta a alcanzar un papel de liderazgo económico mundial”. Expertos familiarizados con los logros de China han elogiado la tecnología china en aviones comerciales y en trenes de alta velocidad, similares a los de otros países desarrollados. "China exportó 416.000 millones dólares en valores de bienes de alta tecnología en 2008", pero restan las operaciones de la parte continental que contratan a los fabricantes de Taiwán y de comparada con empresas de la talla de Nokia, Samsung y Hewlett-Packard la electrónica de China es de bajo peso”. (47)

Algunas empresas chinas, como Lenovo, gracias a las fusiones y adquisiciones ya se han establecido como principales competidores internacionales. Sin duda habrá otras. Pero esos logros no son un indicador suficiente de que un país con éxito [en el comercio exterior] es lo suficientemente fuerte para incrementar su propia capacidad de desarrollo nacional. Y, en esta medida, China no parece estar teniendo éxito. Por el contrario, en línea con su cada vez más profunda integración en las redes regionales de producción del capital transnacional, la economía china está en un lento pero constante aumento de la dependencia de tecnología extranjera, la producción y los mercados, una trayectoria que es un mal presagio para los trabajadores chinos.

La realidad de clase en China

Es indiscutible el hecho de que la producción china también ha generado una enorme riqueza. Lamentablemente, como en los Estados Unidos, mucha de esta riqueza ha beneficiado a muy pocos, causando una explosión de la desigualdad y la formación (o solidificación) de las relaciones de clase en China. Un estudio del Banco Asiático de Desarrollo de veintidós países en desarrollo de Asia oriental llegó a la conclusión de que China se había convertido en el segundo país más desigual de la región, sólo por detrás de Nepal. Esto no es sorprendente, teniendo en cuenta que, durante aproximadamente un período de diez años (desde la década de 1990 a principios de 2000), China registró el segundo incremento más alto de la región en la desigualdad, de nuevo sólo por detrás de Nepal. (48)

Si bien los resultados del estudio del Banco Asiático de Desarrollo son sorprendentes, no transmiten adecuadamente la concentración real de la riqueza que ha acompañado y motivado la evolución de la reforma económica de China. Según el Boston Consulting Group, en China había 250.000 hogares millonarios EE.UU. (excluyendo el valor de la residencia principal) en 2005. Aunque este grupo forma sólo un 0,4% del total de hogares de China, supone el 70% de la riqueza del país. (49) Según Rupert Hoogewart, el editor de una lista anual de las mil personas más ricas de China, el número de multimillonarios en dólares de EE.UU. ha crecido de cero en 2003 a 260 en 2009 (más que en cualquier otro país excepto Estados Unidos). (50) Y, abrazando las realidades de la nueva China, los "nuevos ricos" no han sido tímidos a la hora gastar su dinero. "LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, el mayor fabricante de productos de lujo, planea abrir de dos a tres tiendas al año en China, donde las ventas aumentan un 50% al año. Financier Richemont, el segundo fabricante mundial de productos de joyería, espera cuadruplicar sus ventas en China en cinco años por la venta de joyas y relojes Cartier más Piaget." (51)

Una razón obvia de esto es que la dirección del Partido Comunista ha impulsado y defendido con firmeza la estrategia de crecimiento de China, a pesar de sus desigualdades y distorsiones estructurales que lo han acompañado, y ellos han sido uno de sus mayores beneficiarios. Han sido capaces de aprovechar el proceso de reforma (y de inserción internacional del país como resultado) para utilizar los bienes del Estado para obtener beneficios personales, familiares y de sus amigos que han sido colocados en puestos lucrativos en el aparato del Estado y en los sectores privados, asegurando que el rápido crecimiento de la clase capitalista sigue dependiendo de la buena voluntad del Partido. Esto, a su vez, ha dado lugar a una fusión del Partido-élites del estado capitalista en torno a un compromiso compartido para continuar el avance de la reestructuración capitalista de China.

Muchos de los hijos de los principales funcionarios del partido (conocidos como los "principitos") fueron designados para puestos clave en las «industrias más estratégicas y rentables de China: la banca, el transporte, la generación de energía, recursos naturales, medios de comunicación y armas. Una vez en puestos de dirección, reciben préstamos de los bancos controlados por el gobierno, adquirieren socios extranjeros y aumentan la lista de sus compañías en Hong Kong o en bolsas de Nueva York para recaudar más capital. Cada paso que dan les enriquece, no sólo se presentan como los principales accionistas de las empresas, sino también reciben sobornos mediante la concesión de contratos a empresas extranjeras. "Así, más del 90% de los veinte mil habitantes más ricos de China están "relacionados con el gobierno o altos funcionarios del Partido Comunista."(52)

La dirección del Partido ha estado dispuesta a compartir los frutos de la producción del país con el capital internacional, aunque las luchas por cuestiones de distribución son cada vez más agudas pues el capital internacional refuerza su posición dentro de China, porque la participación de capitales internacionales es fundamental para el funcionamiento de la economía política de la nueva China. Sin embargo, la élite de China parecen decidida a asegurar que reclamará los intereses nacionales. Así, al mismo tiempo que el "Partido Comunista de China ha abierto un número sin precedentes de los sectores para la participación de capital extranjero… las autoridades han reforzado el control sobre otros aspectos de la economía. Esto ha dado como resultado en el estancamiento, la atrofia, de miles de [las pequeñas y medianas] empresas privadas."(53)

La recesión mundial ha hecho muy poco para inducir a los líderes chinos a reorientar la estrategia de crecimiento de su país. Aunque China ha sufrido un descenso significativo de las exportaciones, lo ha hecho mucho mejor que la mayoría de otros países. De hecho, como ya se ha indicado, probablemente ya ha superado a Alemania convirtiéndose en el mayor exportador del mundo en 2009.

Sin embargo, las ganancias de China durante este periodo de colapso del comercio mundial han venido en gran medida porque se ha ganado un pedazo más grande de un pastel reducido. En otras palabras, aunque se está vendiendo menos que el año pasado, China ha aumentado su participación en las importaciones de los Estados Unidos y Europa mediante la adopción de la cuota de mercado de otros países. La razón, como The New York Times señala, es que el gobierno chino hace lo que sea necesario para garantizar la "capacidad [de producción] de los fabricantes chinos [a base] de recortar los precios rápidamente al reducir los salarios y otros costes en las zonas de producción que a menudo dependen de los trabajadores migrantes". (54) Entre otras cosas, esto incluye hacer retroceder las protecciones laborales aprobadas recientemente y los salarios mínimos, como se señaló anteriormente.

La Situación Económica en EEUU

Como hemos visto, los Estados Unidos y las economías de China se han entrelazado de manera compleja. La sabiduría convencional es que este resultado fue en gran medida por una política agresiva de exportación de China que ha beneficiado a China, pero dejó los Estados Unidos con una economía débil y desequilibrada. En realidad, como se dijo antes, este resultado fue forjado por la dinámica capitalista mundial y, como tal, refleja las realidades principales de clase: el capital transnacional y sus aliados con él (en ambos países) han ganado, mientras que los trabajadores (de ambos países) se han visto obligados a competir unos contra otros, en detrimento colectivo.

Como reflejo de esta realidad, la actual crisis mundial ha tenido efectos en las estrategias económicas de EEUU y China y, por extensión, en las relaciones comerciales bilaterales. Los gobiernos de ambos países han implementado programas de estímulo para sostener el crecimiento sin necesidad de transformar los patrones existentes de la actividad económica. De hecho, ambos se han involucrado en esfuerzos importantes para fortalecer esos patrones. El gobierno chino ha intervenido activamente para fortalecer la competitividad de sus exportadores, y el gobierno de EE.UU. ha intervenido activamente (con subvenciones masivas) para apoyar a las empresas financieras de primera línea.

¿Cómo, entonces, afronta EEUU si los problemas económicos? Como se señaló anteriormente, los que afirman que China es la principal causa de los problemas actuales quieren obligar a China a revaluar su moneda, abrir sus mercados a las exportaciones de EE.UU. y a las reglas de juego del capitalismo competitivo. Lamentablemente, éstas políticas son contraproducentes. Por ejemplo, revaluar la moneda china no va a levantar la producción en los Estados Unidos. Más bien, va a alentar al Gobierno chino a intensificar la represión de los trabajadores en un intento de compensar el cambio de moneda y va a llevar al capital transnacional a cambiar parte de su proceso de producción a otros países.

Exigir que China abra sus mercados a las exportaciones de EE.UU. probablemente tendrá efectos económicos mínimos. La mayoría de grandes empresas de EE.UU. están estructuralmente vinculadas a las redes transnacionales, y es improbable que reestructuren su producción. Además, los trabajadores chinos siguen siendo demasiado pobres para comprar suficientes bienes producidos en Estados Unidos para reducir el déficit comercial bilateral de manera significativa. El consumo total de los chinos es sólo el 16% del consumo total de los estadounidenses.

Por último, hay poco que ganar al exigir que China juegue según las normas aceptadas de la competencia capitalista. El gobierno chino ya ha transformado la economía del país en términos capitalistas. La producción industrial está, principalmente, realizada por las empresas privadas (la mayoría organizadas por las empresas transnacionales) y motivadas por el afán de lucro. Los mercados de trabajo ya están muy "flexibles". Los trabajadores no organizados son la mayoría (o no representados, incluso cuando existe un sindicato oficial) y tienen una protección mínima, ya sea en el trabajo o fuera. Dada la naturaleza de la competencia capitalista en los Estados Unidos, esta demanda sólo puede significar que el capital de EE.UU. busca más ventajas para producir en China.

Estos tipos de las políticas de EE.UU. tienen por objetivo alentar a los trabajadores a creer que la causa de los problemas existentes no reside en el funcionamiento del sistema económico de EE.UU., o el capitalismo en general, sino en el comportamiento de un gobierno extranjero. Desafortunadamente, demasiados trabajadores en los Estados Unidos se han apresurado a culpar a los demás trabajadores –chinos y/o latinoamericanos- por ganarse la vida en estas condiciones de crisis y declive de las condiciones de trabajo.

Una respuesta apropiada a la crisis actual, por necesidad, tiene que ser desafiar al capitalismo y sus imperativos. Uno de los objetivos tiene que ser la movilidad del capital. Hemos visto las consecuencias destructivas de la libertad de movimiento del capital. Por lo tanto, hay que encontrar la manera de fortalecer los movimientos que buscan desmantelar los acuerdos de libre comercio y las instituciones mundiales más amplias en que está basado, como la OMC y el FMI.

Otro objetivo tiene que ser la producción con fines de lucro. La búsqueda de ganancia del capital ha creado una economía que no responde a nuestras necesidades, ya sea como trabajadores a título individual o como miembros de comunidades más amplias. En cuanto a lo primero, tenemos que intensificar nuestros esfuerzos para lograr una transformación radical de las leyes laborales, contribuyendo así a garantizar salarios dignos y el derecho a sindicalizarse.

En cuanto a esto último, tenemos que conseguir apoyo para la exigencia de que todos los que quieran trabajar deben ser empleados en la producción de bienes y servicios necesarios (determinado democráticamente por las comunidades). Esto requerirá, entre otras cosas, no sólo la transformación y el fortalecimiento del sector público, de manera que sea capaz de regular las decisiones del sector privado privados (producción, inversión y comercio) sino también la planificación, organización y participación directa en la producción misma. Esto, a su vez, significa que debemos luchar para revertir el deterioro a largo plazo en el pago de impuestos por los ricos y las corporaciones y trabajar para fortalecer la capacidad de los sindicatos del sector público para representar y defender el interés público general. Significativamente, estas demandas generales son las que motivan cada vez más el activismo de un número creciente de trabajadores chinos. Esto no debería ser una sorpresa, ya que, como he tratado de demostrar, están oprimidos por el mismo sistema que oprime a trabajadores de EE.UU.. Si tenemos éxito en incorporar este entendimiento en nuestra propia organización, es probable que nos encontremos con valiosos aliados.

Notas

(1) BusinessWeek, 6 de diciembre de 2004.

(2) Banco Asiático de Desarrollo, Asian Development Outlook 2009 Update 42.

(3) Maurice Meisner, La China después de Mao (Nueva York: The Free Press, 1999), 417.

(4) Andrew Ross, Fast Boat to China (New York: Pantheon Press, 2006), 233.

(5) Para un examen crítico del proceso de reforma, haciendo hincapié en las políticas, las contradicciones y consecuencias, ver Martin Hart-Landsberg y Paul Burkett, China y el Socialismo (Nueva York: Monthly Review Press, 2005), capítulo 2.

(6) Martin Hart-Landsberg, "las realidades de China Hoy", Contra la Corriente, 137 (noviembre / diciembre de 2008).

(7) Por ejemplo, un informe de 2006 del gobierno llegó a la conclusión de que el capital extranjero tiene la mayoría de los activos en 21 de los 28 de los principales sectores industriales del país. Ver a Eva Cheng, "China: el capital extranjero controla tres cuartas partes de la industria", Green Left Weekly, 18 de mayo de 2007.

(8) John Whalley y Xian Xin, "la inversión extranjera directa de China y la sostenibilidad del futuro alto crecimiento", Oficina Nacional de Investigación Económica, Working Paper Series, no. 12249 (2006).

(9) Enrique Dussel Peters, Las oportunidades económicas y los retos planteados por China para México y América Central (Bonn, Alemania: Instituto Alemán de Desarrollo, 2005), 102.

(10) Los productos objeto de comercio internacional son organizados de acuerdo a un código de Comercio Internacional (CUCI). En este sistema, la maquinaria y equipo de transporte forman parte del CUCI 7.

(11) Prema-Chandra Athukorala y Arhanun Kohpaiboon, "comercio intrarregional en Asia oriental", Universidad Nacional de Australia De la División de Economía, Documento de Trabajo N º 2009/09 (agosto de 2009), 5-6.

(12) Banco Asiático de Desarrollo, Asian Development Outlook 2009 (Manila, Filipinas: Banco Asiático de Desarrollo, 2009), 99-100.

(13) Banco Asiático de Desarrollo, Asian Development Outlook 2008 (Manila, Filipinas: Banco Asiático de Desarrollo, 2008), 22.

(14) Athukorala y Kohpaiboon, "El comercio intra-regional en Asia oriental", 33.

(15) Asian Development Outlook 2009, 97.

(16) Prema-Chandra Athukorala, "El ascenso de China y el Sudeste Asiático en la exportación: ¿un temor justificado? Universidad Nacional de Australia De la División de Economía, Documento de Trabajo N º 2007/10 (septiembre de 2007).

(17) Prema-Chandra Athukorala y Nobuaki Yamashita, "Global Production Sharing y Sino-US Trade Relations," China y la Economía Mundial, 17: 3 (2009), 41.

(18) Otras manufacturas comprenden CUCI 8.

(19) Athukorala y Yamashita, "Global Production Sharing y Sino-US Trade Relations," 45.

(20) Ibid., 44.

(21) Ibid., 42.

(22) Ibid., 46.

(23) Ibid., 48.

(24) Ajit K. Ghose, "El empleo en China", Organización Internacional del Trabajo, Unidad de Análisis de Empleo, Employment Strategy Papers, 2005, 29.

(25) Ibid., 27.

(26) John S. McClenahen, "Outsourcing", IndustryWeek.com, 1 de julio de 2006.

(27) Craig Simons, "New Labor Movement in China", Estadistas, 4 de febrero de 2007.

(28) China Labor Bulletin, "Los trabajadores migrantes en China", junio de 2008.

(29) The Economist, "Manifiesto para los trabajadores de China" 11 de octubre 2007.

(30) Ibid.

(31) China Labor Bulletin, "Los trabajadores migrantes en China."

(32) Para una descripción más detallada de las condiciones de vida y de trabajo en Foxconn en Shenzhen, y más en general, véase Robert Weil, "Ciudad de la Juventud, Shenzhen, China" Monthly Review, Junio de 2008.

(33) Bruce Einhorn, "En China, un invierno de descontento", BusinessWeek, 30 de enero de 2008; Chinaworker.info, "China: 58.000 incidentes de masas en los tres primeros meses de 2009", 5 de mayo 2009. Alteraciones del orden público en general incluyen huelgas, protestas callejeras, bloqueos de carreteras, y otras formas de protestas masivas, con 25 o más personas.

(34) China Labor Bulletin, "Puedo hacerlo solo: Un nuevo informe sobre el Estado del Movimiento de los Trabajadores en China," 9 de Julio, 2009.

(35) Ariana Eunjung Cha, "Nueva ley otorga a derechos a trabajadores chinos, a las empresas pesadillas", Washington Post, 14 de abril de 2008.

(36) Confederación Sindical Internacional, "China: Algunos pasos adelante, pero el comercio relacionado con la explotación de los trabajadores persiste," 21 de mayo 2008; Kinglun Ngok,

(37) IHLO, "La crisis económica y la pérdida de empleos en China”: abril de 2009

(38) Para una discusión más detallada de este proceso, ver Martin Hart-Landsberg, "La experiencia de la reforma china", Review of Radical Political Economics, De próxima publicación.

(39) Monina Wong, "La fabricación de las relaciones laborales de Samsung Electronics en China ", en Trabajo en empresas en Asia globalizada, Editado por Oxford University Press Dae-Chang, (Hong Kong: Asia Monitor Resource Center, 2006), 67.

(40) Qiwen Lu, Salto de China en la Era de la Información: Innovación y Organización de la industria informática (Nueva York: Oxford University Press, 2000), 4 . (41) Wong, 68.

(42) Bloomberg News, "Lenovo: planes para mejorar la cuota de mercado, "3 de mayo de 2008.

(43) Bruce Einhorn, "China: Lenovo emerge como rival", BusinessWeek, 23 de mayo 2008.

(44) Asia Times Online, 22 de noviembre de 2006.

(45) Ibid.

(46) Stephen Philion, "Los costes sociales del neoliberalismo en China, Entrevista con el economista Han Deqiang", Dollars & Sense, Julio / agosto de 2007.

(47) Dexter Roberts y Peter Engardio, "Economía de China: Detrás de todo el bombo", BusinessWeek, 22 de octubre de 2009.

(48) Banco Asiático de Desarrollo, La desigualdad en Asia, indicadores clave de 2007, (Manila: Banco Asiático de Desarrollo, 2007), 3, 6.

(49) Wu Zhong, "China busca más millonarios” Asia Times Online, 19 de septiembre de 2007.

(50) Chinaworker.info, octubre 30, 2009.

(51) Samuel Shen, "Para China, un abrazo lleno de lujo” International Herald Tribune, 16 de octubre de 2006.

(52) Peter Kwong, "El Rostro del neoliberalismo en China", Counterpunch, 7 / 8 (octubre 2006).

(53) Willy Lam, "El doble estándar de la élite económica china” Asia Times Online, 17 de agosto de 2007.

(54) David Barboza, "En la recesión, consolida su liderazgo China en el Comercio Global", The New York Times, 14 de octubre de 2009.

Martin Hart-Landsberg (marty@lclark.edu) es profesor de economía en el Lewis and Clark College, Portland, Oregon, y es el autor con Paul Burkett de China y el Socialismo (Monthly Review Press, 2005).

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

Fuente: http://www.monthlyreview.org/100201hart-landsberg.php

Written by Eduardo Aquevedo

7 abril, 2010 at 22:46

Bolivia: una lectura crítica de los resultados electorales del 4 de abril…

leave a comment »

Eduardo Paz Rada, Patria Grande

BOLIVIA0002 Varias son las lecturas e interpretaciones de los resultados electorales de las elecciones de Gobernadores y Asambleas Departamentales, primera experiencia en Bolivia, de Alcaldes y Concejos Municipales y de Asambleístas y representantes de los pueblos indígena originario campesinos elegidos de acuerdo a usos y costumbres, en un paso más en la aplicación de la Constitución Política del Estado que contempla las Autonomías Departamentales, Regionales, Municipales e Indígenas.

Durante los últimos cuatro años el gobierno recibió reiteradas manifestaciones de respaldo electoral, desde el 52 por ciento favorable a la dupla Morales-García en las elecciones presidenciales de 2005, hasta el 64 por ciento de los comicios de diciembre de 2009, sin tomar en cuenta las masivas movilizaciones, marchas, concentraciones y actos de respaldo popular en todas las regiones del país. Inclusive tuvo que remontar millonarias campañas y acciones de los sectores conservadores y de las oligarquías locales, apoyadas por las transnacionales y la embajada de Estados Unidos, en Sucre, Cobija, Santa Cruz, Trinidad, Tarija y otras poblaciones, los que impedían el arribo del Presidente y maltrataban a miembros de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y hombres y mujeres de rasgos indígenas.

El Jefe de Estado, Evo Morales Ayma, ha manifestado, como interpretación oficial del gobierno, su “complacencia” por los resultados obtenidos por el Movimiento Al Socialismo (MAS), mientras que sus más estrechos colaboradores, como el Ministro de Gobierno, Sacha Llorente, y el Presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce, mostraban rostros desencajados en la primera fila de asistentes a la explicación presidencial, la noche del 4 de abril.

Asumiendo que el MAS ha conseguido subir el número de concejales municipales en varios municipios, aumentar el número de alcaldías que estarán bajo su responsabilidad y ejemplificando que antes en la ciudad de La Paz tenía tres concejales y ahora consiguió cinco, Morales Ayma argumentaba que se han aumentado los porcentajes de la presencia del MAS en los departamentos del oriente, como Beni y Pando. El Presidente comparaba, con informaciones ciertas, el desempeño electoral del MAS en elecciones municipales y prefecturales del pasado con el del presente.

Pero, no tomaba en cuenta el proceso de consolidación y avance de los movimientos populares y sociales en los últimos cuatro años en todos los rincones del país. Como referencia, en las elecciones nacionales de diciembre de 2009 el MAS consiguió más del 80 por ciento de votos en los tres departamentos del occidente del país, en los que ahora no sobrepasa el 55 por ciento.

Los resultados señalan que los ahora Gobernadores opositores de Beni, Ernesto Suarez, Santa Cruz, Rubén Costas, y Tarija, Mario Cossio, consiguieron su reelección, mientras que en  las Alcaldías de siete de las diez principales ciudades de Bolivia se producían sorprendentes resultados. Los opositores conservadores triunfaban en Santa Cruz con Percy Fernández, Tarija con Oscar Montes, Potosí con René Joaquino, Sucre con Jaime Barrón, Trinidad con Moisés Shirique, mientras que los candidatos del Movimiento Sin Miedo (MSM), antes aliado del MAS, triunfaban en Oruro con Rocío Pimentel y en La Paz (la mas importantes de Bolivia por ser centro político) con Luis Revilla.

Otra interpretación de  los resultados electorales fue expresada señalando que la única fuerza efectivamente nacional y con presencia en todo el territorio es el MAS, en tanto que todas las otras fuerzas políticas son débiles y dispersas en las distintas regiones del país, sin tener un eje común que permita advertir la emergencia de una sólida oposición al proyecto implementado hasta hoy por Evo Morales y Alvaro García.

Esta perspectiva la han manifestado muchos participantes de programas radiales de Erbol, quienes han indicado que, después del arrollador avance del MAS y Morales durante los últimos años, el haberse reducido, en números absolutos y porcentajes, la votación oficialista el 4 de abril, es una señal de molestia y descontento por la política y el comportamiento vertical del gobierno.

Haber perdido en las importantes ciudades occidentales de La Paz, Oruro y Potosí, tenido un revés en Achacachi, considerado en centro aymara por excelencia y símbolo de la fuerza radical el gobierno, marca una tendencia crítica al gobierno, en tanto se advierte una polarización entre las zonas rurales y urbanas por la tendencia expresada en  los resultados electorales.

La lectura exitista del gobierno no coincide, por lo tanto, con los resultados electorales y las opiniones y reflexiones emitidas por los participantes en los medios de comunicación reclaman una práctica diferente de parte de las autoridades y del Presidente Evo Morales.

Written by Eduardo Aquevedo

7 abril, 2010 at 21:49

Venezuela, Chávez y la realidad política actual…

leave a comment »

Entrevista al sociólogo Juan Agulló

CHAVEZ002 "Se habla mucho de Chávez pero poco de Venezuela"

Manola Romalo, Rebelión

Juan Agulló (Madrid, 1971), licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid (1995). Se doctoró en Sociología por la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales, París (EHESS, 2003). Actualmente es Académico a Tiempo Completo de la Universidad Iberoamericana de México. Está preparando un postdoctorado sobre movilización social y cambio político en la Venezuela contemporánea.

Con la periodista Manola Romalo (Frankfurt) habló sobre algunos desafíos y logros del gobierno bolivarianos en los últimos 12 años.

Manola Romalo: Desde su elección en 1998, los medios de comunicación neoliberales suelen calificar al Presidente Hugo Chávez de “dictador” ¿Por qué?

Juan Agulló: Atacar a Chávez, decir que se “informa” sobre lo que ocurre en Venezuela cuando en realidad se desinforma, es una forma de ocultar la realidad. Hasta 1998, Venezuela era uno de los países latinoamericanos sobre los que menos se hablaba en la prensa internacional. Actualmente sigue siendo así: se habla mucho de Chávez, pero poco de Venezuela. Cuando se habla de Chávez “se olvida”, por ejemplo, que en 11 años ha ganado 15 elecciones y ha perdido una. ¿A cuántos dictadores conoce usted que ganen elecciones internacionalmente vigiladas pero, sobre todo, que también las pierdan?

Lo que por otro lado se oculta en la prensa internacional al hablar poco de Venezuela, es que una agenda política y económica heterodoxa, contrapuesta a las recetas monetaristas habituales, no solo es viable sino que –como en el caso de Venezuela- puede transformar positivamente la realidad. Venezuela demuestra que la única alternativa para salir de situaciones económicamente desastrosas, no son planes de ajuste, como el que se le está imponiendo, en la actualidad, a Grecia…

MR: En 1996, en Venezuela, el índice de pobreza era de 70%; en 2009 había disminuido hasta un 23 %, cifras reconocidas por el Banco Mundial. ¿Cuáles son los principales logros?

JA : El principal logro del actual Gobierno venezolano es haber desarticulado una forma de segregación mucho más grave, típica de América Latina: la exclusión.

El caso de Venezuela es peculiar por el petróleo: en los años 70 su PIB llegó a ser similar al de Italia. La pobreza disminuyó. Pero en sólo 20 años, como consecuencia del descenso en los precios del petróleo, de la crisis de la deuda externa y de la aplicación de planes de ajuste estructural , su PIB se emparejó con el de Colombia. La pobreza volvió a dispararse precisamente porque estaba asociada a la exclusión.

De hecho, ése es el auténtico reto: no sólo se trata de luchar contra la pobreza, sino contra la exclusión. ¿Cómo se hace? Pues, en el caso de la Venezuela actual, institucionalizando derechos; llevando las políticas de bienestar hasta zonas a las que antes sólo llegaba la represión; pasando de lo policial a lo político. De gente que no podía acudir a hospitales o a Universidades excluyentes, a módulos sanitarios y misiones educativas en zonas periféricas (a las que los periodistas extranjeros, con la excusa de la “seguridad”, no suelen ir). El Gobierno bolivariano trata de integrar, de incorporar a todo el mundo: el número de estudiantes, en estos años, ha pasado ¡de medio millón a dos millones! Integrar, para el actual Gobierno venezolano es una opción de desarrollo: no se trata de seguir perpetuando un Apartheid sino de que 26 millones de personas piensen, intercambien, consuman, produzcan en un mismo circuito. Fuera de Venezuela poca gente entiende la verdadera filosofía de este proyecto político.

MR: Usted ha investigado en zonas rurales de Venezuela, ¿qué cambió la Revolución bolivariana para los campesinos?

JA: El principal logro del actual Gobierno venezolano en las zonas rurales es tan sencillo que abruma: se ha puesto a producir al campo que, desde el boom petrolero de los años 1960, no estaba produciendo. Prácticamente se importaba todo, ¡a precio de oro!

En la década de los 60 hubo una reforma agraria. Pero corrupción mediante y violando la legalidad, muchas tierras regresaron a sus antiguos propietarios, o a otros nuevos, ligados a la estructura clientelista. ¿Qué hacían los propietarios con esas tierras? Como mucho, dedicarlas a cultivos altamente rentables pero erosivos, como la caña de azúcar. Venezuela tiene uno de los mejores rones del mundo, pero al precio de erosionar tierras muy productivas. Muchos de esos propietarios estaban ligados a mafias importadoras.

Suena increíble pero cuando uno pisa el terreno se da cuenta de que, en ocasiones, poseer tierras era una forma de excluir, de condicionar, de dominar… Cuando dominas el estómago de la gente dominas su cabeza. De hecho es curioso pero, por una parte, La Ley de Tierras de 2001 fue uno de los detonantes del golpe contra Chávez y por la otra, precisamente los Estados más agrícolas, fueron los que más tardaron en apoyar políticamente a Chávez, aunque ahora son los más chavistas.

¿Qué ha ocurrido? Más allá de la reforma agraria, grandes procesos de empoderamiento colectivo. La concentración de tierras en el campo había propiciado grandes flujos migratorios hacia las ciudades. Pero el olvido, todavía, no había sido total: el campo seguía presente en la memoria colectiva, sobre todo de ciudades de provincia en las que vivían muchos de los “nuevos” campesinos (hijos y nietos de viejos agricultores, que en las ciudades se ganaban la vida como taxistas, electricistas, fontaneros, etc.). Ahora, no sólo han tenido que volver a aprender técnicas productivas, por demás orgánicas, sino que están retomando el control de sus propias vidas lejos de un salario, de un patrón, de un horario, de una computadora, etc.

Algo parecido está ocurriendo en las costas con la pesca artesanal. Además, lo mejor es que la reforma no se ha limitado al campo sino que se ha pensado globalmente. En la Venezuela actual, el Estado está haciéndose cargo de la distribución. Hay una cadena estatal de supermercados a precios muy accesibles para la población de productos básicos que, más que eliminar el hambre, lo que está eliminando es la posibilidad de limitar la capacidad de pensar de la gente mediante el control de sus canastas básicas y por ende, de sus estómagos…

MR: El 26 de septiembre se celebrarán elecciones parlamentarias. La misma oposición que promovió un golpe militar entre el 11 y el 13 de abril 2002 llama en sus medios de comunicación, -como en el canal tv Globovisión- a “una solución militar” contra el presidente Chávez. ¿Qué proyecto politico tiene la derecha?

Hay una complejidad ideológica muy grande en la oposición venezolana: gente que viene de la socialdemocracia, de la democracia cristiana, del liberalismo, del conservadurismo e incluso del propio chavismo. La falta de identad política es uno de sus mayores problemas. Además hay otro obstáculo: los proyectos políticos abiertamente neoliberales tienen muy mala fama en el país. Por esa razón, el discurso anti-Chávez, tan fuerte, es lo único que amalgama el universo opositor.

Por otro lado está la cuestión del liderazgo opositor, que en estos 12 años nunca ha sido el mismo. Al principio estuvo formado por la vieja clase política, socialmente "odiadísima". Su fracaso, después de la aprobación de la nueva Constitución (¡por un 71% de los votos!) propició el ascenso del empresariado que había sostenido a la vieja clase política. El empresariado demostró su impericia haciendo gala de un radicalismo muy torpe: promovió el golpe de Estado, el paro petrolero, el sabotaje. No hay que olvidar que el líder golpista, Pedro Carmona Estanga, era presidente de la Fedecamara, la organización patronal. Para los empresarios había que sacar a Chávez del poder como fuera, casi a cualquier precio. Por eso la oposición perdió el favor del pueblo y poco a poco el de sus propias bases. Eso propició la aparición de un tercer liderazgo, que es el actual. Está conformado, sobre todo, por antiguas clases medias: estudiantes, médicos, profesores, comerciantes, etc. Conoce mucho mejor el país y a su gente y por eso, en teoría, es menos radical. Pero tiene un problema: financieramente depende del empresariado y sobre todo del “exilio” de Miami e incluso de agencias extranjeras, con agendas propias, prisas e intereses radicales. Hasta ahora eso ha limitado mucho su independencia y ha lastrado su crecimiento.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Written by Eduardo Aquevedo

6 abril, 2010 at 19:35

La clase media en Chile y en América Latina, según la CEPAL…

with 2 comments

klee7 Unos 340 millones de personas forman lo que se puede definir como la clase media de América Latina, cuyos ingresos en promedio crecieron 27% desde 2000, según un informe preparado para la Cepal. En ingresos absolutos, Chile tiene la segunda posición tras México y en términos de poder adquisitivo mantiene el mismo lugar, pero tras Argentina.

“La clase media tiene el gusto de los ricos y el sueldo de los pobres”, dice una consultora en Argentina, mientras que un abogado en Colombia llama a este segmento la “presa del sándwich”, dada su eterna pretensión de mayor bienestar y su temor a ser pobre. Tal aprensión, sin embargo, pasó a un segundo lugar en Latinoamérica en los últimos años y en cambio creció una sensación de boom en las principales economías de la región, que puso en el foco a los dos tercios de los 548 millones de habitantes que forman la clase media.

Desde la creciente incursión de grupos chilenos como Falabella, Ripley y Cencosud en la región, hasta las recomendaciones de los grandes bancos de inversión para comprar acciones de LAN, GOL, banca, retail, salud, construcción, telecomunicaciones, etc. están asociadas al poder de este bloque.

El fenómeno está instalado. El mismo Banco Mundial se propone entenderlo bien, publicando un libro sobre este asunto, que contendrá una caracterización del segmento a cargo de Andrés Solimano, por largo tiempo parte del staff senior del BM y hoy economista de la Cepal.

Entre las varias definiciones que existen de clase media, Solimano prefiere aquella que aúna a las personas cuyo ingreso las ubica entre los deciles tercero y noveno de la distribución. De ese modo, los dos primeros deciles vendrían a definir la pobreza, en tanto que el décimo representa al 10% más próspero de la población.

De acuerdo con esta estructura, hay en América Latina 340 millones de personas con una renta per cápita de US$ 3.800 en promedio, o unos 75 millones de hogares con una renta total anual de hasta US$ 20.000.

Solimano dice que desde 2000 esta estructura no ha variado significativamente. Es decir, en la región esta clase media representa entre 50% y 60% el ingreso. Dada esta distribución y el crecimiento de las economías latinas, entre ese año y 2006 el valor de la renta media de este segmento se incrementó en 27%, lo mismo que la renta de los dos deciles más pobres y menos que el 31% del décimo más rico de la población.

La definición de clase media que usa Solimano es relativa al nivel de ingreso de cada país. Así, hay segmentos en la región necesariamente más prósperos que otros. El mexicano y chileno son los de mayor ingreso por persona –más de US$ 6.000-, el cual casi duplica el promedio regional de US$ 3.800. Mientras que medido según el poder adquisitivo de esos recursos -según la paridad de poder de compra- Chile mantiene su segundo lugar, pero es Argentina quien sube a la primera posición.

La ventaja relativa de la clase media chilena frente a la del resto de la región se incrementa al considerar sólo la clase media alta (deciles siete a nueve). Al medirla así, la de Chile es la más próspera de Latinoamérica, con una renta per cápita de casi US$ 10.000, sobre México. Por eso Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, asegura que “en Chile no hay clase media propiamente tal”, sino sólo una clase media alta a gran distancia de una clase media muy baja, que acaba de emerger desde la pobreza.

Los niveles locales, en todo caso, superan los promedios que exhibe el grueso de los países de la región, donde la renta de la clase media de Bolivia y Paraguay es inferior a aquella de los deciles pobres de Chile.

Patrones diferentes

Así, mientras en Latinoamérica los hogares chilenos lideran el gasto en vestimenta y calzado y los argentinos en comunicaciones, en los países andinos como Perú y Ecuador los énfasis siguen dados por alimentación y transporte, según un estudio de la Cepal sobre el consumo en la región. En Perú, no obstante, en los últimos cuatro años los grupos de ingreso alto y medio han protagonizado una explosión de consumo: la tenencia de cocinas a gas llega a 88% de los hogares, desde 77%; la de celulares se triplicó prácticamente a 59% desde 21%, y la de computadores casi se duplicó a 24% desde 13%.

Un universo diverso

Los datos para América Latina hablan también de un segmento bastante empobrecido respecto del mismo grupo en los países desarrollados. La definición de clase media habla de un rango de ingreso de entre US$ 4.000 y US$ 17.000 anuales. Estados Unidos, cuya clase media controla el 64% del ingreso del país, exhibe una renta per cápita de US$ 40.000.

Una característica de la clase media regional es que pese al buen estado de las economías, las personas a menudo sienten que la plata les falta: “La clase media tiene el gusto de los ricos y el sueldo de los pobres”, repite Nuria Susmel, de la Fundación Fiel, en Buenos Aires. Según la consultora argentina CCR, pese a que una definición más amplia que sólo ingreso indica que el 50% de los transandinos son de clase media, un 91% de ellos se siente parte de este grupo.

El comentario de Susmel no puede ser más cierto en Perú: sólo el nivel A más rico dice tener dinero de sobra para cubrir el costo de su nivel anhelado de vida. La escasez en ese contexto
es común en los grupos B, C, D y E, donde dicen que el presupuesto del hogar debiera ser 17%, 24%, 29% y 33% para cumplir ese anhelo, según Ipsos- Apoyo. La clase media en ese país reúne a parte del segmento A y a todos los hogares B y C.

En Brasil la historia es similar. Un análisis de LatinPanel muestra que los hogares crecientemente se endeudan, siendo el fenómeno particularmente notorio en la clase media o C. Estos gastan 8% más de lo que ganan. La media del país es de 3%. De ahí el auge de la industria de servicios financieros, donde incluso el comercio de barrio puede hacer adelantos de efectivo. Ahí el 53% de las compras de vestuario y el 51% de aquellas de electrodomésticos se realiza a crédito.

En América Latina las ciudades son los polos de desarrollo y el nicho de la clase media. Es el caso de los países nuevos a ojos chilenos: en Colombia las zonas de alto desarrollo industrial son Medellín, Bogotá y Bucaramanga y las destacadas en lo comercial son Barranquilla, Medellín, Bogotá. En Perú es en Lima y Arequipa, más Chiclayo, Huancayo y Trujillo, aquellas donde más se nota el avance de la clase C (media-media).

La Tercera, 18 de noviembre de 2007

Written by Eduardo Aquevedo

6 abril, 2010 at 10:54

La nueva economía, por M. Castells…

leave a comment »

por Manuel Castells, uno de los principales sociólogos de la actualidad, es autor de importantes estudios de socioeconomía

Hay un cambio económico. Estamos en una nueva economía.

CASTELLS1 El término que utilizo no es casual: en los medios de comunicación de todo el mundo se está aceptando la idea de esta "nueva economía" y como no se sabe muy bien lo que es, sólo que es nueva, se la llama así. Esta "nueva economía" está organizada por la interrelación de tres grandes características:

a. Una economía basada en la información y en el conocimiento

La "nueva economía" se caracteriza porque añade valor, genera productividad y consigue competitividad, esencialmente sobre la base de información y de conocimiento. La información y el conocimiento siempre han sido importantes en todas las economías y en todas las sociedades, esto no es nuevo. Sí es nueva la capacidad de procesamiento de esta información, en términos de velocidad y complejidad, gracias a nuevas tecnologías de información y nuevas tecnologías de red. Al aplicarse este poder de procesamiento a la propia información y al conocimiento, somos capaces de utilizar en tiempo real y en cualquier circunstancia la información y el conocimiento.

 

Tomemos como ejemplo la empresa española Zara. Esta empresa está teniendo un gran éxito comercial en su rama industrial, y es así porque cada vendedor de la firma lleva un pequeño ordenador donde procesa rápidamente las características fundamentales de cada transacción con cada cliente: selección, formas, diseños, colores, precios, etc. Esta información pasa inmediatamente a la base de datos , se procesa y, en dos semanas, Zara rectifica la línea de productos para cada mercado. Es lo mismo que, de forma más simple porque tenían menos tecnología en ese momento, hizo la cadena GAP para desplazar a Benetton de un segmento de mercado. El gran competidor de GAP en Europa es Zara que, en estos momentos, está entrando en Estados Unidos. Zara es una empresa familiar gallega con capacidad de utilización de las nuevas tecnologías de red de información y de incorporación al proceso de producción activo. Información y conocimiento como base de productividad. Información y competitividad constituyen la primera característica de la "nueva economía".

b. Una economía global.

Por global no quiero decir que sea una economía simplemente internacionalizada, pues ésta existe desde hace muchos siglos, sino una economía en la que las actividades centrales, las actividades estratégicas tienen la capacidad de funcionar en tiempo real, como una unidad , en ámbito planetario. Es decir, la nueva economía tiene la capacidad tecnológica necesaria (sin nuevas tecnologías no habría mercado financiero globalizado trabajando en tiempo real), la capacidad organizativa (las unidades económicas están organizadas para acceder directa o indirectamente a mercados globales y consumos globales) y la capacidad institucional (sin la ola de desregulación y liberalización que se ha producido en todo el mundo en los últimos diez o quince años, no habría tampoco esta capacidad de circulación global de dinero, personas, bienes y servicios).

La nueva economía es global en el sentido expuesto aunque , no todo el mundo está en el sistema global. La economía global condíciona todas las economías pero no integra a todo el mundo. La inmensa mayoría del empleo mundial, el 85 ó 90 %, es local y regional, ni siquiera nacional. Son mercados de trabajo muy localizados. La economía es global sólo en aquellas actividades condicionantes: por ejemplo, las grandes empresas multinacionales y sus redes auxiliares (53000 empresas multinacionales y 415000 subsidiarias) sólo emplean unos doscientos millones de trabajadores, cifra muy pequeña si se la comparara con los tres mil millones de fuerza laboral global. Pero esas empresas y sus redes constituyen el 30 % del producto bruto mundial y dos terceras partes del comercio mundial, del cual el 40 % es comercio intraempresa.

Frecuentemente se confunde la globalización con el desarrollo del comercio internacional. El comercio internacional es la consecuencia de la internacionalización de la producción de bienes y servicios y, por eso, lo fundamental es qué se produce, cómo se produce, quién lo produce y para qué se produce. El mayor porcentaje de comercio exterior, sobre su producto bruto corresponde, sorprendentemente, a Africa subsahariana, un 30 %, muy superior a la media de los países de la OCIDE (20-22 ). Pero Africa subsahariana no está en la producción transnacional, sino en el comercio de café, de cacao y de algodón, es decir, en el comercio de bajo nivel, y no está integrada en los circuitos de producción, de transferencia de tecnología, de inversión de capital productivo, etc. Por tanto, el corazón de la actividad económica sí está globalizado, pero ello no quiere decir que todo el mundo esté integrado en esa economía global. Es una economía altamente segmentada que funciona por conexión y desconexión de aquello que vale y que no vale en cada momento. Es también una economía muy dinámica , que sólo utiliza los recursos necesarios. Por tanto, el segundo elemento de la nueva economía es el cambio de la producción en términos de globalización.

c. Una economía organizada a través de empresas-red

La empresa en la sociedad de la información es una "empresa-red". Esto resulta fundamental en la transformación del proceso de trabajo y, por tanto, del proceso de aprendizaje. PRISA y Santillana son un buen ejemplo de esta organización en red.

– En primer lugar, las grandes empresas se han descentralizado en los últimos años constituyendo unidades cada vez más autónomas e independientes, que trabajan por objetivos y se relacionan entre ellas

– En segundo lugar, las pequeñas y medianas empresas son competitivas, dinámicas y flexibles, pero sólo si articulan sus recursos en redes de colaboración que permitan aunar recursos, porque, si no, serían demasiado pequeñas para entrar en el mercado.

-.En tercer lugar, las redes de pequeñas y medianas empresas trabajan para redes descentralizadas de grandes empresas.

Por último, las grandes empresas constituyen alianzas estratégicas, no permanentes sino en productos determinados o para una tarea específica.

Es decir, la organización económica actual se basa en redes de redes de redes, organizadas en torno a proyectos. La unidad ya no es la empresa; la empresa es la unidad de acumulación de capital, es la unidad de gestión general de segmentos de la red, pero hay un proyecto de negocio concreto que reúne elementos de distintas empresas y subempresas y , una vez ejecutado, esa red queda desmantelada para crearse otra en torno a otro proyecto. Esto es lo que caracteriza la nueva economía: la constante movilidad de los factores de producción, de capital. Esta "empresa-red" solamente es capaz de funcionar sobre la base de tecnologías de la información interactivas.

Las redes son una forma muy antigua de organización social. Su gran ventaja es la flexibilidad para adaptarse a un entorno cambiante. Su gran inconveniente es la articulación y coordinación de los distintos componentes de la red en una unidad de propósito. La tecnología de la información y de la comunicación de base microelectrónica permite mantener la flexibilidad y, además, asegura la coordinación del proyecto, el cumplimiento del objetivo. Queda claro, por tanto, la "empresa-red" es la forma de organización característica de nuestras sociedades.

Reproducido con autorización de Editorial Santillana de Venezuela

Bolivia: victoria de Evo en los comicios regionales…

with one comment

BOLIVIA--EVO1 El mapa político tuvo poca variación en la pelea oriente-occidente. El Movimiento Al Socialismo (MAS) se impuso en La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca. La oposición en Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando, la llamada Media Luna.

Por Sebastián Ochoa

Desde Santa Cruz

El Movimiento Al Socialismo (MAS) ganó en cinco de los nueve departamentos del país: La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca. La oposición se impuso en Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando, regiones del oriente donde se inventó la Media Luna. Los recuentos para los cargos de concejales y asambleístas departamentales todavía continuaban anoche. Pero en las alcaldías al MAS no le fue tan bien, ya que perdió en casi todas las ciudades capitales, incluidos los departamentos donde ganó la gobernación.

Aunque el peso del MAS en Bolivia es determinante –sobre todo en el occidente–, su ausencia en varias alcaldías centrales lo obligarán a lidiar y negociar con la oposición. Molestia que Morales hubiera preferido ahorrarse, lo que quedó claro durante los actos de cierre de campaña, cuando convocó a votar “todo azul” en las papeletas de ayer.

De nada sirvió que el presidente alertara con declarar “traidor al MAS” a quienes cruzaran su voto entre oficialistas y opositores. En el caso de los gobernadores se eligió mayoritariamente a los oficialistas, pero en las alcaldías los votantes optaron en muchos casos por agrupaciones locales ajenas a la órbita del MAS.

“Una cosa es el presidente, otra cosa son sus candidatos”, dijo Magalí Espinoza, que últimamente votó a ganador. A Morales en diciembre de 2009, cuando fue reelecto con el 64,2 por ciento. Y ayer, cuando votó como alcalde a Percy Fernández, opositor al MAS. “Está loco y es una bestia peluda, pero es el único que trabajó por la ciudad”, aseguró a este diario.

En La Paz, el candidato a gobernador César Cocarico se impuso con el 48,1 por ciento de los votos. Segundo quedó el sociólogo Simón Yampara, del Movimiento Sin Miedo (MSM), con el 23,9 por ciento. Luego de las elecciones generales de diciembre pasado, el partido el presidente Evo Morales había roto su alianza con los “sin miedo”, que se largaron a competir contra el MAS en varias alcaldías. Ayer se pudo constatar que la ruptura trajo más beneficios al MSM.

En Cochabamba ganó la gobernación el ex legislador del MAS Edmundo Novillo, con el 60,4 por ciento. Le siguió, con el 26,8 por ciento, Marvell José Leyes, de Unidad Nacional-Consenso Popular (UN-CP). En Potosí, el oficialista Félix Gonzales obtuvo el 60,4 por ciento de los votos. Segundo quedó Richard Alejo, de Alianza Social (AS), con el 14,9 por ciento.

En Oruro triunfó con el 54 por ciento el ex legislador del MAS Santos Tito. El 33,2 por ciento fue para Iver Pereira, del MSM. En Chuquisaca, el dirigente campesino Esteban Urquizu se convertía en gobernador con el 49,6 por ciento de votos. Detrás quedó John Cava, ex presidente del comité cívico departamental, de la agrupación Alianza Por Chuquisaca (APC), con el 38 por ciento de los votos.

La oposición logró mantener las gobernaciones de cuatro departamentos del oriente, que por su forma en el mapa se llama Media Luna. Aunque el MAS quedó segundo en todas estas regiones, todavía no le alcanzó para quebrar el dominio de los partidos de derecha en esta mitad de Bolivia.

En Tarija, Mario Cossío, de Camino Al Cambio (CAC), ganó con el 49,3 por ciento y seguirá como gobernador. El candidato masista Carlos Cabrera, ex rector de la Universidad Juan Misael Saracho, obtuvo el 44,5 por ciento. El líder de CAC denunció que el partido de Morales ayer trajo a gente de Argentina por las ciudades fronterizas de Yacuiba y Bermejo para votar a favor del MAS.

En Santa Cruz, Rubén Costas, de Verdad y Democracia (Verdes), consiguió el 51,5 por ciento. El masista Jerjes Justiniano sacó el 39 por ciento. En Beni también seguirá Ernesto Suárez, de Primero Beni, con el 43,4 por ciento. La modelo y ex Reina de Belleza Jessica Jordan, del MAS, quedó con el 38,4 por ciento.

En Pando ganó el ex legislador de derecha Paulo Bravo, de Concertación Popular (CP), con el 49,6 por ciento. El MAS, con Luis Flores, obtuvo el 48,8 por ciento.

En cuanto a las alcaldías, el MAS quedó con las manos vacías en las principales ciudades, incluso en las del occidente, donde consiguió todos los gobernadores. Así pudo comprobarse que el “proceso de cambio” impulsado por Morales tiene su principal apoyo en las áreas rurales.

En la ciudad de La Paz, el candidato a alcalde del MSM Luis Revilla ganó con el 48,7 por ciento. Mientras la ex legisladora del MAS Elizabeth Salguero llegó al 34,4 por ciento. Lo mismo en Oruro, donde la “sin miedo” Rossío Pimentel alcanzó el 40,2 por ciento, por encima del ex legislador Félix Rojas, del MAS, con el 31,2 por ciento.

En la ciudad de Potosí tampoco logró imponerse el MAS. Allí ganó René Joaquino, de Alianza Social (AS), con el 50,7 por ciento. Le siguió el ex legislador masista César Navarro, con el 33,6 por ciento. También se quedó sin la ciudad de Sucre, cuyo nuevo alcalde es Jaime Barrón, ex rector de la Universidad Mayor de San Xavier.

Anoche, el ex legislador de derecha Arturo Murillo luchaba voto a voto por la alcaldía de Cochabamba contra Edwin Castellanos, músico masista creador del grupo Tupay. Ambos empataban en 39 por ciento. Las alcaldías de las ciudades de Santa Cruz, Tarija y Trinidad (capital de Beni) continuarán dominadas por la oposición. Cobija, capital de Pando, es la única ciudad de la Media Luna donde se impuso el MAS, con el 54,4 por ciento. Segundo quedó CP con el 42,2 por ciento.

Al cierre de esta edición, en la plaza Murillo, centro de La Paz, se juntaban tímidamente algunos militantes del MAS, aunque no conocían los límites de su alegría. En el oriente los opositores celebraban desde temprano. Las gobernaciones, que antes se llamaban prefecturas, deberán regirse por estatutos autonómicos. Así quedó establecido en varios referéndum realizados durante los últimos años en todo el país. Algunos departamentos de la Media Luna ya tienen escritos sus textos. En otras regiones aún falta que los redacten. Además, es necesario que la Asamblea Legislativa Plurinacional apruebe una ley que enmarque los regímenes autonómicos. Para esa ocasión, los opositores dependerán enteramente de lo que deseen votar los diputados y senadores del MAS, que están sobre dos tercios de los asientos.

Aunque no terminaron de computarse los votos, posiblemente en Pando habrá segunda vuelta para definir si ese departamento queda bajo control del MAS o de la oposición, como ha sido hasta ahora.

PAGINA/12

Written by Eduardo Aquevedo

5 abril, 2010 at 22:18

Cronología de los escándalos de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica

with 2 comments

Redacción, BBC Mundo

Vaticano

El Vaticano ha sido afectado por las denuncias de abuso sexual de menores. Una serie de denuncias de abuso sexual de menores y ocultamiento han afectado seriamente a la Iglesia Católica en las últimas semanas.

El escándalo incluso ha salpicado la figura de la máxima autoridad eclesiástica, el Papa Benedicto XVI.

BBC Mundo presenta una cronología de algunos de los casos más destacados de los últimos años.

25 marzo 2010 – Estados Unidos

El diario New York Times da a conocer documentos que indican que el Cardenal Joseph Ratzinger no respondió a más de 200 quejas de abuso sexual contra Lawrence Murphy, que trabajó en una escuela católica para niños sordos en Wisconsin entre 1950 y 1974. La Iglesia rechazó la denuncia.

22 marzo 2010 – Alemania

La diócesis de Ratisbona, en Alemania, lanza nuevas acusaciones contra cuatro curas y dos monjas en incidentes que supuestamente ocurrieron en los años setenta.

20 marzo 2010 – Irlanda

El Papa Benedicto XVI pide disculpas a las víctimas de décadas de abuso sexual y maltrato por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica en Irlanda.

En la misiva, Benedicto XVI dice que los líderes de la Iglesia irlandesa cometieron "serios errores" en la respuesta dada a los casos de pederastia y señala que el Vaticano intervendrá directamente para restaurar la confianza.

Las disculpas del Papa, sin embargo, no se hace extensiva a otros países.

16 marzo 2010 – Brasil, Chile, Irlanda

El cardenal Sean Brady

El cardenal irlandés Sean Brady no tomó medidas contra el cura pedófilo Brendan Smyth

En Irlanda se conoce que el máximo responsable de la jerarquía católica en Irlanda, el Cardenal Sean Brady, estuvo presente en reuniones en 1975 en las que niños víctimas de abusos firmaron juramentos de silencio sobre las quejas contra el cura pedófilo Brendan Smyth.

Por otra parte, el Vaticano reconoce la existencia de varios casos de abusos en Brasil después de que el programa de televisión Conexao Reporter recogiera las denuncias de varios alumnos contra religiosos.

En unas imágenes de cámara oculta aparece el padre brasileño Luis Marques Barbosa, de 82 años, manteniendo relaciones sexuales con un joven en el estado de Alagoas, al noreste del país.

En Chile, un religioso español es detenido por posesión de pornografía infantil y por haber abusado supuestamente de al menos 15 menores en colegios españoles donde trabajó entre 1992 y 2005. El religioso, que dictaba clases desde enero de 2008 en la universidad Santo Tomás de Santiago de Chile, fue detenido en la capital chilena y podría ser extraditado a España.

10 marzo 2010 – Holanda

Los obispos holandeses ordenan que se investiguen más de 200 denuncias de abusos sexuales de supuestos casos que ocurrieron entre 1950 y 1970.

Enero-marzo 2010 – Alemania

Desde principios de 2010 emergen más de 300 casos de acusaciones de abusos físicos y sexuales en Alemania, el país de procedencia del Papa.

Varios de los casos son planteados por quienes fueron miembros del coro de niños del colegio "Regensbug Domspatzen", que durante 30 años fue dirigido por el hermano del Papa, monseñor Georg Ratzinger.

Junio 2009 – Argentina

El sacerdote Julio César Grassi, responsable de la Fundación Felices los Niños, es condenado a 15 años de prisión en Argentina por 15 casos de abuso sexual de menores que estaban bajo su cargo.

Mayo 2009 – Irlanda

La Comisión Investigadora de Abusos de los Niños en Irlanda revela tras casi 10 años de investigación cifras escalofriantes: se habían recogido más de 2.000 testimonios que relatan abusos físicos y sexuales por parte de sacerdotes. Este es uno de los los mayores casos de reconocimiento de los abusos sexuales de la Iglesia Católica en una investigación que abarca más de 35.000 niños en un período de 60 años (de 1920 a 1980).

Cuatro obispos dimiten y toda la jerarquía de la Iglesia católica en Irlanda rinde cuentas ante el Papa.

Enero 2009 – Italia

La prensa italiana recoge acusaciones de hombres sordos que decían haber sufrido abusos entre las décadas de 1950 y 1980 en el Instituto para los Sordos Antonio Provolo, en Verona, al norte del país.

La diócesis de Veróna dijo en ese momento que tenía la intención de entrevistar a las víctimas después de que el Vaticano se lo requiriese.

Octubre 2005 – Irlanda

Una investigación del Gobierno irlandés en una diocésis del condado de Wexford revela más de cien abusos a menores por partes de curas. El informe Ferns contaba con más de 271 páginas de extensión en las que se hacían alegaciones contra 21 de los sacerdotes que habían estado trabajando en la diócesis entre 1966 y 2002.

Una de las conclusiones del informe señala que si bien todos los curas envueltos en el escándalo fueron transferidos a otras partes de la Iglesia muchos de ellos volvieron a la misma diocésis una vez transcurrido un tiempo.

Febrero 2004 – Estados Unidos

Una investigación encargada por la Iglesia revela que más de 4.000 sacerdotes en Estados Unidos se han visto envueltos en acusaciones de abusos sexuales en los últimos 50 años implicando a más de 10.000 niños, la mayoría chicos.

Abril 2002 – Estados Unidos

El Papa Juan Pablo II emite una histórica condena por los abusos sexuales revelados en Estados Unidos. "No hay lugar en la Iglesia Católica para sacerdotes que abusen sexualmente de menores", dijo el Pontífice.

Enero 2002 – Estados Unidos

Uno de los mayores escándalos de todos los tiempos se desató a comienzos del 2002 en Boston, Estados Unidos. El diario Boston Globe publicó una serie de reportajes desentramando los abusos sexuales cometidos por cinco sacerdotes de ese estado, lanzando a la luz pública la cuestión de los abusos sexuales de la Iglesia a menores de edad.

El hecho de que las acusaciones saliesen a la luz animó a muchas otras personas a seguir el ejemplo, desencadenando un efecto en cadena a ambos lados del Atlántico y a iniciar una serie de juicios reclamando compensaciones económicas, lo que sumió a la Iglesia Católica en una de sus peores crisis en los últimos decenios. Los juicios también se realizaron en contra de la Iglesia Católica y por haber cubierto supestamente los casos denunciados y por no haber hecho nada al respecto.

En diciembre, el cardenal Bernad Law a cargo de la diócesis de Boston dimite.

2002 – Otros países

Australia: La figura más importante de la Iglesia en Australia, el arzobispo de Sidney, George Pell, ofreció miles de dólares a las familias de los niños que supuestamente sufrieron abusos por parte de los curas. La Iglesia pidió disculpas oficialmente a los niños inmigrantes de origen británico y maltés que sufrieron abusos sexuales entre 1930 y 1960.

Austria: La Iglesia admitió que las acusaciones de pedofilia contra su antiguo líder, el arzobispo de Viena, Hans Hermann Groer, eran ciertas.

Sudáfrica: El líder de la Iglesia en el país admitió que más de una docena de sacerdotes habían sido acusados de abusar sexualmente a niños, aunque esto ocurrió "hace muchos años".

Brasil: Los oficiales católicos en el país donde la Iglesia Católica tiene una mayor presencia en todo el mundo admiten que la pedofilia es un problema.

México: La Iglesia es acusada de cubrir los casos de abuso e incluso de pagar dinero para comprar el silencio de las víctimas.

1993 – Estados Unidos

Primer caso de condena legal contra la diócesis de Dallas en cuestión de abuso a niños por parte del sacerdote Rudolph Kos. La diócesis se ve obligada a pagar más de 31 millones de dólares a las víctimas del párroco.

1985 Estados Unidos

El abuso sexual por parte de sacerdotes se convierte en una cuestión nacional por primera vez en Estados Unidos cuando el párroco de Luisiana, Gilbert Gauthe es encontrado culpable de once casos de abuso a menores.

Written by Eduardo Aquevedo

4 abril, 2010 at 11:59

Iglesia Católica: el oculto caso de violaciones de monjas por sacerdotes en más de 20 países…

with 2 comments

IGLESIA-SEX3 El Vaticano confirma la existencia de violaciones
de monjas por sacerdotes

Navarro Valls asegura que "se está examinando el problema", que podría extenderse a veintitrés países.

El Vaticano confirmó ayer la existencia de abusos sexuales sufridos por religiosas por parte de sacerdotes y misioneros, un problema que se está "examinando".

El diario estadounidense National Catholic Reporter destapó un escándalo que podría darse en veintitrés países, en su mayoría africanos, y que supone las violaciones masivas e indiscriminadas de monjas por parte de sacerdotes y misioneros.

Se han dado casos de que en una congregación todas las mujeres, unas veinte, quedaron embarazadas.

EFE – CIUDAD DEL VATICANO

El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, confirmó que "el problema es conocido y restringido a una zona geográfica determinada", aunque no precisó dónde. Sí aseguró que "se está tratando el problema en colaboración con los obispos, con la Unión de Superiores Generales y con la Unión Internacional de Superiores generales".

El "problema", como se denomina en Roma, se dio a conocer por el informe de una monja estadounidense, María O’Donohue, que fue presentado en 1995 al Vaticano, concretamente ante el español Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada y Camarlengo de la Sacra Iglesia Romana.

Martínez Somalo creó un grupo de trabajo para estudiar los casos denunciados.

Estos son tan variados como increíbles: desde aspirantes a monjas violadas por los curas a los que presentaron la documentación hasta abortos realizados en hospitales de confianza de los sacerdotes, pasando por casos de comunidades en donde todas las monjas, unas veinte, quedaron embarazadas.

Incluso se denunció a un sacerdote que dejó embarazada a una monja, le preparó un aborto en tales condiciones que la misionera murió y el propio cura ofició su funeral.

La Voz de Galicia – Miércoles, 21 de Marzo de 2001


Sexo "seguro" ante el SIDA

En África muchos ojos se volvieron a las monjas por considerarlas seguras ante el avance imparable del SIDA. Según el informe de María O’Donohue, sacerdotes y misioneros cambiaron a las prostitutas por monjas.

A eso hay que sumar la presión social y económica que soportan las monjas y que es, en parte, el motivo de que esta escandalosa situación se mantenga en secreto.

María McDonald, superiora de una congregación misionera en África, denunció que los curas que se aprovechan de religiosas suelen financiar las congregaciones.

Otras veces es la presión social lo que impide la denuncia. En África, tener muchas mujeres e hijos es un signo de importancia y es muy difícil para una mujer decir "no" a las peticiones de un hombre.

El País – Miércoles, 21 de marzo de 2001 – SOCIEDAD

El Vaticano reconoce que cientos de monjas
han sido violadas por misioneros

El Vaticano admite el problema, comprobado en veintitrés países, y anuncia que se está afrontando

LOLA GALÁN.- Roma

Centenares de monjas en veintitrés países, la mayoría en África, han denunciado haber sufrido abusos sexuales, a veces sistemáticos, por parte de sacerdotes y misioneros.

Los datos figuran en varios informes de la religiosa Maria O’Donohue y en otro de Maura McDonald, publicados por la revista norteamericana National Catholic Reporter.

El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, reconoció ayer que el problema es ‘conocido’ y que ‘se está afrontando’, pero lo circunscribió a ‘un área geográfica limitada’ refiriéndose a África, aunque sin mencionar el continente.

Los abusos sexuales dentro de las congregaciones religiosas comenzaron a denunciarse en los años noventa. El 18 de febrero de 1995 la religiosa Maura O’Donohue, coordinadora del programa sobre el SIDA de Caritas Internacional y del CAFOD (Fondo Católico de Ayuda al Desarrollo), presentó un informe sobrecogedor al presidente de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo.

El cardenal, sorprendido por las dimensiones del problema, encargó investigar la situación a un grupo de trabajo presidido por O’Donohue.

La nueva investigación dibujó un panorama aún más inquietante. La lista de abusos es variada y descorazonadora: el informe incluye casos de novicias violadas por los sacerdotes a quienes tienen que solicitar los certificados oportunos, habla de médicos de hospitales católicos que se ven asediados por sacerdotes que les llevan ‘a monjas y otras jóvenes para abortar’.

O’Donohue cita un caso extremo, el de ‘un sacerdote que obliga a abortar a una monja, ella muere y él oficia la misa de difuntos’ por la joven fallecida.

Peso de las culturas

Aunque el informe, recogido ayer por el diario italiano La Repubblica, recoge denuncias de abusos en veintitrés países, de Burundi a Filipinas, de India a Colombia, de Irlanda a Italia y a Estados Unidos, lo cierto es que el grueso de los casos se produce en África.

Los progresos de la Iglesia en ese continente, donde el aumento de las vocaciones y el incremento de fieles son incesantes, podrían ser tan grandes como superficiales a tenor de estos datos que reflejan el peso enorme de las culturas propias, incluso en los hombres y mujeres que han optado por la vida religiosa.

Sin especificar el nombre del país, el informe reconoce que determinadas culturas representan un serio inconveniente para el mantenimiento de los principios de la vida religiosa. En el continente africano, explica el texto, es ‘imposible para una mujer rechazar a un hombre, sobre todo si es anciano y en especial si es un sacerdote’, y la cultura está lejos de favorecer el celibato.

Son situaciones agravadas por la extensión del SIDA, como viene a demostrar otro informe redactado por la misma religiosa y entregado a las autoridades eclesiásticas en 1994. O’Donohue comprobó que el fenómeno del SIDA había convertido a las religiosas en un grupo ‘seguro’ desde el punto de vista sanitario, lo que aumentaba el interés de los sacerdotes por ellas.

A este respecto se cita el caso de la superiora de un convento que fue contactada por unos sacerdotes interesados en mantener relaciones sexuales seguras con las religiosas.

En el informe de O’Donohue se habla de religiosos que piden a las monjas que recurran a la píldora y, en concreto, se alude a una comunidad religiosa femenina en la que la superiora solicitó la intervención del obispo tras comprobar que una serie de sacerdotes de la diócesis habían dejado embarazadas a veintinueve monjas. La reacción del obispo fue fulminante: la superiora ‘fue suspendida’ y sustituida por otra religiosa.

Estos datos han sido avalados por otro informe presentado en 1998 por Marie McDonald, superiora de las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de África, en el que se pasa revista a las diferentes estrategias de acoso.

Unas veces son sacerdotes que reclaman una especie de contraprestación sexual a cambio de la confesión. Otras el abuso se produce a partir de ‘una dependencia financiera de las monjas de sacerdotes que pueden pedir a cambio favores sexuales’.

McDonald está convencida de que hay que actuar con rapidez para atajar un problema que aumenta, y no parece satisfecha de la línea de actuación más bien tímida iniciada por el Vaticano.

Una línea que Navarro Valls resumió ayer así: ‘La Santa Sede está tratando la cuestión en colaboración con los obispos, con la Unión Superior de Generales y con la Unión Internacional de Superiores generales. Se trabaja en la doble vertiente de la formación de las personas y de la solución de cada caso particular’.

En su comunicado el portavoz vaticano recuerda, no obstante: ‘Unas cuantas situaciones negativas no pueden hacer olvidar la fidelidad con frecuencia heroica de la gran mayoría de los religiosos, religiosas y sacerdotes’.


Dos semanas de retiro por violar a la novicia

EL PAÍS – Madrid

Algunas de las denuncias del informe de O’Donohue, publicadas en la revista National Catholic Reporter, son:

– En ciertos niveles, las candidatas a la vida religiosa tienen que prestar favores sexuales a los sacerdotes para acceder a los certificados necesarios y/o recomendaciones para trabajar en una diócesis.

– En algunos países, las monjas tienen que afrontar las dificultades que implica el verse obligadas a abandonar la congregación si se quedan embarazadas; en cambio, el sacerdote implicado puede seguir desempeñando su ministerio. Más allá de la rectitud, se plantea una cuestión de justicia social, ya que la monja tiene entonces que cuidar al niño como madre soltera, a menudo estigmatizada y en circunstancias socioeconómicas de suma pobreza. Como han perdido su estatus en la cultura local, algunas se ven forzadas a convertirse en la segunda o tercera esposa en una familia. La alternativa es prostituirse.

– Algunos sacerdotes engañaban a las monjas haciéndolas creer que la píldora anticonceptiva evita el contagio del SIDA.

– En varios países, los miembros de los consejos de las parroquias están poniendo en entredicho a sus pastores por sus relaciones sexuales con mujeres y muchachas. Algunas de ellas son esposas de feligreses que están furiosos por la situación, pero se hallan desconcertados a la hora de denunciar al sacerdote.

Una parroquia llegó a ser atacada por feligreses con armas de fuego, muy exaltados por el abuso de poder y las traiciones de los sacerdotes.

– Se sabe que algunos curas se relacionan con varias mujeres y tienen hijos de más de una de ellas. Muchos testimonios citados por el informe manifiestan que los feligreses esperan la oportunidad de presentarse voluntarios para hablar en una homilía dialogada y denunciar públicamente a algunos curas por su doble rasero entre lo que predican y lo que hacen.

Una mujer recién convertida del islam al cristianismo fue aceptada como novicia en una congregación local. Cuando fue a solicitar al párroco los certificados correspondientes, éste la violó como requisito previo. Como ella había sido repudiada por su familia por abandonar el islam, no podía volver a casa, por lo que se unió a la congregación. Poco después supo que estaba embarazada. No le quedó más remedio que huir y pasó diez días deambulando por la selva. Por fin decidió ir a ver al obispo, que llamó al cura. Éste aceptó la acusación y fue castigado con un retiro de dos semanas.

– Desde los años ochenta, en varios países, las monjas se niegan a viajar solas en coche en compañía de un sacerdote por miedo a sufrir abusos.

http://www.cesarsalgado.net/200103/010321.htm

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=56838

Written by Eduardo Aquevedo

3 abril, 2010 at 17:07

La cuestión social, en Europa y más allá…

leave a comment »

Ignacio Ramonet, Le Monde Diplomatique

TRABAJO1 Bajo el lema "¡Alto a la miseria!", la Unión Europea (UE) ha declarado 2010 "Año de la pobreza y de la exclusión social". Y es que ya hay, en la Europa de los Veintisiete, unos 85 millones de pobres (1)… Un europeo de cada seis sobrevive en la penuria (2). Y la situación se sigue degradando a medida que se extiende la onda expansiva de la crisis. La cuestión social vuelve a colocarse en el corazón del debate. La ira popular se manifiesta contra los Planes de austeridad en Grecia, Portugal, España, Irlanda, etc. Las huelgas y las protestas violentas se multiplican. Muchos ciudadanos expresan también un rechazo a la oferta política (crece la abstención y el voto en blanco) o una adhesión a diversos fanatismos (sube la extrema derecha y la xenofobia). Porque la pobreza y la desesperación social ponen en crisis al propio sistema democrático. ¿Asisteremos a una explosiva primavera del descontento europeo?

En España, el 20% de la población, o sea unos diez millones de personas, se hallan ya en la pobreza (3). Con casos particularmente indignantes como el de los hijos de extracomunitarios (más de la mitad de ellos viven en la indigencia), y el de las "personas sin hogar", nivel máximo de exclusión social (4). Hay más de 30.000 personas sin hogar (en Europa, cerca de medio millón). Centenares de ellas, cada invierno, mueren en la calle… ¿Quiénes son esos pobres de hoy? Campesinos explotados por las grandes distribuidoras, jubilados aislados, mujeres solas con hijos, jóvenes con empleos basura, parejas con hijos viviendo con un único sueldo, y obviamente la gran cohorte de activos que la crisis acaba de dejar sin empleo. Jamás hubo en la UE tantos parados: 23 millones (cinco más que hace un año). Lo peor es que la violencia del desempleo golpea sobre todo a los menores de 25 años. En materia de paro juvenil, España ostenta la tasa más catastrófica de Europa: 44,5% (la media europea: 20%).

Si la cuestión social se plantea hoy de modo tan espinoso es porque coincide con la crisis del Estado de bienestar. Desde los años 1970, con el auge de la globalización económica, salimos del capitalismo industrial para adentrarnos en una era de capitalismo salvaje cuya dinámica profunda es la desocialización, la destrucción del contrato social. Por eso se están respetando tan poco los conceptos de solidaridad y de justicia social.

La transformación principal se ha producido en el ámbito de la organización del trabajo. El estatuto profesional de los asalariados se ha degradado. En un contexto caracterizado por el desempleo masivo, la precariedad deja de ser un "mal momento transitorio" mientras se encuentra un empleo fijo, y se convierte en un estado permanente. Lo que el sociólogo francés Robert Castel llama: el "precariado" (5), una nueva condición infrasalarial que se ha extendido por toda Europa. En Portugal, por ejemplo, un asalariado de cada cinco tiene ya un contrato llamado "recibo verde". Aunque trabaje desde hace años en la misma oficina o la misma fábrica, con horarios fijos, su patrón es un simple cliente al que factura un servicio y quien puede, de la noche a la mañana, sin ninguna indemnización, romper el contrato.

Semejante degradación del estatuto de asalariado agrava las desigualdades porque excluye de hecho a un número cada vez mayor de personas (sobre todo jóvenes) del sistema de proteccion del Estado de bienestar. Las aísla, las margina, las rompe. ¿Cuántos suicidios de trabajadores en su lugar mismo de trabajo? Abandonados a sí mismos, en feroz competencia de todos contra todos, los individuos viven en una especie de jungla. Lo cual desconcierta a muchos sindicatos, otrora poderosos, y tentados hoy de colaborar con las patronales.

La eficacia económica se ha convertido en la preocupación central de las empresas, que descargan sobre el Estado sus obligaciones de solidaridad. A su vez, el Estado desvía estos imperativos hacia las Organizaciones no gubernamentales (ONG) o las redes humanitarias privadas. De ese modo, lo económico y lo social se van alejando permanentemente el uno del otro. Y el contraste entre los dos resulta cada vez más escandaloso.

Por ejemplo, en España, mientras el número de parados alcanzaba en 2009 la cifra de 4,5 millones (3,1 millones en 2008), las empresas cotizadas en Bolsa repartían 32.300 millones de euros a sus accionistas (19% más que en 2008). El año pasado, los beneficios de los diez principales bancos europeos superaron los 50.000 millones de euros… En un continente castigado por la peor recesión desde 1929… ¿Cómo es posible? Porque a partir de la crisis del otoño de 2008, los Bancos centrales prestaron masivamente, con tipos de interés minimos, a la banca privada. Ésta utilizó ese dinero barato para prestar a su vez, con tipos más elevados, a las famlias, a las empresas… y a los propios Estados. Así ganó esas millonadas. Ahora, la deuda soberana alcanza niveles excepcionales en varios países -Grecia, Irlanda, Portugal, España…- cuyos gobiernos han tenido que imponer drásticos Planes de austeridad a sus ciudadanos para satisfacer las exigencias de los actores financieros… causantes de la crisis del 2008. Una desvergüenza que exaspera y enfurece a millones de asalariados europeos.

Los ricos siguen enriqueciéndose mientras crece el número de personas sin empleo o en la precaridad, con un poder adquisitivo más reducido, en condiciones de trabajo degradadas, soportando la violencia física y simbólica de unas relaciones sociales endurecidas en una sociedad cada vez menos cohesionada. ¿Cuánto aguantará el hastío popular? ¿Acaso no advirtió el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), el pasado 17 de marzo, que si no se reforma el sistema financiero "habrá revuelta social"?

Notas:
(1) Es "pobre" la personas que vive con menos del 50% de la Renta media disponible neta (Rdn) del país correspondiente. En España, el ingreso medio mensual se sitúa en torno a los mil euros.
(2) Cf. The Social Situation in the European Union 2007, Bruselas, 2008 (http://ec.europa.eu/ employment_social/spsi/reports_social_situation_fr.htm).
(3) Léase Informe de la Inclusion social en España, Fundació Un sol mon, Caixa Catalunya, Barcelona, 2008.
(4) Consúltese: http://www.enredpsh.org
(5) Robert Castel, La Metamorfosis de la cuestión social, Paidós, Barcelona, 1997.
Fuente: http://www.mondiplo.com/isum/Main?ISUM_ID=Content&ISUM_SCR=serviceScr&ISUM_CIPH=FgYyqvgMyMfqWff0de3sHw__

Escándalos sexuales y los destinos del catolicismo actual…

leave a comment »

Bernardo Barranco V.

IGLESIA-SEX3 Los numerosos escándalos de pederastia que acosan a la Iglesia católica en diferentes lugares del mundo, como Estados Unidos, Irlanda, Suiza, Holanda, México y Argentina, amenazan su autoridad institucional e incomodan sus inflexibles discursos sobre la moral, las buenas costumbres y el disciplinamiento que el católico debe guardar en materia sexual. El escándalo alemán amenaza no sólo al hermano del Papa, sino que está tocando, al parecer, al propio Benedicto XVI al haber sido permisivo, voluntaria o involuntariamente, en 1977 cuando era arzobispo de Munich. Tenemos en México el caso cercano de Marcial Maciel, cuya patología no sólo alcanza a la orden de los legionarios, sino que también contamina y empaña la imagen del conjunto de la Iglesia mexicana. Lamentablemente las respuestas eclesiásticas no son, socialmente, satisfactorias y pareciera que la Iglesia protege ante todo su casta religiosa; surge entonces el fantasma del naufragio como amenaza, se ensombrece la proclama de salvación que, de manera desafiante, Benedicto XVI extiende a la civilización actual tan globalizada como relativista.

Pareciera que los signos explícitos apuntan a que la Iglesia a escala mundial se ha alejado ya del espíritu del concilio, que en los años sesenta del siglo pasado reivindicaba aggiornare su diálogo con el mundo moderno y, por tanto, ha venido cancelando irremediablemente las rutas reformadoras en la Iglesia. Diferentes vaticanistas diagnostican los síntomas de una Iglesia en fase de atrincheramiento dogmático, envenenada por su propio narcisismo eclesiocéntrico y temerosa de abrirse a la complejidad de la historia y de reconocer en ella valores espirituales (Giancarlo Zízola, Vientos de restauración, 2007). Dicha prescripción sitúa  un prejuicio cada vez más extendido de que Ratzinger padece un conservadurismo crónico e incurable. Sin embargo, ¿podemos afirmar que esta tendencia sólo se da en la Iglesia católica?, como respuesta a una modernidad globalizada que exalta la diversidad cultural y matiza, por tanto, los discursos y doctrinas totalizantes. Lo cierto es que resurge como fuerte tentación la reafirmación tradicionalista, es decir, una notoria inclinación por proclamar la identidad católica tradicional y, al mismo tiempo, exaltar esta identidad a nivel político en el ámbito público. Las posturas opuestas se podrían estar debatiendo el futuro cercano, entre un catolicismo relativista o light frente a un catolicismo talibán. Precisamente, el texto de Oliver Roy, La sainte ignorance. Le temps de la religion sans culture (Editions du Seuil, 2008) argumenta que no sólo los católicos pasan por una fase de tradicionalismo, a escala global, Roy destaca el crecimiento explosivo del pentecostalismo, el éxito del salafismo, Tablighi Jamaat y el neosufismo dentro del Islam; el retorno del movimiento Lubavich dentro del judaísmo, así como el surgimiento del Partido Bharatiya Janata en India, el budismo Theravada. En suma, diversas religiones proclaman su identidad tradicional en la esfera de lo público como una característica distintiva de la religión en el siglo XXI. Reconociendo diversidades y diferencias, Roy compara rasgos comunes en estas tendencias; sobresale el malestar y rechazo a la cultura contemporánea; el énfasis en la salvación personal e individualización de la fe, así como ardorosas actitudes antintelectuales.

Hace unas semanas acaba de aparecer un libro de John Allen, destacado vaticanista católico estadunidense, titulado: The Future Church (Random House, 2010), donde afronta aquellas  tendencias que están cambiando la vida de la Iglesia. Por ejemplo, al abordar la geopolítica de la Santa Sede, cuya doctrina se forjó en los tiempos de la revolución industrial frente a enemigos ideológicos como el liberalismo y el socialismo, el autor señala que la Iglesia debe afrontar desde la cultura el mundo globalizado y multipolar del siglo XXI, en el cual la mayoría de los polos importantes no son católicos, ni siquiera cristianos. Frente al concilio, el autor opina que la Iglesia está reafirmando oficialmente todo lo que la distingue de la modernidad; sus tradicionales características católicas de pensamiento, discurso y prácticas. Esta política de la identidad es en parte una reacción contra una cultura cada vez más secular e indiferente a la autoridad e institución. Además del envejecimiento de la enseñanza social de la Iglesia, siguiendo a Allen, existe una nueva geografía de la fe, es decir, la dramática disminución numérica de los católicos europeos y la creciente gravitación de los católicos del llamado tercer mundo que asciende a escala global a dos tercios. Esta cifra desproporcionada contrasta con una curia romana que, si bien es cada vez más internacionalizada, sigue siendo dominada por los propios europeos.

Otro libro sobre prospectiva católica. A fines del año pasado, el periodista José Catalán Deus publicó: Después de Ratzinger, ¿qué? Balance de cuatro años de pontificado y los desafíos de su sucesión (Península, 2009). Ahí el autor español afirma que el futuro del catolicismo actual se antoja incierto. Los primeros años de Benedicto XVI, dice,  dejan una sensación de crisis creciente en la Iglesia católica. Quizá porque se fracturó el consenso que llevó a Ratzinger al trono de San Pedro. Nunca antes los desacuerdos y disensiones fueron tan sonoros dentro y fuera del Vaticano. Un análisis crítico del pontificado dibuja cómo la Iglesia católica ha pasado de ejercer una posición dominante a estar amenazada y hasta sojuzgada culturalmente, y casi perseguida mediáticamente por su ideología. Este cambio histórico trascendental se ha manifestado con absoluta claridad en los primeros cuatro años del pontificado de Benedicto XVI, aunque venía incubándose durante todo el pontificado anterior. Conclusión sencilla: todos estos textos y reflexiones indican arteriosclerosis múltiple y la necesidad de una nueva gran síntesis cultural entre religión y cultura.

La Jornada.mx

Written by Eduardo Aquevedo

1 abril, 2010 at 19:37